El 14 de marzo se celebró la junta anual de accionistas del Banco BBVA en Bilbao y, como cada año desde 2009, desde las campañas Banca Armada y BBVA Sin Armas, participamos con una acción de activismo accionarial.
El activismo accionarial consiste en aprovechar las propias estructuras de la empresa multinacional como plataforma para dar a conocer, públicamente, la cara más oscura de sus negocios. En el caso de la campaña Banca Armada (Setem, ODG y Centro Delàs d'Estudis per la Pau), la participación de los activistas en las juntas de los bancos se utiliza para denunciar ante los consejos de administración, los accionistas y los medios de comunicación, las implicaciones que tiene su empresa en el ciclo armamentístico, desde la financiación de la fabricación de armas hasta la financiación de la exportación.
La acción no sería posible sin la aportación de decenas de accionistas que ceden a la campaña, la representación en la junta, de sus acciones. En el caso del BBVA, este año 2014, las intervenciones de los activistas en la junta han estado apoyadas por 280.000 acciones cedidas.
En esta ocasión, se aprovecharon las dos intervenciones de que disponíamos para hablar concretamente de los casos de General Dynamics y AECOM, dos empresas norteamericanas fabricantes de armas, y de Drummond, una importante exportadora de carbón a nivel mundial que se ha demostrado que mantiene relaciones con los grupos paramilitares de Colombia.
Pese a que el BBVA anunció la aplicación de una normativa restrictiva a nivel de inversiones en el sector armamentístico, el hecho, es que cada año, financia en mayor cantidad, las empresas General Dynamics y AECOM. Esta última es proveedora de soporte técnico y mantenimiento de vehículos militares y equipos de armamento bélico, como carros de combate, vehículos de infantería, sistemas de artillería o defensa antiaérea. Además, AECOM forma parte de la asociación National Security Technologies (NSTec), encargada del mantenimiento de la única zona de pruebas nucleares de los EEUU donde se siguen produciendo ensayos nucleares. Por su parte, General Dynamics es uno de los mayores fabricantes de armas del mundo (blindados, camiones, carros de combate cañones, armas ligeras, bombas, submarinos nucleares y sistemas de guía de misiles nucleares y de largo alcance) y está implicado en la producción de armas nucleares y de uranio empobrecido.
Por otro lado, el BBVA ha financiado la empresa Drummond, acusada de utilizar las fuerzas paramilitares para proteger sus instalaciones de extracción de carbón y de reprimir los movimientos sindicales en Colombia, hasta el punto de ser sospechosa de la muerte de dos sindicalistas.
Pero el BBVA no es la única entidad financiera en la que la campaña Banca Armada ha hecho presencia este año. El pasado 28 de marzo, también participamos en la junta de accionistas del Banco Santander (Banco Santander Sin Armas) con dos intervenciones más y, además, tenemos previsto participar próximamente en la de CaixaBank. Cabe destacar que el activismo accionarial está tomando fuerza como medio de denuncia y otros colectivos empiezan a practicarlo en otras entidades bancarias como el Banco Sabadell.
El 14 de marzo se celebró la junta anual de accionistas del Banco BBVA en Bilbao y, como cada año desde 2009, desde las campañas Banca Armada y BBVA Sin Armas, participamos con una acción de activismo accionarial.
El activismo accionarial consiste en aprovechar las propias estructuras de la empresa multinacional como plataforma para dar a conocer, públicamente, la cara más oscura de sus negocios. En el caso de la campaña Banca Armada (Setem, ODG y Centro Delàs d'Estudis per la Pau), la participación de los activistas en las juntas de los bancos se utiliza para denunciar ante los consejos de administración, los accionistas y los medios de comunicación, las implicaciones que tiene su empresa en el ciclo armamentístico, desde la financiación de la fabricación de armas hasta la financiación de la exportación.