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Hispachan: la web donde se cuelgan fotos de mujeres desnudas sin su permiso

La cosplayer The Mercury Lady es una de las afectadas por las fotografías subidas sin consentimiento en Hispachan

Marc Vilajosana

“Esto es una guerra que yo no puedo ganar”. Anuhiu encontró fotografías suyas en el sitio web Hispachan gracias a un amigo que le facilitó el enlace. “Lo primero que hice fue cabrearme”, confiesa. Se trataban de imágenes suyas de 2015 subidas en su cuenta de Twitter, en las que se probaba ropa nueva o cosplays –disfraces hechos a mano de personajes ficticios–. Un usuario anónimo subió esas imágenes sin su permiso, como habían hecho con muchas otras chicas.

El caso de Anuhiu –nombre en Twitter de una usuaria que prefiere mantener el anonimato– es solo uno de los múltiples casos que se han dado a conocer durante los últimos meses. Esta red social ha sido el epicentro de las denuncias de varias chicas, que sirvió para que muchas otras mujeres descubrieran que se encontraban en esa misma situación.

Hispachan es un tablón de imágenes digital creado en 2012 por el usuario conocido como Zeta. Asegura que su web llega a los 700.000 usuarios únicos mensuales. El formato de esta web se inspira en la estructura de otros famosos portales de internet, como el estadounidense 4chan o el japonés Futaba. Se trata de un espacio digital dividido por categorías y subcategorías llamados Tablones en los que los usuarios, desde el anonimato, publican imágenes y comentarios.

Fue durante el pasado junio cuando se dieron a conocer la gran mayoría de casos, aunque Anuhiu se enteró en abril. Siguiendo el consejo de su amigo, esta chica se protegió su cuenta para que solo sus seguidores pudieran ver sus tuits e imágenes y evitar que usuarios de Hispachan colgaran más fotografías suyas. 

El anonimato: la piedra angular de Hispachan

El rasgo principal de Hispachan es su anonimato. No hace falta registrarse para participar. “El anonimato en Hispachan es importante porque permite expresarse de forma más honesta que en las redes sociales tradicionales”, responde por correo electrónico Zeta, uno de los administradores de Hispachan. “¿Cómo burlar la censura mediática en países como Venezuela? ¿Cómo desahogarte contándole al mundo que lo tuyo es el BDSM o que te encanta vestirte de mujer? Ahí radica la importancia de un sitio como el nuestro”, añade.

El tablón en el que se han publicado las fotografías y comentarios es el que lleva el nombre “Sexy”. El tablón está dividido en varias secciones: desde el genérico “Chicas Sexy” hasta otras categorías más específicas como “Hentai”, “Gay/Trans” o “ThePornDude”. Lo más habitual es que un usuario cree un hilo en el que sube algunas fotos de una chica y aliente al resto de usuarios a buscar más fotografías e información de ella. A la primera publicación le siguen comentarios de otros usuarios anónimos, que se centran en el físico de la chica, admiran o incluso comentan prácticas sexuales que fantasean llevar a cabo con ella.

Acoso en las redes fruto de la difusión

A principios de junio, la estudiante de Historia Ana C. Crossa descubrió uno de estos hilos. “Estaba cotilleando por internet y de casualidad terminé en Hispachan. El hilo era bastante desagradable, con comentarios súper misóginos y que pedían fotos privadas”, recuerda. Una de las afectadas era la cosplayer Mercury Lady. Tanto ella como Crossa lo denunciaron en Twitter y explicaron cómo se podían borrar las fotos. Los tuits se hicieron virales y eso atrajo a los usuarios de Hispachan. “Con todo el caos que se montó no tardaron en localizar a las personas que dimos la voz de alarma”, explica Crossa.

Esto supuso el inicio de una campaña de acoso a las denunciantes. Usuarios de Hispach las amenazaron con hackear sus cuentas en redes sociales y las chantajearon con publicar supuestas fotos privadas que en realidad no existían. Mercury Lady ahora se plantea más seriamente qué fotos subir a internet: “Foto que veo que se me ve la clavícula, foto que corto para que no se me vea más del cuello”. Actualmente se encuentra preparando un nuevo cosplay, pero teme encontrarse otra vez con la misma situación. “Se te pasan las ganas de hacerlo”, concluye.

