La protesta contra el desalojo del Banc Expropiat crece por tercera noche consecutiva
La tercera noche de protestas contra el desalojo del Banc Expropiat en el barrio de Gracia de Barcelona termina con más manifestantes y menos disturbios que las anteriores, pero con varios altercados salpicados por cargas policiales y una detención. Para evitar que se repitieran imágenes como las del martes, cuando los manifestantes consiguieron volver a abrir la puerta de la antigua sucursal bancaria y recibieron una carga policial en respuesta, los antidisturbios de los Mossos han rodeado el inmueble desde antes del inicio de la manifestación. El objetivo de la protesta de este miércoles era rodear el edificio del Banc. El recorrido de la manifestación ha terminado por rodear el perímetro marcado por los antidisturbios.
La marcha ha sido la más numerosa desde el lunes. Además de los vecinos de Gracia, se han sumado otros de Sants, Sant Andreu o Nou Barris, que han llegado en las respectivas columnas desde sus barrios. La protesta ha partido de la plaza de la Revolució y ha pasado de largo ante los cordones policiales hasta volver al punto de inicio. En el recorrido, los manifestantes han recibido el apoyo de vecinos que salían a los balcones para aplaudirles o repicar cacerolas contra el desalojo.
Una vez en la plaza, los convocantes han dado por terminada la manifestación. “Hemos decidido no ir al Banc Expropiat para evitar una carnicería como la de ayer”, explicaron desde la cuenta de Twitter del Banc a la vez que anunciaban nuevas convocatorias para el jueves. Pero los manifestantes han seguido concentrados. En la calle Mare de Déu dels Desamparats, que lleva de la plaza al Banc, los antidisturbios han anunciado por megafonía que intervendrían. Desde allí, la protesta se ha dispersado por las calles de Gracia, un grupo se ha dirigido hacia el norte y otro ha cortado Gran de Gracia, y ha prendido fuego a un contenedor y un cajero.
La policía ha dispersado a los manifestantes, que se han reagrupado subiendo la calle Verdi. A la altura de la calle Asturias, los Mossos han cargado contra ellos y se han producido carreras y nuevos contenedores volcados. El grupo se ha dirigido posteriormente hacia la calle Providencia, donde han roto los cristales de una sucursal bancaria, lo que ha provocado reprimendas de los vecinos.
Los disturbios se han saldado con un manifestante detenido, según fuentes oficiales de los Mossos, aunque pasada la una de la madrugada algunos activistas alertaban de que la policía estaba practicando más detenciones, un extremo que no ha sido confirmado. Con este ya son dos los detenidos durante los tres días de protestas: el que fue arrestado el lunes por la noche lo pusieron el mismo martes en libertad con cargos por desórdenes públicos.
En cuanto a los heridos, la protesta se ha cerrado con al menos cinco manifestantes atendidos por el Servicio de Emergencias Médicas, así como seis agentes de policía heridos, siempre según fuentes oficiales.
Poco antes de la medianoche, la plaza Revolució ha sido una vez más el punto de encuentro de los manifestantes dispersados. El grueso de los Mossos había abandonado el perímetro del Banc Expropiat para seguir los manifestantes en todo el barrio, pero un cordón policial ha mantenido cerrado el acceso. Después de algunos abucheos a los antidisturbios, una de las manifestantes ha superado la barrera puesta por los policías y el pequeño grupo congregado en la plaza ha avanzado hasta que los agentes han vuelto a cargar. Los participantes en la marcha han respondido lanzando objetos a los Mossos y a los periodistas que había detrás del cordón policial. Además, al menos dos periodistas y una fotoperiodista han recibido golpes de porra de la policía.
La plaza Revolució no se ha vaciado hasta la una de la madrugada, cuando la policía ha vuelto a cargar contra un pequeño grupo congregado pacíficamente. Al final de la noche, algunos manifestantes han apuntado que habría al menos 15 heridos por las cargas policiales.