“Ni monumentos a esclavistas ni Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). Fuera las estructuras racistas de nuestra ciudad”, claman desde la plataforma Tanquem els CIE, que desde hace años persiguen el cierre de los CIE. Una de las estatuas a las que se refieren es la del negrero Antonio López, que se ubica en la plaza que lleva su nombre y que este sábado ha albergado una concentración para pedir que se convierta en la 'plaza Idrissa Diallo', en memoria del joven de Guinea Conakry fallecido en enero de 2012 en el CIE de la Zona Franca.
Según los planes del Ayuntamiento la plaza será rebautizada este año aunque aún no se sabe con que nombre. Desde Tanquem els CIE apuestan por homenajear al joven Idrissa, que murió a los 21 años al poco de llegar a España y en circunstancias que aún hoy se desconocen con exactitud.
El acto de este sábado ha empezado bajo un sol de justicia con una pancarta luciendo frente a la estatua de Antonio López y en la que se podía leer 'esclavista' en mayúsculas acompañado la descripción de López como “un sujeto prácticamente analfabeto, cruel y despiadado”.
“El racismo hoy existente en esta ciudad es un racismo indirecto, institucionalizado, normalizado e implícito, pero existe”, ha denunciado un miembro del Espacio del Inmigrante. También han participado otras entidades y plataformas como SOS Racisme, el sindicato de vendedores ambulantes, Tras la manta, el centro por la defensa de los derechos humanos IRÍDIA o la productora Metromuster, que investigó la desaparición del joven tras su muerte.
La concentración ha finalizado con la colocación simbólica de una placa con el nombre de Idrissa Diallo encima de la actual, dedicada a Antonio López.
Cinco años de la muerte de Idrissa
Idrissa Diallo saltó la valla de Melilla el 5 de diciembre de 2011 en busca de una vida mejor y la policía lo detuvo por no tener papeles. Quince días más tarde el juez que instruía su caso ordenó su ingreso en el CIE de la Zona Franca de Barcelona, a la espera de una expulsión que nunca llegó. Murió la madrugada de la noche de reyes de 2012 sin haber llegado a ver las calles de la capital catalana.
En diciembre del año pasado diferentes entidades sociales denunciaron la responsabilidad del Estado español sobre el hecho de que su muerte no fue informada oficialmente y su cuerpo no fue repatriado y pidieron una investigación para esclarecer los hechos.
Hasta hace medio año de desconocía que fue del cuerpo de Idrissa pero una investigación publicada por la Directa reveló el paradero: un nicho anónimo en el cementerio de Montjuïc (Barcelona). Esta misma semana Tanquem els CIE colocó una lápida en su nicho para que nunca más fuera un sin nombre.
A raíz de la muerte de Idrissa Diallo y la joven congoleña Samba Martine -interna que murió pocos días antes, el 19 de diciembre por una infección no tratada en el CIE de Madrid- la oposición a estos centros se articuló en el movimiento Tanquem els CIEs, que a día de hoy todavía trabaja por su cierre.