Barcelona pide a sus centros culturales que programen solo a los artistas rusos que condenen la guerra

El teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona responsable del área de Cultura, Jordi Martí, ha pedido por carta a los responsables de los equipamientos culturales públicos de la ciudad que no programen artistas rusos que no condenen la guerra en Ucrania. “Estoy convencido de que este simbólico granito de arena servirá para que la cultura rusa pueda liberarse de quien ha llevado a este gran país a una guerra abominable”, escribe en la misiva. 

Martí también subraya que en situaciones como las que vive estos días Ucrania “hay que reivindicar el papel de la Cultura –con 'c' de calidez sí, pero también de crítica y contundencia– como herramienta de paz”.

El teniente de alcaldía recuerda en la carta que el pasado viernes el pleno municipal aprobó por unanimidad una declaración institucional de condena a la invasión rusa de Ucrania y que exigía una solución “diplomática” a la guerra. En consecuencia, Martí entiende que “siguiendo lo que desprendía” aquella declaración, la respuesta que deben ofrecer desde la Cultura “debe poder distinguir entre el actual gobierno ruso y su ciudadanía. Entre el actual gobierno ruso y quien expresa y difunde la cultura rusa”.

Por eso, afirma, se dirige a los responsables de equipamientos culturales públicos para pedirles que hagan de esos centros “un altavoz desde donde, desacomplejadamente, exigir el fin de los ataques”. Un altavoz que “debe poder mantener” la programación con artistas rusos “con la única exigencia de compartir la condena de la guerra y la defensa de la paz”.

“No podemos eliminar a nadie de la programación por ser nacido ruso. Lo que sí debemos exigir a cualquier artista es su compromiso a favor de la paz y contra esta guerra. En un momento como éste es una exigencia ética”, ha explicado posteriormente Martí.

Por último, Martí invita a los receptores de la carta a que en su actividad pública “aparezca simbólicamente, a través de la expresión artística, cultural, gráfica o cualquier otra, una referencia a los valores de la paz y la condena de la guerra”.

El Ayuntamiento rompe relaciones con el consulado ruso

Por otra parte, la teniente de alcaldía Laia Bonet ha enviado una carta al cónsul general de Rusia en la capital catalana, Alexander Pankov, para comunicarle que el Ayuntamiento suspende la relación institucional con el consulado hasta que acabe la invasión “ilegal” de Ucrania y se devuelva la paz al país. El consistorio no participará en actos convocados por el consulado ni invitará a representantes diplomáticos del país. 

Bonet recuerda que el pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó el pasado 25 de febrero una declaración por unanimidad que condena la invasión militar y reclama el fin de las hostilidades y la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano. “En los últimos días la situación no ha avanzado en este sentido, sino en la dirección contraria”, concluye en la misiva.

En este sentido, Bonet asegura que Barcelona es una ciudad “abierta, diversa y comprometida con los derechos humanos”, y la comunidad rusa seguirá formando parte de ella. El ayuntamiento no dejará de prestar asistencia técnica para garantizar el funcionamiento adecuado de los servicios consulares para los ciudadanos rusos en Barcelona.