El Ayuntamiento de Barcelona ha activado la fase de alerta diurna del Plan Calor en vistas de que las temperaturas puedan llegar a superar los 33 grados, acompañadas de una tasa de humedad de más del 40%.
Esta alerta se ha activado después de que la ciudad haya vivido la noche más cálida de toda la historia, durante la que los termómetros no han bajado de los 29,4 grados y han llegado hasta los 32,7. Precisamente, pocas horas antes de registrarse esas temperaturas, el Ayuntamiento ya activó la fase de emergencia por noches tórridas, después de registrar madrugadas con temperaturas de hasta 28 grados.
Con todo, el Departamento de Urgencias y Emergencias Sociales (CUESB), en coordinación con el servicio de Protección Civil municipal y la Creu Roja, ha activado un operativo en la vía pública para informar a personas vulnerables sobre los refugios climáticos, así como para repartir gorras y cantimploras con agua a personas sin hogar.
Igualmente, el CUESB ha enviado un SMS con consejos para combatir el calor a más de 3.600 usuarios de Servicios Sociales que están detectados como personas especialmente vulnerables.
En esta fase de alerta, el mismo CUESB se ha habilitado como Espacio Refugio, con una sala climatizada y fuente de agua. En caso de detectar a una persona en riesgo, los técnicos pueden hacer un acompañamiento de la misma hasta un lugar climatizado, en el que se podría llegar a pernoctar mientras la fase de emergencia nocturna siga activada.
En la misma línea, desde Servicios Sociales se ha intensificado el seguimiento de las personas vulnerables para evitar que salgan a la calle para lo que, en algunos casos, se han entregado ventiladores y se han llevado a cabo servicios de comida a domicilio.
Alerta por riesgo de deshidratación y golpe de calor
La Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) avisa de los riesgos de deshidratación durante esta ola de calor entre las personas más vulnerables. Según Maribel Pasarín, directora de Promoción de Salud de la ASPB, los problemas de salud vinculados a las altas temperaturas se acentúan en la población mayor de 75 años y en la menor de 4. Pero también en aquellas con enfermedades crónicas y las que viven en vulnerabilidad social.
En esta línea, alerta de que el calor extremo puede empeorar algunas enfermedades, como las cardiovasculares, las neurológicas, las psiquiátricas o las que requieren de tratamientos diuréticos. Uno de los problemas, indica, viene cuando hay deshidratación y el cuerpo deja de regular bien la temperatura corporal.
Otro factor de vulnerabilidad, apunta, es el social. Los riesgos son más elevados en condiciones asociadas a la pobreza. En la media en la que se pueda, aconseja mantener el espacio aireado y fresco, bajando las persianas en horas de más calor, por ejemplo. También, desde la ASPB, destacan la importancia de pasar unas horas en algunos de los refugios climáticos de la ciudad. Todo ello, acompañado de una buena hidratación -sin esperar a tener sed para beber- y una buena alimentación, evitando comidas pesadas y muy calóricas.