Barcelona evitaría hasta 1.000 muertes al año si cumpliese los niveles de contaminación que fija la OMS
Una mejor calidad del aire evitaría en Barcelona cientos de muertes al año. En su informe anual de 2019 sobre la contaminación en la ciudad, la Agencia de Salud Pública municipal estima que cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a las emisiones –el año pasado todavía se superaron sus límites– evitaría un 7% de las consideradas muertes naturales. Es decir, alrededor de 1.000 fallecimientos.
La contaminación, según el estudio de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, está también detrás del 33% de los nuevos casos de asma infantil –más de 500 al año– y del 11% de los diagnósticos de cáncer de pulmón –110 al año–. Los resultados los ha presentado en rueda de prensa la concejal de Salud del consistorio, Gemma Tarafa, acompañada de la directora de Salud Ambiental de l’ASPB, Elisenda Realp, y el investigador del instituto ISGLOBAL Jordi Sunyer.
“Lo que nos dice este informe es que es urgente, y que no es para mañana o a largo plazo, hacer intervenciones para reducir la carga de mortalidad y morbididad que produce la contaminación”, ha valorado Sunyer. Todos los comparecientes han coincidido en que la actuación más decisiva debe ser reducir el uso del vehículo privado, el principal emisor de contaminantes, especialmente los diésel con el NO2. “O ocupamos el espacio que ahora está dedicado al vehículo privado o no saldremos de esta”, ha aseverado Sunyer.
Por distritos, el más afectado es el del Eixample, donde se registra un 23% de la mortalidad natural atribuida a la contaminación. No en vano este distrito es el que asume una mayor carga de tráfico, con las principales autopistas urbanas de la ciudad. Le siguen Ciutat Vella, Gràcia y Sant Martí, los cuatro por encima de la media.
La contaminación por NO2 se concentra especialmente en los principales nodos de tránsito de la ciudad. Así, mientras que los niveles superiores a los que recomienda la OMS afectan a un 35% de la población barcelonesa, un 94% de los residentes en el Eixample están expuestos a ellos. Las partículas PM2,5, en cambio, tienen valores por encima de los recomendados en toda Barcelona.
Una novedad del informe es que incluye por primera vez el impacto de la contaminación en los entornos escolares. Así, estima que el 26% de los centros (unos 30.000 niños y niñas) están expuestos a unos niveles de NO2 por encima de los recomendados, y un 50% de las escuelas se encuentran nuevamente en el distrito del Eixample.
Más transporte público y menos coches, la eterna recomendación
Algunas de las recomendaciones que plantea el estudio son la mejora del transporte público, la restricción del vehículo privado y la pacificación de calles. Ante la posibilidad de que se pueda implantar un peaje de congestión, como plantea la ASPB, la concejal Tarafa ha remarcado que es “una medida más que está sobre la mesa” y que “no se puede desestimar”, aunque ha añadido que primero habrá que ver si las restricciones que se están aplicando ahora tienen ningún efecto.
Con el fin de reducir el impacto en las escuelas, la ASPB ha propuesto reducir el tráfico alrededor de los centros, edificar las nuevas escuelas lejos del tráfico, aumentar la movilidad activa y el transporte colectivo de la comunidad escolar y asegurar la ventilación de las aulas, entre otros.
Tarafa ha insistido en que desde el Ayuntamiento se está trabajando para disminuir estas cifras y ha recordado que de momento ya se ha hecho intervenciones como la aplicación de las Zonas de Bajas Emisiones, el refuerzo de transporte público o las supermanzanas, acciones que, como ha remarcado, no se pueden ver traducidas aunque en el informe, que analiza el 2019. Sin embargo, reconoció que los números “son los que son” y hay que continuar trabajando.
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