El verano pasa factura un año más en algunos centros de atención primaria y hospitales catalanes debido a la falta de sustituciones de personal y el aumento de la población que se atiende habitualmente en algunos puntos. En junio el Departamento de Salud anunció el cierre temporal de una media de 1.800 camas hospitalarias (un 13% del total), 13 centros de atención primaria (CAP) y 98 consultorios locales en toda Catalunya. Con todo, también anunció que reforzaría con 366 profesionales adicionales la atención primaria y hospitalaria, concentrándose la mayoría en las regiones de Girona, Tarragona y Terres de l'Ebre, y que el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) contaría con 27 ambulancias adicionales.
Desde la Marea Blanca de Catalunya aseguran que aunque en algunos puntos del territorio la situación transcurre con normalidad, en otros algunos centros se encuentran desbordados. Un ejemplo es el CAP de Calafell (Tarragona). Manuel Carasol es delegado del sindicato Metges de Catalunya (MC) y médico de familia en este CAP del municipio costero, donde asegura que pueden llegar a atender hasta 240 urgencias diarias. Según relata los pacientes del centro esperan a veces hasta 4 horas para ser atendidos en el punto de atención continuada, un punto de atención para urgencias leves ampliado ahora 24 horas al día pero sin contar con suplentes. “El paciente entra ya cansado y rebotado y por muy ágil que seas la lista de espera no para de crecer”, declara. Por este motivo hay quien decide, cuenta, ir a las urgencias del hospital de referencia, en este caso el de El Vendrell. “Y es entonces cuando se saturan”, añade.
Los profesionales, sobrecargados
Los 112 médicos, 92 enfermeras y 67 auxiliares administrativos adicionales que anunció Salud como refuerzo veraniego no han evitado que en algunas zonas donde se han concentrado los refuerzos, como en Tarragona, los facultativos estén ejerciendo en condiciones que perjudican la salud de los ciudadanos y de los médicos. Con estas últimas palabras lo denunciaba hace unos días el Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT) en un comunicado en el que aseguran que como consecuencia de la carga asistencial por el aumento poblacional y de patologías estacionales, han aumentado de forma “exponencial” las visitas a los centros de atención primaria, ya que se está dando respuesta a la demanda con menos recursos.
Fernando Vizcarro, presidente del colegio y profesional de primaria, explica a Catalunya Plural que en esta zona la demanda se multiplica al menos por tres y denuncia que el refuerzo de la plantilla no es proporcional al incremento de la demanda. “El profesional de primaria puede llegar a doblar el número de visitas respecto al día y como la gente no puede acudir mediante la atención ordinaria acude a las urgencias, que están saturadísimas tanto por los pacientes espontáneos como los enfermos crónicos”, comenta Vizcarro . Además, el cierre de 39 de las 159 camas del Hospital Sociosanitari Francolí (Tarragona) este verano, recuerda Fernando Vizcarro, ha provocado que pacientes de edad avanzada esperen en las urgencias del Hospital Joan XXIII, por ejemplo.
En el comunicado se denunciaba también que el modelo de transporte sanitario implementado el pasado otoño es “insuficiente para atender las urgencias”. “Durante todo el año ya dijimos que el modelo del SEM no era el adecuado para el territorio y que la asistencia debe ser integral y estar formada por un médico, una enfermera y un asistente”, añade el presidente del COMT.
Donde falla, aunque en otro sentido, el modelo de transporte es en Palamós. Lo denuncia David Gràcia, médico adjunto de urgencias del Hospital y delegado de MC. Explica que debido a la falta de camas o boxes disponibles en las urgencias del centro en ocasiones cuando llega la ambulancia debe esperarse para descargar el paciente. “Es frecuente que los técnicos comuniquen que están a la espera de camilla y mientras tanto los recursos de ambulancia quedan bloqueados”, dice. Durante el verano en el hospital han sufrido situaciones de “colapso puntual”. Este hecho se explica, según Gràcia, porque a menudo no hay camas disponibles para ingresar pacientes en planta. “Los médicos y las enfermeras de urgencias hacemos un tetris continuo [para liberar boxes y mover pacientes a planta]”, lamenta. En este centro se producen también asistencias de bastantes turistas y esto, comenta, provoca que mientras se arregla la burocracia con las mutuas también haya espacios bloqueados.
