Dani Alves seguirá en prisión. Así lo ha decidido este lunes la Audiencia de Barcelona, que en un contundente auto va más allá de confirmar que persiste el riesgo de fuga en el futbolista. Los magistrados de la sección 3ª también reprochan la última estrategia de defensa del jugador, consistente en cuestionar la versión de la joven porque los vídeos de la discoteca muestran que denunciante e investigado estuvieron bailando antes de la agresión sexual denunciada.
Pese a tratarse de un recurso sobre la prisión provisional, tanto las acusaciones como la defensa de Alves ya han avanzado varios de los argumentos del juicio que se celebrará en unos meses. Salvo giro de estrategia defensiva, Alves se centrará en poner en duda la versión de la chica, en especial por su comportamiento previo a la agresión sexual denunciada.
Según la versión de la defensa, las relaciones fueron consentidas y las imágenes de videovigilancia de la discoteca previas a los hechos desmienten el “clima de terror” relatado por la víctima. Las cámaras de seguridad, insiste el futbolista, captaron a denunciante y denunciado bailando y ligando.
Es gracias a las imágenes que a la defensa que ejercen Cristóbal Martell y Miraida Puente le “asalta la duda” y le permite, en sus palabras, “dudar razonablemente de que también el relato de la denunciante de lo acontecido en la soledad de la pareja en el cubil del baño pueda estar también adornado de idénticos elementos de distorsión narrativa”.
Los magistrados de la sección 3ª rechazan la tesis defensiva. En su resolución, de la que ha sido ponente la magistrada Carme Guil, los jueces expresan que aunque “se tratara de un típico cortejo sexual entre dos adultos como afirma la defensa, no puede en modo alguno justificar una posterior agresión sexual”.
Agregan los jueces que tampoco puede sostenerse como argumento de que fueron relaciones consentidas el hecho de que la joven “entró voluntariamente en el baño”, como aduce la defensa. “Aun cuando así fuera ello no daría ninguna concesión al Sr. Alves para imponer el acto sexual”, insisten los togados.
En suma, para los jueces todo lo ocurrido antes de la entrada en el pequeño baño de la discoteca Sutton donde presuntamente ocurrió la agresión sexual “no determina ni que la denunciante hubiera consentido la relación sexual con penetración que consta acreditada, ni que mintiera sobre la misma”.
Persiste el riesgo de fuga
El tribunal también desmonta el último intento de Alves para salir de prisión. El futbolista había asegurado que tiene arraigo en España y que no huirá porque ha empadronado a sus hijos en la casa de Esplugues de Llobregat (Barcelona) y los menores empezarán en próximo curso en una escuela de la capital catalana. Una reagrupación familiar “ficticia”, a juicio de la abogada de la denunciante, Ester García.
Los magistrados tampoco comparten la tesis de Alves. “No nos convencen los argumentos expuestos”, esgrime la Sala, para quien la documentación aportada por Alves no demuestra un “proyecto de vida” en España, con lo que el riesgo de fuga persiste.
“La documentación española y el empadronamiento de los hijos menores del Sr. Alves en España parecen confeccionados ad hoc, prácticamente el mismo día” que la jueza de instrucción denegó su libertad a principios de mayo, apostillan los magistrados.
Los magistrados también dejan escrito una petición de “celeridad” al juzgado de instrucción para que practique el examen psicológico pendiente a la denunciante con el objetivo de que el caso pueda juzgarse “a la máxima brevedad”. Legalmente, Alves tiene derecho a pedir su puesta en libertad de nuevo tantas veces como quiera antes del juicio.