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Una cadena de errores del Ayuntamiento de Barcelona permitió que unos vecinos privatizaran una plaza pública

Sandra Vicente

25 de abril de 2023 17:00 h

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El barrio de Poblenou de Barcelona se levantó con una polémica el pasado fin de semana, cuando los vecinos vieron que la plaza Mercè Sala, una de las más icónicas de la zona había sido rodeada con una valla que impedirá la libre circulación durante las noches. Se trata de un gran espacio frente a cinco edificios de viviendas y oficinas que se han puesto de acuerdo para tramitar con el Ayuntamiento el proyecto, que ha sido pagado del bolsillo de los vecinos.

Las obras, que han costado 52.000 euros y han sido motivo de diversas concentraciones de protesta, han sido consecuencia de una cadena de errores dentro de los procesos de evaluación del Ayuntamiento. “La petición fue elevada por el distrito, pero en el área [de Urbanismo] no teníamos ni idea. Los técnicos la aprobaron porque se pensaban que, viniendo del distrito, ya había sido avalada políticamente”, explican fuentes del área de Urbanismo.

Desde el consistorio ya se ha encargado un plan de retirada de la valla que se prevé que tarde dos meses en estar finiquitado, tal como han avanzado fuentes del área de Urbanismo del consistorio a elDiario.es, que recuerda que no hay ninguna normativa municipal que prevea ningún supuesto por el cual se puedan cerrar espacios públicos.

El Ayuntamiento hasta ahora había guardado silencio al respecto de este asunto, del que desde Urbanismo aseguran que no tenían constancia. “Es algo que yo no habría autorizado nunca; es inaceptable que se lleve a cabo el cerramiento de un espacio público”, asegura Janet Sanz, segunda teniente de alcaldía y responsable del área de Urbanismo, quien reconoce que se ha cometido un error “gravísimo”.

De esta manera, el Área de Urbanismo -dependiente de los 'comuns'- se pasa la patata caliente del problema con el Distrito de Sant Martí, cuyo concejal es de las filas del PSC. Fuentes socialistas aseguran a elDiario.es que el Distrito denegó en primera instancia la petición de los vecinos y que esta fue aprobada por el Área de Ecologismo -de nuevo, de los 'comuns'. En lo que sí coinciden desde ambos partidos es en asegurar que el cerramiento es fruto de “una concatenación de errores” y que se está trabajando para revertirlo. Además, también aseguran que la valla en ningún momento cambió la calificación urbanística del espacio y que sigue siendo público.

Supuestos problemas de convivencia

Es posible que la retirada de la valla, que fue instalada con dinero privado, provoque acciones judiciales, algo que desde el Ayuntamiento aseguran que no hará cambiar la decisión de remitir las obras. Aún así, el Ayuntamiento sí que reconoce que es “muy probable” que se deba compensar económicamente a los vecinos.

Estos cinco edificios se habrían puesto de acuerdo en realizar el desembolso desde sus propios fondos debido a supuestos problemas de convivencia, cosa que desde la Asociación de Vecinos de Poblenou niegan. El grupo, que considera que el espacio es “muy tranquilo” y denuncia el cierre “del espacio público al servicio de los lofts continuos que son los que han convencido al Ayuntamiento de esta actuación”.

Fuentes de Urbanismo apuntan a que los posibles problemas de convivencia tampoco habrían sido excusa ni motivo suficiente para justificar el cierre de la plaza. “No se puede poner una valla cada vez que haya problemas con los vecinos. Tenemos que mediar y postar por el uso comunitario de los espacios”, aseguran.

Esta respuesta, de hecho, es diametralmente opuesta a la gestión que está llevando a cabo el Ayuntamiento con la polémica de los búnkers del Carmel, alrededor de los cuales se colocará una valla que restringirá su acceso durante las noches, precisamente por problemas de convivencia entre los turistas y los vecinos. Este caso, según Urbanismo, es “distinto”, ya que “no se puede pedir corresponsabilidad al turista” y reconocen que tampoco se sienten cómodos con este cerramiento.