Barcelona prohibirá las macrococinas y los supermercados fantasma en la ciudad
El Ayuntamiento de Barcelona prohibirá la actividad de las cocinas fantasma en toda la trama urbana y sólo permitirá su instalación en la Zona Franca. Igualmente, se prohibirán los supermercados fantasma y los 21 que hay actualmente deberán decidir si se convierten en almacén o se abren al público. Así lo decretará el Plan especial de actividades vinculadas al reparto a domicilio, que será aprobado definitivamente en el Pleno del 27 de enero.
Esta decisión sigue la linea de la que ya tomó el consistorio en marzo de 2021, cuando aprobó la suspensión de licencias a las macrococinas, que se habían multiplicado a raíz del auge de los repartos a domicilio durante la pandemia. Con esto, el Ayuntamiento pretendía regular estas actividades para evitar problemas de convivencia, un mal uso del espacio público y competencia al comercio de proximidad.
Cuando se aprobó la suspensión de licencias, todavía no había ninguna macrococina en Barcelona, pero sí dos proyectos con licencia de obras. Con el decreto que se prevé aprobar a finales de enero, estos dos proyectos tampoco se podrán llegar a instalar. El único lugar de la ciudad en que se podrán abrir estos establecimientos será la Zona Franca, pero con condiciones: sólo podrá haber uno en un radio de 400 metros y se deberán reservar 10 metros cuadrados de cada 100 para los repartidores.
En lo relativo a los supermercados fantasma, no podrán abrirse más ya que se convierten en una actividad no reconocida. Hoy hay 21 en Barcelona, que trabajan de forma “alegal”, con una licencia de almacén. Así, cuando se apruebe la normativa, deberán decidir si, efectivamente, trabajan como almacén, o si siguen como supermercado, pero abierto al público.
Otro de los cambios que se prevén con la nueva normativa es que los restaurantes y bares que quieran tener la opción de reparto a domicilio dispondrán de dos meses a partir de la aprobación de la norma para pedir permiso al Ayuntamiento para realizar esta actividad.
El trámite, que desde el consistorio se ha asegurado que será sencillo, comprobará que el establecimiento dedica un mínimo del 40% de su superficie a uso publico. Con este requisito se evitaría que las cocinas o supermercados fantasma operaran con licencia de restauración. Además, deberán garantizar el acceso de los repartidores y sus vehículos al establecimiento, para que esperen mientras el pedido está listo.
Para los establecimientos de menos de 200 metros cuadrados, esta medida no será necesaria, pero aquellos que superen esta medida y sean de menos de 300 metros, deberán reservar 10 metros cuadrados. Los que sean mayores, deberán reservar cinco metros cuadrados de cada 100.
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