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Uber y Cabify anuncian que dejan de operar en Barcelona desde este viernes por el decreto sobre las VTC

Uber en el teléfono

Pau Rodríguez

“Hasta pronto, Barcelona”. Con estas palabras ha encabezado Uber el mensaje de despedida que ha enviado este viernes a sus miles de usuarios en la capital catalana. Pocas horas después, Cabify se ha sumado al adiós. Ambas plataformas de transporte dejarán de operar en la ciudad este viernes, coincidiendo con la entrada en vigor del decreto de la Generalitat sobre los servicios que prestan los VTC.

Se consuman así las amenazas lanzadas por la patronal del sector de las VTC, Unauto, que las semana pasada aseguró que tanto Uber como Cabify abandonarían Catalunya si se aprobaba esta regulación. En sendos comunicados, estas compañías consideran que los 15 minutos de precontratación de sus servicios -ampliables a una hora en Barcelona en los próximos meses- les impide a la práctica operar.

Uber argumenta ante sus usuarios que la obligación de que sus coches tengan que reservarse con más de 15 minutos de antelación, la medida más controvertida del decreto del Govern, es “incompatible” con la “inmediatez” con la que suele funcionar su ‘app’. Desde la compañía consideran la precontratación una “restricción” que les obliga a cesar su actividad.

En el caso de Cabify, la principal competidora de Uber en España, todavía no ha trasladado oficialmente su marcha a sus usuarios, pero sí lo han hecho a través de un comunicado público. “Tras revisar el decreto, que hoy es ya oficial, la compañía concluye que esta regulación tiene como único objetivo, y por tanto también como consecuencia final, la expulsión directa de la aplicación de Cabify y de sus empresas colaboradoras de Catalunya y Barcelona”, sostienen.

A la espera de que como Uber trasladen su adiós a sus miles de usuarios, la mayor flota de Cabify en Catalunya, gestionada por la empresa Vector Ronda Teleport, ha iniciado los trámites para realizar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a sus cerca de 1.000 empleados. La dirección ha dado a la plantilla hasta este viernes para que escojan a los representantes con los que negociar las condiciones.

La salida definitiva de Uber y Cabify supone un paso decisivo en el desmantelamiento de este modelo de transporte en Barcelona. Mientras la Generalitat insiste que no han regulado ni contra las VTC ni para satisfacer las demandas de los taxistas, las empresas que trabajan tanto para Uber como para Cabify consideran que se les expulsa de Catalunya. No solo por los 15 minutos, sino por otras medidas como la prohibición de que sus clientes puedan geolocalizar sus vehículos en el móvil.

En Catalunya hay en la actualidad unas 2.300 licencias de VTC, que concentran como en el resto de España un puñado de empresas. Vector Ronda acumula 618. Moove Cars, la principal flota de Uber, tiene 400 y otras 600 en trámite.

“Una regulación justa”

Uber se va de Barcelona sin llegar a cumplir un año de actividad, puesto que sacó a la calle sus primeros 120 coches en marzo de 2018. “Desde entonces, más de medio millón de personas nos habéis elegido para moveros por la ciudad. Y miles de conductores han encontrado en Uber una manera de ganarse la vida”, expresan en el comunicado, en el que defienden que si cesan su servicio a partir de este viernes es porque la nueva regulación de la Generalitat les obliga a ello.

La compañía norteamericana defiende que sí quieren que exista una regulación, pero que sea “justa”. “La obligación de esperar 15 minutos para viajar en una VTC no existe en ningún lugar de Europa y es totalmente incompatible con la inmediatez de los servicios bajo demanda, como UberX”, lamentan.

“Destruyen el mercado”

Con parecidos argumentos, el comunicado de Cabify carga con dureza contra el decreto, que consideran que acarrea un “grave perjuicio” no solo para los conductores y otros empleados del sector, sino para el ciudadano. “Las medidas artificiales y altamente restrictivas destruyen por completo el mercado en el que se venía trabajando”, critican.

La compañía justifica además su incapacidad para seguir operando por el hecho de que el 98,5% de sus viajes, es decir, casi todos, se prestan con menos de 15 minutos entre que el cliente contrata el coche y este llega a recogerle.

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