La Fundación Francisco Franco carga contra la exhibición de la estatua decapitada del dictador
Las voces críticas con la polémica exposición de Colau en el Born, no cesan: la Fundación Nacional Francisco Franco –encargada de enaltecer la figura del dictador– ha tildado de “bárbaro aquelarre” la exhibición de la estatua del dictador decapitada. La institución privada ha culpado a la alcaldesa Ada Colau de infundir “odio” hacia el régimen que mantuvo a España en 40 años de dictadura y “manipular” la historia.
La Fundación ha pedido además que se aclare cómo fue decapitada la estatua del dictador. La responsabilidad de la decapitación sigue siendo un misterio; la entidad de apoyo a Francisco Franco asegura que llegará a la vía legal si es necesario para aclararlo.
La institución presidida por Carmen Franco y Polo (hija del dictador) no ha sido el único actor que se ha quejado de la exposición impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona. Si bien tanto ERC como CiU mostraron su rechazo a la exposición del dictador la semana pasada, son los de Esquerra los que se han mostrado más vehementes en las últimas horas: “Pedimos a la alcaldesa que recapacite”, ha destacado este martes el líder d'ERC en Barcelona, Alfred Bosch.
Bosch ha apoyado su argumentario contra la exhibición en los incidentes que este lunes se produjeron ante la estatua. “El transcurso de la inauguración de la exposición con estatuas franquistas demuestra que no es una buena idea”, ha reforzado Bosch.
La escultura ecuestre del dictador Francisco Franco sin cabeza recibió los primeros actos vandálicos este lunes, mientras era instalada ante el Centro Cultural del Born. Entre los vecinos curiosos que se habían acercado a presenciar el montaje de la exposición, una persona lanzó varios huevos sobre la estatua, que fue limpiada por operarios.
La figura decapitada del dictador forma parte de la exposición temporal “Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano”, que ha enfrentado a los grupos municipales del gobierno y los de la oposición. Los primeros aluden al carácter memorístico de la instalación, mientras los segundos alegan que es una exhibición de símbolos fascistas.