Desde hace muchos años las monarquías del Golfo Pérsico han boicoteado públicamente a Israel mostrándose partidarias de cooperar con el desarrollo de Palestina, donde la mayoría de la población comparte el deseo de la liberación de Palestina. De ese modo, las coronas de dicha región, han obstaculizado abiertamente las relaciones con Israel; por ejemplo, en Arabia Saudí, desde 1971 el punto 15 de la ley federal determina que “…se prohibirá a toda persona física o jurídica, directa o indirectamente, concluir acuerdos con organizaciones o personas ya sean residentes en Israel o bien vinculados a este mismo país en virtud de su nacionalidad o trabajo a su servicio”. Además, la Oficina de Boicot ha inhabilitado las llamadas telefónicas a Israel, las páginas web y la entrada de sus ciudadanos en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Sin embargo, en los últimos años las relaciones políticas y económicas entre las monarquías del Golfo Pérsico e Israel se han consolidado con el objetivo de afianzar un frente antiiraní, fortalecer los lazos en materia de seguridad con occidente y colaborar en secreto para establecer lucrativas alianzas comerciales con Israel. Asimismo, a raíz del liderazgo de los EAU en energías renovables, consiguiendo la candidatura para asentar la sede de la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA), a pesar de la inexistencia de relaciones diplomáticas entre Israel y los EAU, en 2010 los servicios de inmigración tuvieron que autorizar la entrada en Abu Dabi de una delegación israelí para poder acudir a los encuentros de la Agencia.
Por otra parte, en materia de seguridad, la empresa Asia Global Technologies (con sede en Zúrich y Abu Dabi y fundada por un israelí afincado en Estados Unidos), construyó muros de seguridad inteligentes dotados de sensores, programas de reconocimiento facial y otras tecnologías avanzadas para custodiar las 15 instalaciones petroleras ubicadas en los EAU, fronterizas con Omán. A todo esto, los EAU también han comprado dos aviones de vigilancia de Radom Aviation Systems, empresa cercana a Tel Aviv, lo que hace evidente los crecientes vínculos con Israel en el sector de la seguridad.
Del mismo modo, según la Iniciativa OpenNet Toronto-Harvard, a pesar de la censura de internet en los EAU, a finales del 2009 desbloquearon el acceso a las páginas web con sede en Israel con el sufijo il, con lo que hubo acceso sin interrupción, aunque no está claro por qué decidieron eliminar la prohibición, ni si la censura volverá a ser aplicada en el futuro.
Bahréin clausuró su propia Oficina del Boicot en 2005, mostrándose dispuesto a avanzar en las relaciones comerciales; pero igual que en las otras monarquías del Golfo, los evidentes acuerdos formales con Israel han tropezado con la oposición de parte de la población nacional, plasmándolo en las manifestaciones de 2010 en las principales mezquitas de Bahréin para denunciar los ataques israelíes contra la flotilla de Gaza.
Aunque los Estados árabes del Golfo de Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Omán, Bahréin y los EAU ven el conflicto palestino-israelí como un desestabilizador regional, sus principales problemas de seguridad están focalizados en Irán.
El deseo y el interés de la mayoría de los países árabes para poner fin al conflicto palestino-israelí permanece pero no están actuando de manera contundente para ayudar a la Autoridad Palestina a alcanzar sus metas, ya que mientras haya un fuerte vínculo entre el progreso en el proceso de paz y la promoción de las relaciones de Israel con los Estados árabes, las conexiones políticas son mucho más complejas de lo que parecen. Consecuentemente, es importante observar el modo en que evoluciona la naturaleza dual de las monarquías del Golfo Pérsico sobre su posición política formal para normalizar las relaciones con Israel, por una parte, y cooperar en el conflicto palestino-israelí por la otra.
Desde hace muchos años las monarquías del Golfo Pérsico han boicoteado públicamente a Israel mostrándose partidarias de cooperar con el desarrollo de Palestina, donde la mayoría de la población comparte el deseo de la liberación de Palestina. De ese modo, las coronas de dicha región, han obstaculizado abiertamente las relaciones con Israel; por ejemplo, en Arabia Saudí, desde 1971 el punto 15 de la ley federal determina que “…se prohibirá a toda persona física o jurídica, directa o indirectamente, concluir acuerdos con organizaciones o personas ya sean residentes en Israel o bien vinculados a este mismo país en virtud de su nacionalidad o trabajo a su servicio”. Además, la Oficina de Boicot ha inhabilitado las llamadas telefónicas a Israel, las páginas web y la entrada de sus ciudadanos en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Sin embargo, en los últimos años las relaciones políticas y económicas entre las monarquías del Golfo Pérsico e Israel se han consolidado con el objetivo de afianzar un frente antiiraní, fortalecer los lazos en materia de seguridad con occidente y colaborar en secreto para establecer lucrativas alianzas comerciales con Israel. Asimismo, a raíz del liderazgo de los EAU en energías renovables, consiguiendo la candidatura para asentar la sede de la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA), a pesar de la inexistencia de relaciones diplomáticas entre Israel y los EAU, en 2010 los servicios de inmigración tuvieron que autorizar la entrada en Abu Dabi de una delegación israelí para poder acudir a los encuentros de la Agencia.