El sector cultural en Barcelona no se escapa de las desigualdades de género y la falta de paridad. Un estudio elaborado por el Ayuntamiento constata que, al menos en la programación municipal, faltan mujeres en la mayoría de ámbitos, sobre todo aquellos de mayor proyección pública, como lo demuestra la baja presencia de autoras o intérpretes en festivales y grandes auditorios. El informe también constata que dónde hay más directoras es en bibliotecas y centros cívicos, espacios más feminizados y precarizados que otros como pueden ser los museos, dirigidos en casi tres de cada cuatro casos por hombres.
“No podemos reclamar a la ciudadanía lo que nosotros mismos no podemos cumplir”, ha afirmado Joan Subirats, comisionado de Cultura del Ayuntamiento, que ha explicado que el informe es el punto de partida para tomar decisiones con el objetivo de alcanzar la paridad. Y deberán empezar por el propio Institut de Cultura de Barcelona (ICUB), el ente que gestiona la actividad cultural pública de la ciudad, donde las mujeres representan el 62% de las trabajadoras pero solo el 30% de los miembros de la estructura directiva.
El estudio recoge hasta 19.088 actividades programadas en 2016 y 2017 por el consistorio, así como la composición de los espacios culturales de titularidad municipal o en los que el Ayuntamiento participa. Así, se incluyen grandes auditorios como el Gran Teatre del Liceu, museos como el Picasso o el MACBA y todas las bibliotecas y fábricas de creación, aunque quedan fuera del radar las principales salas de concierto privadas o los museos que dependen únicamente de la Generalitat.
El diagnóstico, según Subirats, es que el Ayuntamiento “necesita mejorar” la paridad en su programación cultural, aunque asegura que están trabajando en ello. En el conjunto de actividades y disciplinas analizadas, la autoría era femenina solo en el 32,38% de los casos en 2017, aunque un año antes el porcentaje era del 24,61%. En el caso de los festivales de música, teatro o circo, las intérpretes y solistas suponían el año pasado el 35%, mientras que en los principales auditorios de la ciudad alcanzaba el 40%, más cerca de la paridad.
Aun así, es en los tres grandes auditorios barceloneses -el Gran Teatre del Liceu, el Palau de la Música y el Auditori- donde aflora uno de los datos más sangrantes en cuanto a desigualdades de género: solo el 1,25% de los autores que coparon los carteles de estas instituciones en 2017 fueron mujeres. Ante esto, la concejal de Feminismos y LGTBI, Laura Pérez, ha pedido pide tener en cuenta que este no es un problema de la ciudad, sino del ámbito, por ejemplo, de la música clásica, “donde los autores están sobrerepresentados”.
En el lado opuesto hay espacios culturales que sí consiguen un equilibrio real entre hombres y mujeres. Las autoras son mayoría en los centros de exposiciones (54%), y se logra la paridad en festivales locales como el de teatro Grec Festival de Barcelona o la Fiesta de Santa Eulàlia.
Por lo que respecta a las direcciones de los centros culturales, más que desigualdades de género, lo que constata el informe del consistorio es que no se libran de los roles que afectan a la profesión. Es significativo que el 71,5% de los museos tengan directores, mientras que el 82% de las bibliotecas y el 76% de los centros cívicos tienen directoras. En este último caso, el estudio advierte de la precariedad acompaña a la feminización: “Son equipos de trabajo con baja remuneración y reconocimiento, y un nivel de precarización más elevado, debido a los sistemas de gestión”, que suelen ser concesiones.
¿Subvenciones vinculadas a la paridad?
El estudio se ha presentado este martes tras una reunión del Consejo de Cultura de Barcelona en el marco del Plan por la Justicia de Género (2016-2020) que desarrolla el Ayuntamiento de Barcelona en todos los sectores que controla, desde el tecnológico hasta la contratación. Esta vez le ha tocado al mundo de la cultura hacer revisión.
La principal iniciativa que contemplan para avanzar hacia una programación más paritaria es la supervisión de cuatro espacios culturales de la ciudad, con los que aspiran a detectar las “fórmulas que funcionan” en paridad para luego exportarlas. Los centros serán la biblioteca Jaume Fuster (la más concurrida de Barcelona), el Centro Cívico de la Barceloneta, el Grec Festival de Barcelona y La Virreina Centro de la Imagen.
Más allá de lo público, los responsables municipales han asegurado que tienen “poco margen” de actuación sobre el sector privado, en palabras de Subirats. El comisionado de Cultura, sin embargo, sí ha dejado entrever que se plantean establecer criterios de igualdad de género en las subvenciones al sector. “De la misma forma que el Ayuntamiento incide en temas de contratación con clausulas sociales, para evitar la precarización de determinados sectores, ¿por qué no vamos a incorporar criterios de perspectiva de género”, se ha preguntado.