Con una tasa de paro por debajo del 10% desde hace cerca de un año, el problema del desempleo ha caído por primera vez en casi dos décadas del primer puesto en los principales problemas percibidos por los barceloneses, según señala el barómetro municipal presentado este viernes por el ayuntamiento. Al lugar del desempleo ha ascendido el turismo, un fenómeno que no es nuevo pero cuya masificación genera importantes efectos en la vida de los vecinos de la capital catalana.
La encuesta, realizada por el instituto Gesop entre el 25 de mayo y 7 de junio pasados y con base en 812 entrevistas telefónicas, indica que el turismo es visto como el principal problema de la ciudad por el 19% de los barceloneses. El paro, tradicional rey de los problemas en esta encuesta, queda en segundo lugar con un 12,4%, la mitad que hace un año.
Vinculado al del turismo, otro problema asciende posiciones de forma vertiginosa: el acceso a la vivienda. En la encuesta de este junio se sitúa como el quinto problema, siendo el principal para el 6,1% de los encuestados. Hace dos años la vivienda era un problema señalado solo por el 0,6% de los barceloneses. Todavía por encima se sitúan en la encuesta de este junio de 2017 aspectos como el tráfico (7%) o la gestión política municipal (6,6%).
En este último aspecto, el que tiene que ver con la gestión del gobierno de la ciudad, se da la paradoja de que mientras la percepción como problema asciende de forma sensible –solo era un problema para el 1,4% hace dos años–, la consideración de “buena o muy buena” la gestión de Colau rompe el récord conseguido por el alcalde Joan Clos en 2004, situándose en el 54,8%. Esta aparente contradicción se explica por la polarización de las opiniones sobre la gestión municipal, ya que también crece quien la considera “mala/muy mala”, situándose hoy en el 29,5%, cuatro puntos más que hace un año.
Esta polarización en torno a las políticas del gobierno no se traduce en grandes cambios en la intención de voto de los partidos del consejo municipal, Bcomú y PSC. Los comunes ven como su voto se consolida gradualmente, con un ligero aumento de medio punto respecto a las elecciones de 2015, hasta alcanzar el 15,7%. Los socialistas de Collboni siguen una trayectoria de consolidación similar, quedando en el 6%, dos décimas más que lo obtenido en las elecciones.
El partido que sí observa un ascenso importante es ERC. Los republicanos, que obtuvieron menos de la mitad de los votos que Colau, se acercan ahora al porcentaje de los de la alcaldesa, con una intención de voto del 14,5%. El aumento de casi 8 puntos ya se venía notando en los barómetros anteriores, aunque el crecimiento no era tan importante. Buena parte de esta nueva bolsa de voto viene de la caída de CiU, el actual PDECat, que describe la tendencia contraria pasando del 13,7% en las elecciones a un discreto 5,9% ahora.
En coherencia con esta tendencia, la cara visible de ERC en el ayuntamiento, Alfred Bosch, se coloca como líder mejor valorado (5,2 de 10), superando por primera vez a Colau (5,1 de 10). La competición entre ambos está a solo una décima, y en ella se cuela también Xavier Trias, que empata con la alcaldesa, y Jaume Collboni, que obtiene un aprobado raso. Justo por detrás quedaría la concejal de la CUP, María José Lecha, muy cerca del aprobado, y, muy por detrás, la alcaldable de Ciutadans, Carina Mejías y el líder del PP, Alberto Fernández, con un 3,4 y 3 respectivamente.