Barcelona ofrecerá descuentos y servicios de apoyo emocional gratuitos a 355.000 personas cuidadoras
En Barcelona hay unos 355.000 ciudadanos que cuidan a personas con dependencia o discapacidad. Estos datos, fruto de un estudio del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB), incluyen tanto a los profesionales como a personas que se ocupan de familiares de manera no remunerada. Es una tarea “muy invisibilizada que, además, está plagada de dificultades, falta de recursos y necesidades que no están cubiertas”, tal como asegura Immaculada Fernández, miembro de la Xarxa de Famílies Cuidadores.
Para hacer frente a estas necesidades (que van de lo económico a lo emocional), el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha la Tarjeta Cuidadora, un documento al que pueden acceder todas las personas cuidadoras, que ofrece descuentos y acceso a servicios de apoyo. El objetivo de la iniciativa es “facilitar las tareas y reivindicar los cuidados como base de nuestra organización social”, tal como ha afirmado Laura Pérez Castaño, cuarta teniente de alcaldía y directora del área de Servicios Sociales del consistorio.
La tarjeta, que estará operativa a partir del 29 de septiembre, se ha presentado a penas dos días después de que el Gobierno aprobara el decreto que regula la protección por desempleo de las trabajadoras del hogar. “Se trata de un paso más para abordar la precariedad de un gran sector de la población, que se ve afectado también por una ley de dependencia claramente insuficiente”, ha dicho Pérez Castaño.
A parte de las cuestiones económicas, las carencias más notables de las que se lamentan las personas cuidadoras refieren la falta de información y formación para acompañar a personas dependientes. Por eso, buena parte de los 14 recursos que facilita la Tarjeta Cuidadora tienen que ver con ello. Por un lado, se ofrecerá información personalizada con noticias de interés, agenda o consejos sobre la enfermedad particular que afecte a cada caso. “Las personas que cuidan tienen poco tiempo, por eso, ofrecer ayuda muy relacionada con cada casuística es muy importante”, ha asegurado Gemma Tarafa, concejala de Salud, Envejecimiento y Cuidados del consistorio.
El asesoramiento informativo también involucrará a las farmacias, espacios a los que las personas que cuidan acuden “más que a los CAPs”, ha asegurado Tarafa. Por ello, en colaboración con el Colegio de Farmacéuticos, se ofrecerán gratuitamente servicios de revisión de botiquines, seguimiento de la farmacoterapia y, a su vez, atención a las personas cuidadoras para ayudarlas con el insomnio o el dolor.
Ayuda emocional las 24 horas
Igualmente, la Tarjeta pone especial énfasis en el acompañamiento emocional. En esta línea, se facilitarán espacios de encuentro y teléfonos públicos de atención las 24 horas para dar apoyo emocional y psicológico a las personas cuidadoras. Estos números estarán atendidos por psicólogos y voluntarios de la Asociación de Familiares con enfermo de Alzheimer de Barcelona (AFAB) y la Asociación Contra el Cáncer (ACC).
Por ahora, este servicio municipal se basa en estas dos enfermedades, porque son las que “más incidencia tienen” en la ciudad, según Tarafa, quien ha asegurado que la intención es ampliar el espectro. Estos voluntarios también tendrán un papel importante en otras de las ayudas que se proporcionarán, tales como los servicios 'Jo t'acompanyo' y 'Pren-te un descans' ('Tómate un descanso').
En lo referente al primero, se trata de un programa de orientación y apoyo en que voluntarios asesorarán a las personas cuidadoras que necesiten ayuda para afrontar sus tareas. La idea es que voluntarios y usuarios puedan generar una relación de confianza basada en el hecho de haber pasado por las mismas experiencias. Apoyándose en esta confianza, el servcio 'Pren-te un descans' facilitará que los voluntarios puedan ocuparse de los cuidados en el hogar durante un periodo de tiempo durante el cual, la persona cuidadora pueda aprovechar para salir y despejarse.
“Las personas que cuidamos necesitamos descanso y ayuda, algo que rara vez se nos reconoce. También somos dependientes; tanto como las personas a las que acompañamos, con la diferencia de que nuestra dependencia es muy viciosa y necesita de descanso”, ha reivindicado Fernández.
Un servicio en clave de género
El abanico de servicios que ofrece Tarjeta Cuidadora se completa con descuentos en los comedores de algunos Hospitales como el de la Santa Creu y Sant Pau, acceso gratuito a los préstamos a domicilio en bibliotecas, la posibilidad de aparcar durante 10 minutos en cualquier lugar de la ciudad para facilitar la movilidad e, incluso, los llamados “miércoles tranquilos” en los mercados, durante los cuales se habilitarán unas horas por las mañanas en las que no habrá hilo musical ni megafonía, para que las personas cuidadoras puedan ir a comprar acompañadas de aquellos a quienes cuidan.
Esta tarjeta, que se extiende a cualquier persona que cuide en Barcelona (aunque no viva en la urbe) “no pone ningún impedimento burocrático”, ha dicho Tarafa. Con ello, se refiere a que pueden demandarla personas que estén en situación administrativa irregular y no será necesario presentar ninguna documentación. “No se trata de complicarle todavía más la vida a nadie”, ha añadido Tarafa.
Esta iniciativa es fruto de la colaboración entre el consistorio y diversas entidades, tanto de familiares como de voluntarios y trabajadoras del hogar. Se ha contado con un amplio asesoramiento para un servicio que puede llegar a abastar al 13% de la población que, según datos del IERMB, cuida de una persona dependiente. De las 355.000 personas cuidadoras en Barcelona, casi el 50% no son profesionales.
Además, se trata de un servicio que mira fijamente a la igualdad de género, puesto que las tareas de cuidados están altamente feminizadas. Según el IERMB, una de cada cuatro mujeres de la capital catalana son cuidadoras no profesionales. Ellas son mayoría entre las cuidadoras 'voluntarias' (56%), cifra que aumenta hasta el 95% si se habla de la feminización en los cuidados profesionales. “No tendremos igualdad hasta que los cuidado no dejen de ser responsabilidad casi exclusiva de las mujeres”, ha reivindicado Pérez Castaño, quien ha puesto en valor la necesidad de profundizar en la economía feminista.
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