Según el último Informe del SIPRI, el Centro de Estudios de Estocolmo, al cual recurrimos para conocer la marcha del militarismo en el mundo, el gasto militar mundial durante el año 2015 ha aumentado en términos reales un 1% respecto al 2014, alcanzando la cifra de 1,7 billones de dólares. Este aumento marca un cambio de tendencia en el gasto militar mundial, pero no es ninguna sorpresa, pese a los cuatro años consecutivos de descenso desde el 2011. Esto es debido a los cambios que se están produciendo en la geoestrategia mundial, con un desplazamiento de la geopolítica hacia el Sur-este asiático, en donde China e India están aumentando de forma considerable su gasto militar para reforzar el control marítimo de la zona, mientras que los Estados Unidos para neutralizar especialmente a China, hace lo mismo concentrando un gran despliegue militar para ayudar a sus aliados en la región.
Por zonas geográficas el incremento más importante ha tenido lugar en Europa Central y Oriental donde el gasto creció un 13%, en Asia un 5,4%, Oceanía un 7,7% y Oriente Próximo 4,1%.
Los países que más han aumentado el gasto militar han sido: Rusia con un 7,5%; seguido por China con un 7,4%, aunque en menor proporción que en años anteriores donde alcanzó los dos dígitos; el tercer país ha sido Arabia Saudí con un 5,7%. En cambio, continúa disminuyendo el gasto militar en América del Norte y Europa occidental. Los Estados Unidos de América han reducido el gasto en un 2,4%, y Europa Occidental un 1,3%. Estos descensos se vienen produciendo desde el año 2009, producto de la llegada de la crisis económica global, que ha afectado especialmente a los países del bloque occidental.
Por orden en el ranking de mayor gasto militar, EEUU continúa en primer lugar con 596 mil millones de dólares, un 36% del total mundial, un porcentaje muy inferior al de hace una década cuando llegó al 46% del gasto mundial. En segundo lugar se encuentra China con 215 millones de dólares, y en tercer lugar Arabia Saudita con 87,2 millones $, superando a Rusia por primera vez que baja al cuarto lugar con 66,4 millones $. Respecto a Europa Occidental, en su conjunto, el gasto militar continúa retrocediendo como en los diez últimos años que disminuyó en 8,5%.
Este sucinto análisis demuestra que se están produciendo cambios importantes respecto a cómo afrontar la geoestrategia mundial. Mientras las potencias emergentes, BRICS, continúan apostando por aumentar su poder militar para reforzar sus aspiraciones de convertirse en potencias mundiales. EEUU y sus socios de Europa Occidental redujeron el número de sus fuerzas armadas, lo que se traduce en menos armas que abarata costes, pero en cambio apuestan por otro tipo de armamentos: drones y otras tecnologías militares (un dron es más barato que un F-35); y lo más importante, desplazan el gasto de los ministerios de defensa al de seguridad interior. Eso el SIPRI no lo analiza, pero debería también ser motivo de análisis para poder comprobar si existe un desplazamiento del gasto militar hacia las políticas de seguridad en los estados occidentales. Esto es debido a la preocupación por los posibles ataques terroristas, porque los Estados saben que los ejércitos no sirven para hacerles frente, y en cambio refuerzan el gasto en servicios de inteligencia, policías y cuerpos paramilitares internos. Esta debería ser una nueva fuente de análisis que la investigación por la paz debería atender.
En referencia al gasto militar de España, el último informe del SIPRI, tiene un cambio muy importante respecto al mismo informe del año anterior. Si se compara 2015 con 2014, se observará que el gasto militar ha aumentado en 3.256 millones de euros, un 33% más, pasando de 9.596 M€ a 12.852 M€. Eso es así gracias a la nueva forma de computar por parte del SIPRI el gasto militar de España, que después de haber mantenido un diálogo con el Centre Delàs de Estudios por la Paz, incorpora por primera vez diversos gastos militares no incluidos anteriormente en sus Informes. Gastos militares que en España están repartidos por otros ministerios que no es el de Defensa. A saber, las clases pasivas militares (Seguridad Social), la mutua médica militar ISFAS (Otros Ministerios), las ayudas en I+D a proyectos militares (Ministerio de Industria), y la diferencia entre el presupuesto inicial del Ministerio de Defensa y el liquidado a final del año, y que en los últimos años ha rondado un promedio de 2.000 M€. Esto último era una argucia del Ministerio de Defensa y consentida por el Ministerio de Hacienda para ocultar el gasto militar real y que la opinión pública ignorara que Defensa era el ministerio más privilegiado frente al resto de ministerios que habían sufrido graves recortes desde llegada de la crisis económica.
Es muy satisfactorio saber que el SIPRI, del que Centro Delàs es colaborador en cuestiones relacionadas con la economía de la defensa de España, asuma estos criterios. A partir de este momento, ni el Gobierno ni el Ministerio de Defensa podrán decir que el gasto militar de España es uno de los más bajos de Europa (0,6% del PIB), porque según el SIPRI 2015 lo elevan al 1,3%. Esto ayudará a aumentar la sensibilidad de la ciudadanía en favor de reducir el gasto militar y reconducirlo hacia la economía real, la productiva, que sin duda crearía más puestos de trabajo.