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La oposición presiona para que la segunda cumbre en defensa de la inmersión aborde los recortes

El president de la Generalitat, Artur Mas, ha vuelto a convocar a los partidos políticos favorables al modelo de inmersión lingüística para hacer frente a la ley Wert. Lo hizo en diciembre, cuando se dio a conocer el contenido del anteproyecto de ley de educación que pretendía introducir el castellano como lengua vehicular, y lo vuelve a hacer este martes, después de que el Consejo de Ministros aprobara el documento, que además pretende que la Generalitat se haga cargo de la escolarización en colegios privados de los alumnos cuyas familias quieran que estudien en castellano. El primer encuentro sirvió para que las formaciones cerraran filas en torno a la Ley de Educación de Catalunya, que establece el catalán como lengua vehicular de la enseñanza. Sin embargo, esta vez a los partidos no les basta con esto: quieren que se pongan sobre la mesa las principales preocupaciones del sector. Esto es, la reforma educativa en su totalidad y los recortes presupuestarios, entre otras cuestiones.

Ante esta petición, es por ahora una incógnita si el president va a ceder y aceptará ensanchar el debate. “No es momento de plantear cuestiones que nos dividan”, dijo en sesión parlamentaria el pasado miércoles. Pero este fin de semana admitió que también se podrá abordar la aplicación de la Ley de Educación de Cataluña (LEC). Por ahora, sin embargo, lo único que es seguro es que se hablará de las supuestas invasiones competenciales que encarna la ley Wert: la cuestión de la inmersión y el reparto de la elaboración de contenidos curriculares entre Generalitat y Ministerio. Actualmente el Gobierno central fijaba el 65% del currículo en las comunidades con lengua cooficial, pero ahora se reorganizaria el reparto, y el ministerio, por ejemplo, establecería el 100% de los contenidos de las asignaturas troncales.

Al encuentro, convocado por el Govern, que estará representado por el president Artur Mas y el conseller de Presidencia, Francesc Homs, acudirán la consellera de Ensenyament, Irene Rigau; el conseller de Cultura, Ferran Mascarell; los partidos que apuestan por el catalán como única lengua vehicular –CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y CUP–, y la Permanente del Consejo Escolar de Cataluña.

PSC, ICV-EUiA y la CUP se han mostrado críticos con la reunión desde que se anunciara hace dos semanas. “Será una cumbre más, una de tantas del president Artur Mas”, ha llegado a decir el líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro. “Cada vez que tenemos un problema convocamos una cumbre, pero en cuanto concluye, seguimos teniendo el problema”, valorava por su parte Dolors Camats, codirigente de ICV-EUiA. Ambos se referían también a las llamadas cumbres por el derecho a decidir que ha convocado en los últimos meses el Govern.

Para los partidos en la oposición –excepto PP y C's, que no han sido invitados por su posición contraria a la inmersión–, los problemas de la comunidad educativa que merecen ser tratados van mucho más allá de la lengua, sobre todo los derivados de los recortes presupuestarios, que son los que más afectan al día a día del sector. Entre los que más angustian a los centros está el cierre progresivo de algunos colegios, los centenares de alumnos en barracones, el aumento de las ratios o no sustitución de docentes hasta al cabo de diez días.

Por su parte ERC, que hace las veces de líder de la oposición y socio de gobierno, ha pedido una “unidad muy amplia” en defensa del catalán, que se pudiera traducir en una hipotética situación de “insumisión”, dado que, según admitió la portavoz Anna Simó, “el PP acabará imponiendo la ley Wert”. También habló de insumisión, centro por centro, la CUP. Aunque, a diferencia de estos, ERC no se ha pronunciado explicitamente sobre la conveniencia o no de abordar el problema de los recortes durante la cumbre.

La comunidad educativa, poco representada y con más problemas

La comunidad educativa, poco representada y con más problemasCuando Artur Mas proclamó que hacía falta una nueva declaración en defensa del actual modelo lingüístico que se aplica en las aulas de Cataluña, dijo que convocaria a partidos y comunidad educativa. Pues bien, las formaciones sí han sido invitadas, pero los actores de la educación –maestros, familias y estudiantes– solo a través de la Permanente del Consejo Escolar, una suerte de comisión representativa del consejo en el que predominan los miembros de la Administración.

“Nos hubiera gustado que nos invitaran”, reconoce Rosa Cañadell, portavoz de USTEC-STEs, principal sindicato del sector. “Ir contra la LOMCE y a favor de la escuela catalana cuando la estás recortando no tiene mucho sentido”, expresa Cañadell. Asegura que para defender la inmersión el Govern les encontrará siempre, pero espera al menos que por lo que respecta a la ley Wert, el Ejecutivo de Mas censure el texto no solo en lo que a la lengua se refiere.

En este sentido, la secretaria general de la Federación de Educación de CCOO, Montse Ros, es ligeramente optimista. “Si esta cumbre aborda la LOMCE en una dimensión superior a la lingüística y competencial, habremos avanzado”, opina. El Consejo Escolar catalán, según cuenta, ha trabajado en informes que enmiendan otras partes de la controvertida reforma.

Pese al desafío de Wert contra el catalán, y además de la batalla contra los recortes, los sindicatos tienen abierto ahora mismo otro frente: el decreto de provisión plantillas en que trabaja el departamento de Enseñanza. Ya estaba previsto en la LEC –aunque todavía no se había desplegado–, y contempla que los directores puedan escoger, en función de determinados criterios, al 50% de su plantilla y al 100% de los interinos. Para hacerle frente, un grupo de docentes interinos ya ocupó este fin de semana la Sagrada Familia, los sindicatos ya han convocado una protesta el próximo jueves ante la sede del departamento.

El president de la Generalitat, Artur Mas, ha vuelto a convocar a los partidos políticos favorables al modelo de inmersión lingüística para hacer frente a la ley Wert. Lo hizo en diciembre, cuando se dio a conocer el contenido del anteproyecto de ley de educación que pretendía introducir el castellano como lengua vehicular, y lo vuelve a hacer este martes, después de que el Consejo de Ministros aprobara el documento, que además pretende que la Generalitat se haga cargo de la escolarización en colegios privados de los alumnos cuyas familias quieran que estudien en castellano. El primer encuentro sirvió para que las formaciones cerraran filas en torno a la Ley de Educación de Catalunya, que establece el catalán como lengua vehicular de la enseñanza. Sin embargo, esta vez a los partidos no les basta con esto: quieren que se pongan sobre la mesa las principales preocupaciones del sector. Esto es, la reforma educativa en su totalidad y los recortes presupuestarios, entre otras cuestiones.

Ante esta petición, es por ahora una incógnita si el president va a ceder y aceptará ensanchar el debate. “No es momento de plantear cuestiones que nos dividan”, dijo en sesión parlamentaria el pasado miércoles. Pero este fin de semana admitió que también se podrá abordar la aplicación de la Ley de Educación de Cataluña (LEC). Por ahora, sin embargo, lo único que es seguro es que se hablará de las supuestas invasiones competenciales que encarna la ley Wert: la cuestión de la inmersión y el reparto de la elaboración de contenidos curriculares entre Generalitat y Ministerio. Actualmente el Gobierno central fijaba el 65% del currículo en las comunidades con lengua cooficial, pero ahora se reorganizaria el reparto, y el ministerio, por ejemplo, establecería el 100% de los contenidos de las asignaturas troncales.