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Barcelona en Comú retoma la negociación con la CUP para aprobar su ampliación presupuestaria

El Pleno extraordinario donde debía votarse la ampliación de presupuesto de 275 millones de euros de Colau ha quedado suspendido esta mañana de lunes. A pesar de las negociaciones de Barcelona en Comú a lo largo del fin de semana con la CUP y Ciutadans, no se ha podido llegar a entendimiento con ninguno de los dos grupos y el gobierno municipal ha optado por frenar la votación y reactivar las conversaciones. El debate que habría supuesto el pleno —y que se ha mantenido con intensidad en las redes sociales de los diferentes partidos políticos implicados— se ha sustituido por una mañana de comparecencias donde todos los grupos han manifestado su postura.

El primer teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello, ha sido el primero en comparecer y mostrarse “optimista” después de un encuentro “provechoso” con la CUP este lunes, donde ha habido un acercamiento. En la reunión se han seguido debatiendo las  diez exigencias de la CUP (“pedaladas”, para los anticapitalistas) y se han abierto mesas de diálogo que permitirían a Barcelona en Común sacar adelante la modificación presupuestaria. “Hay propuestas que merecen ser afinadas”, ha dicho Pisarello, que ha pedido “celeridad” a los grupos, ya que “cada día que pasa hace que muchos de los proyectos e inversiones sean más difíciles de ejecutar”. Este martes está prevista otra reunión entre BComú y la CUP.

Los principales socios de Colau hasta ahora en esta negociación, ERC y PSC, han mantenido sus posturas: los republicanos han pedido “responsabilidad” a los grupos para alcanzar un “pacto de ciudad”, y los socialistas —en palabras de Jaume Collboni— han reafirmado su apoyo a unos presupuestos “objetivamente buenos”. Collboni ha sido interrogado sobre su posible entrada al gobierno y ha respondido que habrá que ir “pantalla a pantalla”.

Los encuentros con la CUP se intensificarán esta semana con el objetivo de sacar el agua clara de cara al viernes, cuando está previsto un nuevo Pleno —en este caso ordinario— donde se podrían votar las cuentas para 2016 . Pisarello y la concejala de la CUP, María José Lecha, sin embargo, han visto demasiado precipitada la decisión. Los cupaires deberían negociar con el gobierno municipal y llevar a las asambleas la decisión, y hasta el jueves no hay una nueva mesa política de los anticapitalistas. “Tenemos muy claras las medidas. Pero las asambleas están abiertas a diálogo. En una negociación hay que ser un poco flexible”, ha destacado Lecha.

A pesar de la dureza de las declaraciones cruzadas entre la CUP y BComú desde el viernes, parece que el nuevo tono “más receptivo”, según Lecha, del gobierno de Colau podría resultar en un acercamiento. BComú sigue buscando un pacto amplio de izquierdas en el consistorio. Pisarello ha dejado la puerta abierta a negociar con el resto de grupos, pero nada hace pensar que los movimientos del pasado fin de semana con Ciutadans fructifiquen.

Improbable apoyo de la derecha

Carina Mejías, la concejala de los naranjas en el Ayuntamiento, se refirió al documento de 15 puntos presentado por su formación como su carta de negociación: “Un paquete de medidas para evitar el bloqueo”. Pisarello ha dejado claro que hay una propuesta de mínimos en la que podrían estar de acuerdo pero que, en general, Ciutadans apunta a una construcción de modelo de ciudad que no comparten. El plan de Ciutadans incluye medidas como un acuerdo para un Parque de Viviendas de Alquiler Social o la implementación de un Plan Integral de Seguridad y Convivencia en el Espacio Público.

Por su parte, Alberto Fernández Díaz, del PP, ha instado a la oposición a dejar de pactar con Colau y trabajar “por un acuerdo para echar a la alcaldesa”.

El grupo más molesto con la actitud de Colau ha sido el de CiU. El ex alcalde, y actual líder de los convergentes, Xavier Trias ha tachado la actitud de Colau de “totalitaria” y ha calificado el proceso de negociaciones de “fracaso”, criticando que haya dejado la ciudad en manos de la CUP: “Este gobierno se está liando; confiar en la CUP lleva a estos desastres”.

“Si quieren hablar de modificaciones, que vengan a buscarnos”, ha destacado Trias —jocoso— sobre su periplo en el gobierno. El convergente llegó someterse a una cuestión de confianza para sacar adelante los presupuestos de Barcelona de 2014.