La fórmula pretendida –pacto con ERC, Ciutadans, PP o CUP– por Convergència para llegar a una “mayoría alternativa” que les permita volver a la alcaldía, parece lejana. La propuesta del pasado viernes de CiU en el pleno de Barcelona no está encontrando los aliados deseados por la formación de Trias: ERC ha descartado este jueves entrar en un gobierno con Ciutadans o el PP. A la vez, Ciutadans ya calificó de descabellada la opción de hacer alcalde a ningún miembro de CiU o ERC, partidos que quieren –definieron los naranjas– “romper con España”.
“Estamos comprometidos con el proceso y con la hoja de ruta, y no esperamos que Ciutadans o PP renuncien a sus ideas”, ha explicado el concejal de Convergencia, Joaquim Forn, sobre la cuestión nacional, que resulta el principal escollo con Ciutadans y el PP. Por su parte, el líder del PP, Alberto Fernández Díaz, ha sido ambiguo en sus declaraciones. El popular ha valorado la opción de “hacer renuncias para alcanzar un pacto mínimo de ciudad” que permita una moción de censura a Colau.
Convergència se sitúa pues en medio de un tablero donde no puede cerrarse puertas con ninguna formación. “No descartamos nada con nadie”, ha dicho en comparecencia este jueves Forn, ofreciéndose incluso a abrir conversación con el PSC. “Tenemos puntos en común con el PSC y queremos hablar con ellos en plena libertad”, ha puntualizado Forn sobre los socialistas, que no parecen dispuestos a romper el acuerdo de gobierno con BComú.
La intrincada fórmula –suma de 21 concejales con, como mínimo, ERC, Ciutadans, CUP o PP– que permitiría a Convergència impulsar una moción de censura contra Colau se enfría, a pesar de las conversaciones iniciadas con los diferentes grupos de la cámara. La próxima semana llegará el primer contacto formal con ERC, según ha anunciado Forn, con quien comparten el “desencanto” con el gobierno de Colau.
A pesar de las dificultades de un acuerdo para echar el actual gobierno de la alcaldía, CiU ha redundado en su “responsabilidad como oposición”, como ya hicieran el viernes en el pleno ordinario donde Colau fue reprobada, y ha recordado que a su grupo y al grupo de Colau (Barcelona en Comú) sólo los separan 17.000 votos.
“No pueden seguir gobernando con la idea de tener mayoría absoluta cuando no la tienen”, ha destacado Forn, que también se ha referido a ERC y la CUP como “cómplices” de los convergentes en el distanciamiento con las políticas de la actual gobierno. Aunque las formaciones de izquierdas del pleno de Barcelona parecen lejanas de un pacto alternativo en la ciudad. “Especular sobre nuestro apoyo a un pacto que incluya PP y Ciutadans es absurdo”, ha redundado el líder de Esquerra en Barcelona, Alfred Bosch.
Pese a ello, el líder de Convergencia ha avanzado que su grupo seguirá con los contactos y que trabajará por una “alternativa social” en Barcelona centrada en la “internacionalización” de la capital y el fomento de la “colaboración del sector público y privado”.
“El PSC tiene palabra”
El líder del PSC en Barcelona y miembro del gobierno de la ciudad, Jaume Collboni, ha respondido este mismo jueves –y de forma contundente– ante el ofrecimiento de Convergència hacia su partido. “El partido de los socialistas de Catalunya tiene palabra y el gobierno de Barcelona funciona”, ha dicho Collboni en comparecencia, acompañado del resto de concejales socialistas en el pleno municipal. “Mi compromiso está con el gobierno”, ha reforzado Collboni.
Ante el intento de Convergència y el resto de grupos de la oposición de construir una alternativa contra el gobierno de BComú y del PSC, el socialista ha remarcado que es “el momento del diálogo en la ciudad y no de los despachos”. Collboni desmonta así otra de las fórmulas que CiU contemplaba. Convergència podía sumar con PSC (4 concejales), en vez de Esquerra (5) o Ciutadans (5); tanto ERC como el partido naranja han descartado la opción de formar parte de un mismo gobierno.
El segundo teniente de alcalde ha terminado su comparecencia recordando que “los grupos de la oposición no confían en este gobierno pero sí lo hacen los ciudadanos”. Collboni ha mostrado, por último, la intención de reunirse con Convergència pero “desde el gobierno” y para abordar “grandes temas de ciudad” como el modelo turístico, la promoción económica de Barcelona en el exterior o el impulso del comercio.