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Ada Colau recupera la conexión del tranvía por la Diagonal antes de las elecciones sin los apoyos suficientes

Imagen del proyecto del tranvía por la Diagonal de Barcelona

Pau Rodríguez

Última llamada para la conexión del tranvía por la Diagonal de Barcelona. Cuando nadie lo esperaba, después de que el plenario tumbara el mismo proyecto en abril, el gobierno de Ada Colau ha retomado la unificación de la infraestructura amparándose en el apoyo ciudadano que recibió en la última encuesta municipal. El problema es que sigue sin tener los votos suficientes, según ha quedado claro en la comisión de Urbanismo.

La teniente de alcaldía del ramo, Janet Sanz, acudió al debate con nuevos argumentos y respaldos políticos para validar una conexión del tranvía que lleva años planeando sobre la ciudad. Esgrimió un apoyo del 63% de los barceloneses a que este medio de transporte recorra toda la Diagonal -según el último Barómetro municipal- y buscó la complicidad de la CUP, con su propuesta de municipalización de la red, y de los dos concejales no adscritos como una primera prueba de que están dispuestos a alcanzar el acuerdo que permita iniciar las obras antes de 2020.

El principal escollo, sin embargo, es que ERC sigue sin darles el 'sí'. El partido está convencido de que la recuperación del tranvía es “tacticismo” de Colau antes de las elecciones del 26 de mayo, y en este sentido aseguran que nada sustancial ha cambiado en su propuesta técnica. Si los republicanos votaron 'no' en abril fue porque creen que la Autoridad Metropolitana del Transporte (ATM) no garantiza que el retorno de la inversión que hace el Ayuntamiento ahora vaya a recaer íntegramente a las arcas municipales.

La ATM, en la que tiene mayoría la Generalitat por encima del consistorio, es la encargada de gestionar el tranvía, en sus tramos actuales del Llobregat (TramBaix) y el Besòs (TramBesòs). Pero explotación del servicio está externalizada a una UTE de empresas con una concesión que vence en 2032. La intención del Ayuntamiento para el nuevo tramo es asumir de su bolsillo toda la inversión, de 182 millones de euros, con la condición de que toda la gestión vuelva a sus manos cuando finalice este contrato y que, mientras tanto, los beneficios que genere el servicio debido al trazado en cuestión vayan a parar las arcas municipales.

Por este motivo, en la proposición llevada a votación este miércoles en la comisión de Urbanismo se pedía a la ATM que inicie una negociación con las concesionarias para modificar la tarifa técnica e “imposibilitar” que la inversión pública se destine a beneficios privados. Le demandan además que estudie una mayor presencia pública en la gestión del tranvía, incluso un posible rescate o reducción de la explotación, un extremo que hasta ahora descartaba el consistorio (costaría entre 220 y 400 millones).

Desde ERC, en cambio, piden al Ayuntamiento que primero consiga que la ATM renegocie los términos de la tarifa y, si lo consiguen, que se lleve entonces a votación la unificación de la infraestructura. Entonces sí cambiarían el sentido de su voto.

En cualquier caso, la comisión de este miércoles ha servido para ver dónde se encuentra cada partido respecto a la iniciativa antes de su votación definitiva el 26 de enero. PDeCAT, Ciudadanos y PP siguen en el 'no'. ERC, PSC y CUP se han abstenido. Los republicanos, a la espera que les pongan sobre la mesa una nueva propuesta; los socialistas, que votaron a favor en abril, han considerado esta vez que la recuperación del es una “cortina de humo” para esconder la “mala gestión” de Colau, según palabras del concejal Daniel Mòdol.

La CUP ha visto cómo su propuesta salía rechazada, aunque ha contado con el apoyo de Barcelona en Comú y el concejal no adscrito Juanjo Puigcorbé. Pedían un acuerdo vinculante entre consistorio y ATM para implementar un modelo de gestión “totalmente público”, la mejora de las condiciones de sus trabajadores o una reducción del período de concesión actual, que el gobierno municipal había descartado hasta ahora por su coste millonario.

La unificación del tranvía, que en la actualidad llega hasta Glòries (por el norte) y Francesc Macià (por el sur) era uno de los planes estrella que Colau tuvo que guardar en un cajón al no conseguir mayoría en el pleno, ni siquiera reduciendo de entrada las obras a un primer tramo, de Glòries a Verdaguer, tal como llevaba ERC en su programa electoral. El nuevo trazado reduciría en 15 minutos el trayecto en transporte público entre ambos puntos.

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