Con todo, Gràcia asegura que si bien el sistema de triaje -para determinar la urgencia de cada paciente- funciona, debido a la falta de espacio o de especialistas las patologías más banales se demoran y a veces se hace imposible atenderles antes de 4 horas. “En verano la presión del paciente y el familiar es continua”, dice.
Agendas cerradas y visitas acumuladas
Desde el sindicato CATAC-CTS, Xosé de Vega, traumatólogo del Hospital de Mataró, explica que como las especialidades van apretadas la gente visita el médico de cabecera más veces o se va a las urgencias. “No sustituyen nadie y se acumulan las visitas. El caso de pediatría es un drama porque si viene un niño con fiebre y convulsiones tendrán que enviarle a urgencias”, lamenta. Según datos del sindicato el número de atenciones en las urgencias del hospital son muy variables de un día a otro pero si la media son 290 diarias este verano han llegado a cerca de 350 en algunos momentos. “Los profesionales intentamos paliar estas carencias como podemos, corriendo el peligro de que se cometan errores”, admite este médico.
Anna Vall-llosera, presidenta del Fòrum Català d'Atenció Primària (FoCAP), explica que cuando el médico se va de vacaciones su agenda de pacientes queda “cerrada”. “Se garantiza la atención de todo el mundo pero se sacrifica la agenda y esto implica que se pierda o se rompa una de las características más importantes de la Atención Primaria: la longitudinalidad. Esta médico de familia lamenta que aunque es evidente que el enfermo puede seguir enfermo y el médico tiene derecho a vacaciones, el paciente deje de tener una persona de referencia. ”Cuando quien te ve es tu médico, esto te da calidad y cuando se pierde esta calidad esto también repercute en el colapso de los hospitales“, declara.
Este concepto al que se refiere, la longitudinalidad o posibilidad de hacer el seguimiento de un paciente, sirve tanto para la medicina como para la enfermería, asegura. Con todo, esto se produce, según explica, una vez más por la falta de sustituciones y porque a menudo los sustitutos terminan siendo jóvenes con contratos muy precarios.
Dos flujos paralelos
Toni Barbarà, de Dempeus per la Salut Pública y Marea Blanca de Catalunya, analiza que por los casos recogidos hasta ahora desde la plataforma, se diferencian dos flujos paralelos en toda Catalunya. Por un lado, explica, está el aumento de demanda en puntos costeros que coincide con el turismo y por el otro los que se han quedado en puntos urbanos o en pueblos y que son pacientes crónicos, en muchos casos ancianos que necesitan atención y que en verano pueden sufrir problemas añadidos por los golpes de calor. Sobre estos flujos Xosé de Vega destaca que este verano “ha sido más caliente porque la gente se queda más y no se va tanto de vacaciones”.
Para Barbarà el refuerzo que se ha puesto en algunos centros de atención primaria en zonas de más turismo ha sido una atención “más cosmética” que no resuelve la demanda. “Si por ejemplo te pica una medusa en Palamós no habrá problema pero depende qué problema sea te tendrán que trasladar al Hospital Josep Trueta (Girona)”, comenta.
En líneas generales, asegura, “las urgencias de los hospitales más grandes están colapsadas”. En Vall d'Hebron, por ejemplo, una media de 40-50 personas esperan diariamente en urgencias para ser hospitalizados, de los cuales los más antiguos hace tres y cuatro días que esperan para el ingreso a planta, según denunciaban facultativos del servicio de urgencias del Hospital a través de la cuenta de Twitter @adjuntosdeurgen.
Este miembro de Marea Blanca de Catalunya lamenta en declaraciones a Catalunya Plural que una vez más el verano no se aproveche para programar más operaciones y reducir las bolsas de listas de espera y explica que habrá que ver si se reabrirán todas las camas cerradas durante el verano. “En cada colada perdemos sábanas”, dice para referirse al cierre permanente de camas en veranos anteriores.
Por su parte, desde el Departamento de Salud, contactado por este medio, aseguran que la temporada de refuerzo de verano aún no ha terminado [el plan de Salud contempla afectaciones desde el 1 de julio hasta finales de septiembre] y que por tanto no pueden hacer valoración general“.