Apenas desmontada la decoración navideña, las visitas el pasado domingo de Pedro Sánchez e Inés Arrimadas (Pablo Casado participó el sábado telemáticamente al estar guardando cuarentena), dan idea de la frenética actividad electoral que va soportar Castilla y León hasta el 13-F. Instrumentadas por el PP como una suerte de “primarias” de las próximas elecciones generales, no habrá tregua ni cuartel en unas autonómicas cuyos resultados se leerán inevitablemente en clave nacional.
Desde la óptica autonómica estamos ante una cita electoral ciertamente atípica, hasta el punto de que el siempre conflictivo trance de confeccionar las listas hubiera estado exento de cualquier tensión interna de no ser por ciertas maniobras desde la calle Génova para colar en ellas a determinados candidatos no precisamente del gusto del presidente Fernández Mañueco.
La decisión del PSOE de repetir tal cual las mismas listas presentadas en 2.019 ha zanjado el asunto con el único cambio del número uno por Soria, donde ha corrido el escalafón y la actual Delegada del Gobierno, Virginia Barcones, ha sido reemplazada en la cabecera por Ángel Hernández. Y en Ciudadanos, una vez adjudicado a Francisco Igea el número por Valladolid -según los sondeos el único puesto con posibilidades de obtener escaño- no ha habido codazos para colocarse en las listas. A modo de gesto testimonial, la ex consejera Verónica Casado arropa desde el último puesto la lista encabezada por su compañero de fatigas en la Junta.
El todavía presidente de las Cortes, Luis Fuentes, se ha replegado a Salamanca, donde ha desplazado al segundo puesto a David Castaño, el hasta ahora portavoz parlamentario. Y de los cabezas de lista anteriores tan solo repiten la ex consejera Ana Carlota Amigo (León) y José Ignacio Delgado (Burgos). Algunos de los más afines a Igea se han borrado de las listas, caso del ex viceconsejero de Empleo, David Martín, anterior número uno por Ávila. Más llamativo es aún lo del anterior cabeza de lista por Palencia, Juan Pablo Izquierdo, quien se mantiene como si tal cosa en su cargo de director general de Economía y Social. Y sorprendente es el paso atrás dado por la secretaria tercera de las Cortes, Marta Sanz, que ha declinado volver a encabezar la lista por Segovia.
El PP cambia de cartel ante la batalla abulense
En el PP, sin dejar de primar la continuidad, ha habido algunos cambios muy significativos. Fernández Mañueco ha querido que todos los consejeros de su actual “gobierno comprimido” encabezarán listas provinciales, lo que ha supuesto la incorporación de la consejera de Familia, Isabel Blanco, como número uno por Zamora, y la del consejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero, al frente de la lista por Valladolid. El único que no encabeza es el de Sanidad, Alejandro Vázquez, ya que concurre por la misma circunscripción que el consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, de nuevo número uno por Burgos.
Aparte de esas incorporaciones de Blanco y Carnero, hay que reseñar una tercera novedad, y no de poco calado, entre los cabezas de lista: El hasta ahora delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández, ha desplazado como número uno por Ávila al ex alcalde de la capital Miguel Ángel García Nieto, relegado al tercer puesto.
El cambio obedece a la dura batalla a librar por el PP con el Partido por Ávila (XAV) después de la abrupta ruptura de las negociaciones mantenidas en torno al abortado Proyecto de Presupuestos de la Comunidad para 2.022. La oposición de García Nieto en las Cortes a las enmiendas presentadas por XAV reclamando inversiones en la provincia le convertían en el blanco perfecto para la campaña del partido abulensista. De ahí que el PP haya decidido retirar del primer plano al ex alcalde y sustituirlo por quien mejor puede defender la gestión de la Junta en la provincia. Hernández tendrá que vérselas con el autor de las enmiendas, Pedro Pascual, que opta a renovar su escaño de procurador, y por supuesto con el actual alcalde de Ávila y líder de XAV, Jesús Manuel Sánchez Cabrera.
