Era una vista para decidir si se mantiene la prisión provisional, pero se ha hablado, y mucho, sobre los indicios que pesan sobre Dani Alves. La defensa del futbolista, en respuesta a la Fiscalía y a la acusación particular, ha dado un paso más allá de la duda sembrada sobre el relato de la joven que acusa al jugador de agresión sexual y, según fuentes jurídicas, ha cuestionado directamente el núcleo de la denuncia.
La Audiencia de Barcelona ha analizado este jueves a puerta cerrada el recurso de la defensa de Alves contra su prisión preventiva. El tribunal, pese a que ni acusación particular ni defensa se habían opuesto a la entrada de la prensa en la sala de vistas, ha decidido que la sesión no contara con presencia de periodistas tras pedirlo la Fiscalía para evitar eventuales filtraciones de datos personales de la denunciante.
Dani Alves permanece encarcelado desde el 20 de enero, acusado de una agresión sexual a una joven de 23 años en un baño de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona el pasado 30 de diciembre. Su defensa pide la libertad provisional y propone un abanico de medidas alternativas a la prisión preventiva, a las que la Fiscalía y la acusación particular se oponen al considerar que persiste un “grave” riesgo de fuga, han informado fuentes fiscales. El tribunal decidirá en los próximos días.
Pese a que normalmente este tipo de vistas versan sobre el riesgo de fuga, el arraigo del investigado en España y las alegaciones de la defensa para remarcar que no huirá, en la sesión de este jueves el abogado de Alves, Cristóbal Martell, y la Fiscalía han entrado en los indicios del caso, en lo que ha sido un anticipo del juicio.
En su petición de libertad, el letrado del futbolista empezó a sembrar la duda al tribunal al exponer que las imágenes de videovigilancia de la discoteca desmienten el “clima de terror” relatado por la víctima. Pero sobre el núcleo de la agresión sexual denunciada, la defensa se limitó a expresar que fueron relaciones consentidas, sin más concreción.
El consentimiento
Este jueves, según fuentes jurídicas, la defensa ha ido un paso más allá y ha cuestionado directamente la agresión sexual denunciada al remarcar que la víctima no presentaba lesiones vaginales. Ello le permite abonar su tesis de que fueron relaciones consentidas.
Las acusaciones, en cambio, reafirman que disponen de indicios suficientes de la falta de consentimiento. Entre otros, las huellas dactilares de Alves halladas en el baño de la discoteca, el ADN del futbolista encontrado en la víctima y el hecho de que las cámaras del local captaran al jugador pasando sin inmutarse al lado de la denunciante, quien estaba llorando tras salir del pequeño baño.
Fuentes fiscales han explicado que el Ministerio Público ha defendido que Alves siga en prisión en base a los “indicios suficientes” que, a su juicio, corroboran la versión de la víctima. La Fiscalía ha expuesto que existe un “grave” riesgo de fuga ya que Alves es nacional de Brasil y su elevado patrimonio le permite “asegurar” su huida, al carecer de arraigo suficiente en España.
Por su lado, la defensa de la denunciante, que ejerce la letrada Ester García, ha insistido en que el futbolista dispone de medios suficientes para irse de España, incluso en avión privado. En declaraciones a los periodistas, García ha valorado que la eventual puesta en libertad del futbolista supondría un “atentado a la integridad psicológica” de su clienta, quien a raíz de los hechos mantiene secuelas y a la que avalan varios testigos que han declarado en la causa.