El Ayuntamiento de Barcelona tiene un proyecto para instalar 500 cámaras de videovigilancia en las calles este mandato, según ha explicado a la cadena SER Catalunya el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle. Batlle ya había expresado en agosto la voluntad de instalar más cámaras -actualmente hay 120- y ahora ha concretado que se trabaja para que sean medio millar en una “primera fase”.
Para Batlle, es “insuficiente” tener poco más de un centenar de cámaras en una ciudad como Barcelona y ha añadido que la voluntad es incrementarlas allá donde hay mayor concentración de delitos. El teniente de alcaldía ha explicado que ésta es una cuestión que debe acabar aprobando la comisión de control de los dispositivos de videovigilancia, que preside el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Por este motivo, ha defendido que se den todas las garantías de cara a la ciudadanía.
Por otra parte, ha explicado que se dotará a los agentes de la Guardia Urbana de 20 pistolas Taser. Después de que las incorporaran los Mossos d'Esquadra en 2018, ahora el consistorio quiere seguir el mismo camino, a pesar de que organizaciones de derechos humanos, de salud mental y de atención primaria le han pedido al gobierno municipal que suspenda su que es un arma “potencialmente letal”.
El teniente de alcalde ha asegurado también que confía en que en un período breve de tiempo se pueda aprobar la ordenanza de circulación de la ciudad, una modificación que ha calificado de “imprescindible”. Por ello, espera que se acelere el diálogo con los grupos municipales. Entre otros, ha dicho que deben abordarse temas como la “disciplina” y el civismo al frente de vehículos de movilidad personal —los patinetes– y ordenar mejor el sistema de reparto urbano.