Teodoro mete cuñas en León y Salamanca
Pero más allá del escaparate de los números uno, entre bambalinas ha habido otros movimientos desde la calle Génova, donde el ínclito Teodoro García Egea ha intentado meter determinadas cuñas en las listas, lo que de hecho ha conseguido al menos en Salamanca y León. Ello explica la presencia en puesto de salida (número cuatro) de la lista salmantina del vicepresidente segundo de la Diputación, José María Sánchez, una de las cabezas visibles del sector crítico del PP opuesto a la dirección provincial que preside Javier Iglesias.
Dicho sector surgió con el apoyo expreso de García Egea y se ha venido postulando como alternativa en el congreso provincial que permanece aplazado “sine die” sin ninguna explicación. (La única explicación plausible es la situación procesal que rodea a Iglesias, pendiente de declarar en calidad de investigado ante el Juzgado que instruye la causa abierta por presunta financiación ilegal del PP salmantino con ocasión de las primarias autonómicas que elevaron a Mañueco a la presidencia del partido en Castilla y León).
La mano de García Egea se ha dejado notar asimismo en León, donde a última hora el secretario provincial, David Fernández, entraba en la lista en detrimento de Raúl Valcarce, quien había sido propuesto por el propio Mañueco. Mientras Fernández, afín al exalcalde Antonio Silván, goza de la plena confianza de Génova, Valcarce apostó en el pasado congreso provincial por la candidatura contraria, que resultó estrepitosamente derrotada.
A la izquierda del PSOE, por primera vez concurren en coalición Podemos e Izquierda Unida, que se han fijado como objetivo conseguir un escaño por Valladolid y renovar los dos escaños morados obtenidos en 2019 por Burgos y León. Pablo Fernández, sin rival en las primarias, sale de su circunscripción habitual (León) para encabezar la candidatura vallisoletana, en la que IU no ha escatimado apoyos, situando en ella a destacados cargos municipales, entre ellos María Sánchez (número dos) y Alberto Bustos, dos de sus tres concejales en la capital.
Por su parte, la gran apuesta de IU se produce en Burgos de la mano su coordinador autonómico, Juan Gascón, número uno de la circunscripción en la que Podemos obtuvo en 2019 su mejor resultado. Y UPL repite en León con Luis Mariano Santos con la expectativa de obtener un segundo escaño.
Vox, virtual tercera fuerza política en los sondeos rondando la decena de escaños, presenta por primera vez candidato a la presidencia de la Junta. El abogado burgalés Juan García-Gallardo Fring, autorretratado por su historial homófobo y xenófobo en Twitter, se convierte en el máximo referente de la formación ultraderechista, que piensa recurrir su exclusión de los dos debates que la Ley Electoral de Castilla y León restringe a los partidos que han dispuesto de grupo parlamentario propio durante la Legislatura disuelta.
Debates y pandemia, dos factores impredecibles
Dichos debates a tres (PSOE-PP-Ciudadanos) se presentan como sendas pruebas de fuego para el candidato Fernández Mañueco, diana compartida por el socialista Luis Tudanca y por el que ha sido su compañero de viaje, el exvicepresidente Igea.
Por sus efectos impredecibles, estos debates constituyen, junto al colapso de la atención primaria y la saturación hospitalaria, las dos principales preocupaciones del PP en el arranque de esta campaña. En el entorno de Mañueco cunde el temor de que la inopinada decisión del presidente de la Junta de convocar a las urnas en plena pandemia se le pueda volver muy en contra, máxime cuando la Junta de Castilla y León se ha obstinado en no adoptar ninguna medida restrictiva para frenar una ola que ha ocasionado en esta comunidad alrededor de 150.000 contagios y cerca de 40.000 bajas laborales desde el pasado 1 de diciembre, 1.500 de estas últimas entre los propios sanitarios del Sacyl.