El acceso a la vivienda es el segundo problema de los barceloneses y, hasta el pasado enero, era su principal preocupación. Se calcula que los alquileres han subido un 40% en los últimos cinco años y el reguero de vecinos que abandonan sus barrios ha sido una constante durante el último lustro en muchas ciudades españolas. La situación ha llegado hasta el punto de que en Barcelona casi todos los candidatos defienden ahora regular el precio de los arrendamientos.
Esta es una de las principales conclusiones del debate sobre vivienda que se ha celebrado este lunes en la capital catalana. El encuentro, organizado por las entidades sociales de la ciudad -desde la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB) hasta el Sindicato de Inquilinos, pasando por la PAH- ha conseguido reunir a los cabezas de cartel de todas las formaciones con dos excepciones: ni Manuel Valls (C’s) ni Josep Bou (PP) han acudido y tampoco han mandado a nadie que les substituyera. Fuentes de la candidatura de Valls han alegado problemas de agenda para justificar su ausencia.
Los candidatos, con sólo un minuto por cada intervención, han respondido a preguntas sobre medidas muy concretas para solucionar el problema de acceso a la vivienda. A los alcaldables se les pedía que respondieran de manera concisa a cómo pretenden ampliar el parque público de viviendas, qué medidas pretenden llevar a cabo para los casos de emergencia habitacional, qué solución aportan para las personas que están ocupando pisos, cómo pretenden forzar al sector privado a participar en la construcción de vivienda asequible y si son partidarios de regular los precios de los alquileres.
Con la excepción de la CUP, que defiende expropaciones sin compensación y sacar la vivienda del mercado, la mayoría de los candidatos coincidían en muchas de las medidas que se proponían. Poco importaba que algunos partidos estén en la Generalitat desde hace años o hayan gobernado en el Ayuntamiento de Barcelona durante lustros. El consenso parecía casi total.
Los cinco candidatos han respondido de manera afirmativa a la pregunta de si regularían los precios del alquiler. Jaume Collboni (PSC) defendía que se pusiera un precio máximo por barrio y zonas, con una metodología a decidir junto al Gobierno central. Ernest Maragall (ERC) consideraba que debía hacerse “de manera inmediata” y Colau recordaba que desde el Consistorio llevan años reclamándolo.
Los únicos reproches que circulaban entre los candidatos era por no haber hecho suficiente desde sus cargos. A la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se le ha criticado que tras su mandato el acceso a la vivienda siga siendo un problema en la ciudad. La alcaldesa respondía afeando a los partidos que están en la Generalitat que ahora defiendan la regulación de los puestos y la hayan puesto en marcha a pocos días de las elecciones.
Albert Civit (JxCAT), que ha substituido a Elsa Artadi hasta que ha llegado a pocos minutos del final, defendía incluso la expropiación a fondos buitre como Blackstone. También Collboni y Maragall apostaban por imponer tasas a propietarios institucionales y corporativos o limitar el número de unidades que un sólo inversor puede tener. También defendían todos los candidatos la medida de Colau de obligar a destinar el 30% de las nuevas promociones a alquiler social, aunque casi todos reconocían que era insuficiente.
Fin al crecimiento del turismo
Otro asunto que ha generado consenso en el debate ha sido la limitación del número de turistas. Todos los candidatos han coincidido en que el turismo en Barcelona, que recibe unos 30 millones de visitantes anuales, no puede aumentar más.
Desde la CUP se apuesta incluso por un decrecimiento en el número de visitantes, una medida que Colau no ha concretado si apoya o no. “Crecimiento 0 seguro. Decrecimiento, según cómo, también”, ha respondido la alcaldesa.
En lo que sí estaban de acuerdo todos los candidatos presentes era en que el crecimiento del turismo tiene que frenarse. “Barcelona no necesita que haya más visitantes en la ciudad”, ha señalado Artadi. “No necesitamos más turistas pero sí gobernarlos mejor”, ha añadido Maragall. Collboni, por su parte, no cree que se necesite un decrecimiento aunque sí frenar el aumento. “Crecimiento cualitativo 100, cuantitativo 0”, ha señalado.