El tranvía por la avenida Diagonal, uno de los grandes proyectos urbanísticos y de movilidad que nunca parecen materializarse en Barcelona, está hoy mucho más cerca de ser una realidad en los próximos años. Un acuerdo entre el gobierno de Ada Colau y ERC ha desatascado el proyecto de conexión del Tram y prevé que las obras comiencen en otoño de 2021.
El pacto con los republicanos, anunciado este sábado, ha permitido cerrar un convenio entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) que establece que una vez expirado el contrato vigente con las actuales concesionarias, en el 2032, la gestión pasará a ser pública. El convenio, que ahora se ha de votar en el pleno de Barcelona y llevar al Consejo de Administración de la ATM, también fija compromisos de financiación. Según estipula, el Ayuntamiento invertirá 56 millones de euros para la urbanización de las actuaciones de la primera fase y la ATM 61 millones para la infraestructura tranviaria y la compra de trenes.
“La conexión del tranvía es una prioridad de mandato y hoy podemos anunciar que es el último acuerdo que hacía falta para hacer el proyecto para que las obras puedan empezar el otoño del 2021”, ha celebrado la alcaldesa Ada Colau.
La conexión se hará por fases y las obras que comenzarán en otoño son las de la primera fase, que es el tramo entre Verdaguer y Glòries. De hecho, estas comenzarán una vez acaben las del colector de aguas de la Diagonal, que ya están en marcha. Según ha detallado la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, los trabajos que arrancarán en otoño durarán entre 20 y 22 meses, por lo que el último trimestre de 2023 podría estar en servicio el tramo que llegaría hasta Verdaguer. Colau ha destacado que la unión del tranvía es una estructura “estratégica” que debe marcar “un antes y un después”. “Era absurdo tener dos trozos de tranvía no conectados en el tramo central”, ha asegurado tras reconocer la movilización ciudadana para reclamar la conexión.
Pere Torres, director general de la ATM, ha remarcado que la existencia de una red tranviaria unificada es “tan lógica” que desde la ATM han insistido durante años que había que hacerla “siempre que hubiera connivencia con el Ayuntamiento de Barcelona”. Según ha afirmado, hace veinte años hubo un primer momento de “impulso político” y ahora se trata de un segundo momento. “Es un paso significativo”, concluyó sobre el convenio.
Acuerdo con ERC
Según la alcaldesa, el acuerdo con ERC es la “muestra definitiva” que la apuesta por el transporte público es compartida por una “amplia mayoría” de los representantes municipales en el consistorio. A su vez, el concejal republicano Jordi Coronas ha dejado claro que el convenio cerrado con la ATM satisface las demandas de ERC. “Todos estos años de trabajo nos han llevado hasta este convenio”, ha apuntado. En concreto, ha destacado que el texto deja claro que la empresa concesionaria “no ganará ni un solo euro más” y que en el 2032 la gestión pasará a ser “100% pública”.
El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha celebrado que se hayan hecho prevalecer los “criterios compartidos” para cerrar el acuerdo y ha asegurado que la unión del tranvía no sólo será buena para la conectividad de algunos barrios sino también para el comercio del centro de Barcelona.
El convenio alcanzado entre Ayuntamiento y ATM promueve la implantación y ejecución de la primera fase de los trabajos para unir las redes de tranvía y establece el compromiso de las partes de finalizar la redacción de los proyecto de la segunda fase (tramo Francesc Macià -Verdaguer) para que las obras se puedan ejecutar a más tardar cuando finalicen las de la primera.
Pere Torres ha detallado que que quien asumirá la coordinación general del proyecto será BIMSA y habrá licitaciones y adjudicaciones conjuntas, tanto en cuanto a la reurbanización de la Diagonal como la construcción ferroviaria.
El convenio también prevé ajustar la tarifa técnica prevista en los contratos actuales para garantizar que la ampliación del servicio de la concesión no suponga mayores beneficios parar el concesionario, derivados únicamente del previsible aumento de la demanda de viajeros. Preguntada por si esto puede suponer obstáculos por parte de la concesionaria, Sanz ha admitido que toda negociación “es compleja” y habrá que “trabajar muy bien”.