Aragonès da por hecha la amnistía y reclama a Sánchez pactar un referéndum en esta legislatura
Pere Aragonès considera que la próxima legislatura debe servir para que Pedro Sánchez, una vez investido, negocie las condiciones de un referéndum de autodeterminación. El president de la Generalitat lo ha asegurado al inicio de su discurso en el debate de política general, que se inicia este martes en el Parlament, donde ha asegurado que la amnistía es “necesaria e inevitable”, pero también insuficiente para resolver el “conflicto de soberanías entre Catalunya y España”, ha dicho.
El jefe del Govern ha asegurado que Sánchez debe “tomar nota” del esperable fracaso de la investidura de Alberto Núñez Feijóo y moverse con “valentía y decisión”. “La amnistía no es suficiente para resolver el conflicto”, ha insistido, en un mensaje muy similar al que ERC ha lanzando en los últimos días, cuando incluso ha revelado que ha habido intercambio de documentos con la Moncloa.
“En los próximos meses espero poder recibir en el Palau de la Generalitat al presidente Puigdemont, a Marta Rovira y al resto de exiliados y exiliadas como hice con los presos y las presas políticos”, ha asegurado el president. La amnistía es pues, para ERC, una materia ya zanjada, pero Aragonès ha dado un paso más y ha endurecido las condiciones. “Quiero dejar claro que ha llegado el momento de abrir paso para que Catalunya decida su futuro”, ha abundado, “la próxima legislatura debe servir para fijar las condiciones para votar”.
Aragonès lo ha defendido así tras constatar que “Catalunya tiene la llave de gobernabilidad del Estado y debe utilizarla”. Una capacidad de influencia con el líder de ERC ha interpelado también a Junts. “Los grupos independentistas en Madrid tienen en sus manos la clave de la gobernabilidad del Estado y es necesario utilizarla para arrancar a Sánchez el compromiso de que Catalunya vote si quiere ser presidente”, ha asegurado.
A juicio del jefe del Ejecutivo catalán, la amnistía debe abrir el camino a la negociación sobre la autodeterminación que las instituciones catalanas llevan una década reclamando. “La amnistía no es el punto final, es el punto de partida”, ha dicho, tras lo que ha indicado que debe servir “para dejar de mirar lo que ha pasado en los últimos 10 años y empezar a hablar de qué pasará de cara al futuro”. Todo ello, gracias a que “Catalunya derrotó la derecha y la extrema derecha, por eso Feijóo fracasará, porque Catalunya lo ha derrotado”, ha dicho.
El debate de política general marca el inicio del curso parlamentario y sirve para marcar las prioridades y orientación tanto del Govern como, sobre todo, de la Cámara. A la espera de que se presenten y voten las propuestas de resolución, que serán un buen termómetro del estado de las relaciones entre partidos y de la salud del Ejecutivo, este martes el protagonismo ha sido para el president, que ha pronunciado un largo discurso en el que ha abordado diversos aspectos de la legislatura.
Aragonès ha dividido su intervención en cuatro ejes, comenzando por la “Catalunya de los 8 millones”, en el que ha hablado de la importancia de dar prioridad a la plena normalización de la lengua catalana y también de las dificultades económicas que sufren las familias por el alza de los precios. En el segundo bloque, Aragonès ha hecho un autoexamen en términos muy positivos sobre los grandes compromisos de su investidura, cuando prometió grandes cambios en el eje social, verde, feminista y democrático. En el tercero bloque ha hecho repaso departamento por departamento de todas las políticas desplegadas hasta el momento y, en cuarto lugar, se ha vuelto a referir al conflicto político soberanista.
A lo largo de estos bloques, Aragonès ha asegurado que su Govern ya prepara nuevos presupuestos, unas cuentas sobre las que había dudas. Una incertidumbre provocada, de entrada, porque hasta ahora las consejerías no habían sido informadas de su techo de gasto, el paso habitual con el que se inicia la elaboración presupuestaria, y por las dudas de que si Aragonès volvería a encontrar aliados para sacar adelante una ley que en 2022 se aprobó gracias al PSC.
Tras el anuncio de que intentará volver a tener unos presupuestos nuevos para 2024, el president se ha referido a los problemas de la financiación autonómica. “El gran reto que tenemos de cara al próximo presupuesto de la Generalitat es aumentar los recursos totales disponibles y esto pasa por corregir el déficit fiscal crónico que sufre el país”, ha indicado Aragonès, que se ha referido al reciente cálculo de la Generalitat, que cifró en 21.982 millones de euros los impuestos que pagan los catalanes y no vuelven a Catalunya, lo que supone un 9,8% del PIB.
La cuestión de la financiación es otra de las demandas que Aragonès y ERC tiene interés en poner bajo el foco de cara a la investidura de Sánchez, al igual que la cuestión sobre Rodalies, a la que también se ha referido. “Cuando hablamos de los frenos de la economía catalana debemos hablar del desastre de Rodalies”, ha dicho Aragonès, que ha asegurado que la mejora del servicio pasa por “el traspaso integral del servicio y de los recursos”. Por eso, ha subrayado, que Rodalies se gestione desde Catalunya es “necesario” y que debe conseguirse “cuanto antes”.
En el apartado de los anuncios, uno de los más destacados es la extensión del cheque escolar a secundaria, con una dotación de 55 millones de euros, una medida que permitirá que 800.000 escolares catalanes tengan acceso a este fondo. Aragonès también ha asegurado que su objetivo es “sacar la vivienda de la lógica del mercado”, por lo que la Generalitat regulará tanto las viviendas de uso turístico como el alquiler de temporada con el objetivo de que “la regulación del alquiler sea efectiva”.
En el ámbito de la salud, el Govern ha cifrado en 20.000 nuevos profesionales los contratados desde la pandemia, que Aragonès ha asegurado que se consolidarán y a los que se ofrecerán además cursos de catalán “para que todos los pacientes puedan ser atendidos en su idioma”.
Aragonès ha cerrado su discurso volviendo a hacer énfasis en la propuesta del referéndum, del que ha dicho que debe parecerse a las experiencias del entorno catalán, como la del Reino Unido con Escocia, Canada y Quebec, o los acuerdos de Viernes Santo entre el Reino Unido e Irlanda sobre el conflicto del Ulster. “Estamos dispuestos a ganar o perder en un referéndum”, ha zanjado Aragonès, “pero lo que nunca haremos, nunca, nunca, es renunciar a ejercer nuestros derechos colectivos como pueblo”.
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