La crisis de Vox en León por los vínculos con la Fundación Franco provoca la huida de 100 de sus 400 afiliados en la provincia
La crisis en la formación política Vox, que ha nombrado en estas últimas horas a una nueva presidenta de la comisión gestora, Elena Merino, se está saldando con una fuga de militantes a gran escala. El hasta hace unos días secretario general de Vox en León y uno de los miembros más antiguos de la formación ultraderechista, ambos recientemente dimitidos, han cifrado esa huida de militantes en una cuarta parte de la militancia en la provincia de León.
Los enfrentamientos vienen de lejos, pero en las últimas horas, una conversación telefónica en la que el presidente de Vox en León, Carlos Portomeñe, asegura que ha recibido el compromiso del patrono de la Fundación Francisco Franco, Jaime Alonso, para financiar al partido desde este organismo. Esa conversación, que ha desvelado la Cadena Ser, se ha saldado con el cese de Portomeñe como presidente de la gestora, al que le sustituye ya en el cargo Elena Merino.
Los vínculos de Vox en León con la Fundación Francisco Franco ya eran conocidos por algunos afiliados. Ese fue el motivo por el que, según ha explicado, dimitió el secretario de la comisión gestora, José Carlos Rúa, que en declaraciones a eldiario.es ha rechazado la idea de que la fundación de Jaime Alonso financiara la formación de la que llegó a ser presidente entre 2014 y 2016. “Yo no creo en eso, no soy franquista. Lo he denunciado a los órganos del partido, pero ellos están en connivencia con la fundación, y nunca se han dirigido a mí”.
José Carlos Rúa ha asegurado que la dirección nacional de Vox cuenta con informes suyos de los vínculos que tiene establecidos la formación en León con ese entorno. Ese es el motivo por el que cerca de un centenar de militantes de Vox en León ha decidido abandonar la formación, que cuenta con algo menos de 400 afiliados en la provincia leonesa. Rúa cree que, con esa pérdida de masa social, es “difícil” concurrir a las elecciones con garantías de resultados.
Ese extremo lo ha confirmado Gregorio Aller, uno de los primeros militantes de Vox en León, allá por el año 2014, y candidato a la Alcaldía de la capital leonesa en las elecciones municipales de 2015, que a finales de la semana pasada abandonaba igualmente el partido. También ha cifrado en cerca de un centenar las bajas de afiliados que se han producido desde hace ya algunas semanas, cuando a Vox en León comenzaron a llegar miembros procedentes de otras formaciones ultraderechistas como Fuerza Nueva o Democracia Nacional, así como el salto a la política, a través de este partido, de “generales del Ejército metidos con calzador que apoyan causas franquistas”.
“La gente que nos hemos ido, cada vez somos más; por otro lado, queda el afiliado que paga la cuota y que no se mete en más, y gente que está tratando de pescar en aguas revueltas”, ha señalado Aller, crítico también con las negociaciones con la Fundación Francisco Franco para obtener financiación. “La financiación es básica, pero no con cualquiera ni a cualquier precio. No sé si alguien se ha pensado que la Fundación Francisco Franco iba a poner el dinero por amor al arte. Es la forma de decir que te doy dinero y tú me tienes que colar a quienes yo te diga”, ha sentenciado.