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Excepción de seguridad para el TTIP

Wendela de Vries

Stop Wapenhandel / Traducción: Centre Delàs d'Estudis per la Pau —

Las armas no son una mercancía ordinaria. Por esta razón, el comercio de armas ha sido excluido de los tratados internacionales de comercio, como por ejemplo de la OMC o del mercado común de la UE. Esto beneficia a los gobiernos en el fortalecimiento de su propia industria de defensa en un mercado altamente competitivo, y en el mantenimiento del control sobre las exportaciones de los bienes militares a destinos considerados no deseables por razones estratégicas, de política exterior o de derechos humanos. El comercio de armas está regulado en la Unión Europea por una Posición Común que establece un sistema de licencias, y en EEUU por la US Conventional Arms Transfer Policy (Política de Transferencia de Armas Convencionales). El sistema de EEUU ha sido recientemente actualizado para expresar la intención de que no se transfieran armas, equipamiento ni formación a países que cometan genocidio, crímenes contra la humanidad o violen el derecho internacional humanitario; y las decisiones finales recaen en la presidencia.

No parece probable que el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), actualmente bajo negociación entre la UE y los EEUU, rompa con la tradición de las “excepciones de seguridad” en los tratados de comercio. Sin embargo, oficialmente esto todavía está por decidir. En respuesta a las preguntas del parlamento, la ministra de Defensa holandesa, Jeanine Hennis-Plasschaert, señaló que las negociaciones para el TTIP “no excluyen ningún sector” (aparte de la industria audiovisual). “El Consejo (de la UE) ha dado a la Comisión Europea un amplio mandato para llegar a un ambicioso acuerdo con los EEUU”, según Hennis. “Hasta qué punto influirá un TTIP en una mayor apertura del mercado de la defensa y la seguridad tendrá que verse durante las negociaciones, considerando la sensibilidad que genera este sector tanto en la UE como en Estados Unidos”.

El poderoso lobby de la industria de defensa europea, la ASD (AeroSpace and Defence Industries Association of Europe), dio la bienvenida a las negociaciones del TTIP participando en el Diálogo de la Sociedad Civil, establecido por la Comisión Europea como un canal directo de comunicación entre los negociadores del TTIP y la industria de la UE. La ASD se estableció como Grupo de trabajo entre la UE y los EEUU sobre el Acuerdo de Libre Comercio para realizar un seguimiento de los avances, mantener a la industria informada y hacer propuestas a los negociadores cuando los intereses esenciales de la industria aeroespacial y de defensa europea estén en juego. Dicho Grupo de trabajo consultará “a los mejores expertos de la comunidad ASD cuando requieran asistencia en esta tarea”. Las compañías que forman parte de la ASD podrían quedar directamente afectadas por los resultados de las negociaciones en muchas de las áreas cubiertas por el TTIP (acceso a mercados, coherencia en la regulación y las normas del comercio). Los derechos de propiedad intelectual podrían ser también un caso de preocupación. La ASD ve posibilidades especialmente para las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), que son extremadamente importantes para la industria de defensa europea en este aspecto, dado que pueden ayudar a abrir el mercado de la defensa en EEUU aportando tecnologías “nicho” a las grandes y dominantes compañías americanas. Según la ASD el TTIP tendrá “un impacto positivo en las PYMEs, ya que conllevará la facilitación del comercio y la reducción de costes”.

¿Cuál podría ser el “impacto positivo” en el comercio al que se refiere la ASD? El documento que se ha filtrado del borrador del texto de la UE sobre las políticas para la energía del TTIP, según el Huffington Post, da una idea de lo que depara el futuro. Entre otros, indica que “las exportaciones de los bienes energéticos a otra de las Partes será automáticamente consideradas acordes con todas las condiciones y criterios previstos en la legislación respectiva de las Partes para la concesión de licencias de exportación”. En otras palabras, lo que sea aprobado por una de las partes, será automáticamente adoptado por la otra parte. Aunque esta es frecuentemente la situación entre los socios de la OTAN, en teoría los gobiernos todavía pueden hacer excepciones si así lo desean. Esta amenaza se dio con la exportación de armas desde la República Checa a Egipto, razón por la cual el gobierno checo aconsejó a las empresas de armamento exportarlas por avión, ya que de esta manera los permisos de tránsito no eran necesarios. Incluso entre los países de la UE, la Posición Común no siempre se implementa de forma común.

