Valladolid salvará los 138 peldaños -los 22 metros y la pendiente del 24%- que separa las calles Juan de Valladolid y Julio Senador Gómez, en el barrio de Parquesol, con un ascensor inclinado, una rampa mecanizada y dos tramos escaleras mecánicas. Un proyecto “novedoso, innovador y único en España”, según ha explicado este martes el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, durante la presentación. Se trata de una promesa electoral del PSOE y una de las obras más importantes de su mandato y algo así como “la esencia de la política municipal”: solucionar problemas concretos de los ciudadanos.
El nuevo sistema de movilidad se situará en la ladera norte del barrio de Parquesol, una de las zonas que más ha crecido en las últimas décadas, lo que permitirá una conexión rápida (1 minuto y 30 segundos) entre varios complejos deportivos, culturales y comerciales, como el estadio José Zorrilla, el polideportivo municipal o el Centro Cultural Miguel Delibes. El coste del proyecto es de 4,7 millones de euros (3.896.060 sin IVA) y se ejecutará gracias a las Inversiones Financieras Sostenibles (IFS), aunque Puente ha señalado que tratarán de recibir fondos europeos del fondo de recuperación para su financiación. En todo caso, una vez adjudicado, las obras deberían comenzar este mes de octubre y finalizar a lo largo de 2022.
El proyecto consta de tres elementos mecánicos. Un ascensor inclinado con capacidad para 25 personas, y que se desplazará a una velocidad de 1,6 metros por segundo. El elevador automático realizará una parada de dos minutos para que puedan subir y bajar los peatones. Tendrán prioridad las personas con dificultades de movilidad, carritos de bebés, bicicletas o personas con mascotas. La cabina que está preparada para desplazar a 400 personas a la hora. Tanto en la parte de arriba como en la de abajo, el proyecto cuenta una suerte de estaciones para que los viajeros se resguarden de las inclemencias del tiempo mientras esperan. Para reducir al máximo el mantenimiento de la cubierta, se ha previsto la utilización de elementos vegetales autóctonos en estas marquesinas. Además, se ajardinará todo el entorno y se instalará mobiliario urbano, como bancos, jardineras, y aparcamiento de bicicletas, para hacerlo más atractivo y accesible.
Junto al ascensor, estará el sistema de escaleras y rampa mecánica paralelo que salvará los 22 metros de distancia. El movimiento, ha explicado el alcalde será continuo en dirección ascendente. El recorrido empezará con una rampa mecánica, similar a la de los aeropuertos, situada en el primer tramo desde la parte inferior y salvará una altura de 7,14 metros. El mecanismo alcanzará una velocidad de 0,5 m/s y podrá transportar a 6.000 personas por hora. Seguidamente se situará el tramo de dos escaleras mecánicas, dispuestas en la zona intermedia y en la superior, cubrirán 7,25 metros y 7,69 metros, respectivamente. Al igual que la rampa, su velocidad de subida (o bajada) ser de 0,5 m/s.
En un principio y salvo que se produzcan eventos multitudinarios, el sistema de escaleras y rampa será únicamente de subida, mientras el ascensor sí operará en ambas direcciones de forma habitual. Toda la nueva instalación dispondrá de un sistema de monitorización y de videovigilancia y seguridad, lo que permitirá que funcione las 24 horas del día. A falta de conocer la adjudicación definitiva, Puente no cree que la gestión y el mantenimiento de la estructura vaya a tener un coste elevado para las arcas municipales. Como demuestran experiencias similares en el norte de España, ha señalado el alcalde, prevé que no haya demasiados actos de vandalismo, que es “muy escaso en infraestructuras que se perciben como útiles”.