Estos hilos con fotografías fueron denunciados por las afectadas a través de sus redes sociales y el mensaje llegó a más usuarias como Susana Martínez, streamer ilicitana que retransmite en directo sus partidas a videojuegos en la plataforma Twitch. Los seguidores de Susana la alertaron de su presencia en Hispachan. “Entré asustada, pero en mi caso no había fotos comprometidas, lo que hacían era pedir ese tipo de fotos”, recuerda esta joven.

Martínez actuó con rapidez para tratar de eliminar el hilo en el que solicitaban fotografías suyas. Tras contactar con otra streamer que también se vio afectada por el caso, denunció el caso a la Policía. Los administradores de Hispachan recibieron la notificación del cuerpo de seguridad y eliminaron la publicación, pero el mismo día los usuarios crearon otro hilo dedicado a ella. Susana repitió el proceso y la web volvió a tumbar el hilo, pero éste apareció de nuevo escasos días después.

Casos como el de Susana, sin embargo, constatan las dificultades para evitar que un hilo vuelva a ser publicado. “Hay moderadores las 24 horas vigilando que todo sea legal”, afirma el administrador de Hispachan. “El posteo es inmediato, así que no se puede ni se debe revisar el contenido antes de ser publicado”, opina Zeta, que añade que todos los hilos eliminados se contabilizan en el apartado de Transparencia de Hispachan. Para evitar que los contenidos eliminados vuelvan a la página, Zeta asegura que tienen un protocolo para “casos graves”. “Pero en casos leves creemos que la mera eliminación del contenido o un baneo es suficiente”, matiza.

¿Son legales estas publicaciones?

El argumento más usado por los defensores de Hispachan es el hecho de que las fotografías son públicas porque se han subido en las redes sociales de las afectadas. De acuerdo con el abogado José María Solano, es necesario diferenciar entre el momento de la obtención y el uso posterior. Si la fotografía ha sido extraída de las redes sociales públicas de una persona estamos ante una obtención lícita. Lo que es ilegal es publicarla después en otro sitio sin consentimiento. “Tú no puedes subir una fotografía de tu vecina para vender patatas”, sostiene Solano. “Tiene que haber un consentimiento expreso para usar esa imagen en según qué términos”.

De acuerdo con el abogado consultado, la responsabilidad jurídica de Hispachan depende de si los administradores tienen constancia de que se están cometiendo ilegalidades en su web. Y según Solano, los informes de transparencia y el comunicado en el blog evidencian que sí. Con todo, el anonimato, tanto de los usuarios como de los responsables de Hispachan, cuyos servidores se alojan en los Países Bajos, dificulta cualquier acción legal.

Por su lado, el administrador de Hispachan se muestra abierto a colaborar con la justicia y a facilitar la información necesaria de los usuarios anónimos acusados en caso de que haya una denuncia formal y el juez lo requiera. “Colaboramos con las autoridades como estamos obligados por ley, que nadie se crea que Hispachan es la ‘deep web’ o algo similar”, añade Zeta.

La culpabilización de las víctimas

Los mensajes en redes sociales que denunciaban la publicación de estas imágenes solían ir acompañados de muestras de apoyo y preocupación. Sin embargo, muchas de las entrevistadas también registraron reproches. Mercury Lady explica que notó que “en la comunidad cosplayer había mucha culpabilización” y afirma haber leído frases en las que se criticaba el contenido “casi pornográfico” de algunas fotografías. “Es terrible cómo tenemos que agachar la cabeza y resignarnos a que nos van a sexualizar”, lamenta Ana C. Crossa.

Kysu, periodista madrileña también afectada por la publicación de imágenes suyas en Hispachan, considera que “el anonimato en internet convierte la gente en basura”. Esta chica afirma que le han dicho “barbaridades” por colgar sus fotografías en internet: “Que si era fea, que si esas fotos no eran mías, que si seguro tendría pene…”.

Todas las entrevistadas coinciden en que la actuación adecuada pasa por evitar la culpabilización y dar apoyo a las afectadas por esas prácticas. La streamer Susana Martínez cree que “ninguna de las chicas que están en esa página tiene la culpa”. Por su parte, Kysu cree que movimientos como el feminismo garantizan que “vas a tener mucho más apoyo que insultos”. Mercury Lady sentencia: “Apoyemos a las víctimas. No las sometamos a más presión”.

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