Dos amigas de la víctima explican a la jueza que Dani Alves también las abordó en la discoteca
El horizonte judicial de Dani Alves se complica. Dos amigas de la joven que acusa de agresión sexual al futbolista han explicado este viernes a la jueza del caso que el jugador también las abordó en el reservado de la discoteca Sutton con intenciones sexuales sin su consentimiento.
Ante la titular del juzgado de instrucción 15 de Barcelona han comparecido este viernes como testigos la amiga y la prima de la víctima que la acompañaban la noche de los hechos en la discoteca Sutton, así como seis trabajadores y responsables del local. Todos ellos han avalado la versión de la denunciante.
La causa contra Alves sigue, por un lado, su investigación ordinaria, con la declaración de testigos. En paralelo, en las próximas semanas la Audiencia de Barcelona deberá decidir sobre el recurso del jugador en el que ha pedido su puesta en libertad provisional. El jugador permanece en prisión preventiva desde el pasado 20 de enero.
Según han informado fuentes jurídicas, los testigos, entre los que figuran los camareros que sirvieron las copas a la víctima y sus amigas en el reservado de Sutton, se han ratificado en las declaraciones que prestaron ante los Mossos d'Esquadra.
La prima y la amiga que acompañaban a la denunciante han mantenido que Alves las invitó, a través de un camarero de la discoteca, a tomar unas copas en el reservado en el que estaba de fiesta con un amigo suyo. Una vez allí, han recordado que el futbolista también las abordó a ellas, con intenciones sexuales, antes de invitar a la víctima a entrar en el baño donde presuntamente la agredió sexualmente.
La magistrada, tras escuchar el relato de una de las dos testigos, le ha ofrecido ejercer acciones penales contra Alves, si bien la joven lo ha rechazado al entender que los hechos graves que merecen abordarse en el juzgado son los de la primera víctima, han indicado las mismas fuentes.
A la espera de cómo pueda contraatacar la defensa, las declaraciones de los testigos de este viernes no hacen sino confirmar que para el jugador el caso va convirtiéndose en una gestión de la derrota. Los indicios contra él no se difuminan, sino que se acumulan en el juzgado.
El más determinante, por ahora, es el relato contundente, inequívoco y claro de la víctima (todo lo contrario que el jugador, quien dio hasta tres versiones contradictorias sobre los hechos). Según denunció la víctima, el futbolista les invitó a ella y a unas amigas a tomar una copa y le pidió que la acompañara a una sala del reservado donde se encontraban, que resultó ser un baño, aunque ella no lo sabía. Fue en ese baño donde presuntamente Alves la agredió sexualmente.
El futbolista, detalló la joven, usó la fuerza para consumar la violación, como corrobora el parte médico del Hospital Clínic, que atendió a la joven la misma noche de los hechos tras el aviso de la discoteca. En el centro hospitalario también se recogieron muestras biológicas que no hacen sino avalar la versión de la víctima.
En cambio, para la defensa, las imágenes muestran que Alves entra primero en el baño donde ocurrieron los hechos, y que a los dos minutos lo hace la víctima sin que el futbolista “le franquee el paso o abra la puerta”. “Las imágenes hablan solas, así fue”, dice la defensa, rebatiendo la tesis de la jueza instructora, quien aseguró que fue Alves quien cerró la puerta del baño donde sucedieron los hechos.
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