Un mercado de defensa abierto no interesa a la industria de armamento europea. Según Tom Enders, Jefe Ejecutivo de Airbus y destacado portavoz del sector de defensa europeo, el TTIP será una “importante contribución para nuestra alianza (trasatlántica)”. Sin embargo, aunque Enders puede “imaginar un TTIP sobre defensa, no ahora”, dado que Europa necesita estar mejor equipada y preparada para cumplir con los asuntos de defensa y seguridad. En otras palabras, la industria de defensa europea todavía necesitaría un trato europeo preferente antes de poder competir con EEUU sobre un terreno de igualdad. Claramente, no es un control democrático lo que le preocupa. En realidad, cree que “las grandes compañías deberían tener el impulso necesario para influenciar y dirigir las necesidades de los militares. Los gobiernos no le dicen exactamente a la industria qué es lo que necesitan; por lo tanto, es la industria quien debe dirigir y presentar a los militares lo que necesitarán para los desafíos que encontrarán hoy y mañana”. Te indicamos qué comprar, tú sólo tienes que pagarlo.

¿Sobre qué está presionando la ASD, entonces? Por supuesto, la ASD representa también a la industria civil aeroespacial y, aunque el TTIP podría excluir finalmente el comercio de armas de su mandato, esto impactaría sobre los otros sectores. Incluso con una excepción de seguridad, el TTIP podría cubrir el importante y creciente sector de los productos de doble uso, para los que la legislación se queda atrás en todos los sentidos. Esto podría causar problemas de control en el futuro. Según el Huffinton Post, los acuerdos de libre comercio “ligan a todos los participantes a un régimen regulatorio específico, dificultando el desarrollo de futuras regulaciones en respuesta a nuevos problemas”. Una vez bajo el TTIP, no habrá posibilidad para la UE de mejorar su política de exportación de productos de doble uso ni de responder al desarrollo de nuevas tecnologías de armamento no explícitamente listadas como bienes estratégicos. Además, dado que “los pactos de comercio son aplicados por los tribunales internaciones, que pueden imponer sanciones económicas contra los Estados que violen los acuerdos” escribió Huffington Post. Bajo el TTIP, la capacidad de la UE o de los gobiernos nacionales para desarrollar políticas de exportación basadas en los derechos humanos, como por ejemplo en lo relacionado con el material de doble uso o la aplicación de la cláusula “catch-all”, se verá considerablemente limitada.

Artículo original: Stop Wapenhandel.

Las armas no son una mercancía ordinaria. Por esta razón, el comercio de armas ha sido excluido de los tratados internacionales de comercio, como por ejemplo de la OMC o del mercado común de la UE. Esto beneficia a los gobiernos en el fortalecimiento de su propia industria de defensa en un mercado altamente competitivo, y en el mantenimiento del control sobre las exportaciones de los bienes militares a destinos considerados no deseables por razones estratégicas, de política exterior o de derechos humanos. El comercio de armas está regulado en la Unión Europea por una Posición Común que establece un sistema de licencias, y en EEUU por la US Conventional Arms Transfer Policy (Política de Transferencia de Armas Convencionales). El sistema de EEUU ha sido recientemente actualizado para expresar la intención de que no se transfieran armas, equipamiento ni formación a países que cometan genocidio, crímenes contra la humanidad o violen el derecho internacional humanitario; y las decisiones finales recaen en la presidencia.

No parece probable que el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), actualmente bajo negociación entre la UE y los EEUU, rompa con la tradición de las “excepciones de seguridad” en los tratados de comercio. Sin embargo, oficialmente esto todavía está por decidir. En respuesta a las preguntas del parlamento, la ministra de Defensa holandesa, Jeanine Hennis-Plasschaert, señaló que las negociaciones para el TTIP “no excluyen ningún sector” (aparte de la industria audiovisual). “El Consejo (de la UE) ha dado a la Comisión Europea un amplio mandato para llegar a un ambicioso acuerdo con los EEUU”, según Hennis. “Hasta qué punto influirá un TTIP en una mayor apertura del mercado de la defensa y la seguridad tendrá que verse durante las negociaciones, considerando la sensibilidad que genera este sector tanto en la UE como en Estados Unidos”.