Los ideales de una Europa pacífica, unida y prospera, formuladas por los padres fundadores de lo que hoy conocemos como Unión Europea, parecen a día de hoy insuficientes a la hora de impulsar el proyecto político y económico más exitoso del siglo XX. Según datos del último Eurobarómetro, la desconfianza hacia la UE se sitúa en torno al 57%, después de haber recuperado tres puntos porcentuales respecto a la primavera de 2012, momento en el que se alcanzó el nivel de desconfianza más alto de la historia de la UE, en vez del 60%. Sin embargo, el 58% de los europeos sigue creyendo que los países europeos, por sí solos, no serían capaces, fuera de la UE, de hacer frente a los retos actuales.
A pesar de haber sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2012, por las más de seis décadas de consecución de la paz y la prosperidad en el continente europeo, la desconfianza creciente hacia un proyecto que parece no poder dar respuesta a los principales retos del siglo XXI, ha obligado a la UE a tener que buscar nuevos argumentos que justifiquen su existencia y espoleen nuevamente sus ciudadanos.
La actual situación económica es vista por casi la totalidad de sus Estados miembros como el problema más importante al que la UE debe hacer frente. El paro, por su parte, aparece en segunda posición, con una tasa especialmente alta entre los jóvenes. El 23%, o lo que es lo mismo, dos de cada diez jóvenes, se encuentra actualmente desocupado. Europa cuenta con 57,5 millones de jóvenes entre 15 y 24 años, de los cuales 24,4 millones forman parte de la fuerza laboral activa.
En este momento de crisis institucional y de incertidumbre económica, es fundamental acercar Europa a las generaciones más jóvenes, para quienes el recuerdo de las dos guerras mundiales que devastaron Europa es casi inexistente, todo alentarlos a compartir sus ideas y inquietudes.
En su esfuerzo por revitalizar el espíritu europeo, la Comisión Europea ha lanzado una nueva iniciativa - A new narrative for Europe -, en el marco de un debate más amplio sobre el futuro de Europa, la cual tiene por objetivo definir una nueva visión del proyecto europeo, de la mano de artistas, intelectuales, científicos, académicos y la ciudadanía europea en su conjunto.
A lo largo de este año y del próximo, se celebrarán tres asambleas generales en tres ciudades europeas diferentes a fin de trazar un nuevo rumbo para Europa. La primera de las tres tuvo lugar el pasado 11 de julio en Varsovia reuniendo más de 300 ciudadanos, y contó con la presencia de José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europeo y de su vicepresidenta Viviane Reding. Aunque no sea de manera presencial, todo el que quiera contribuir puede hacerlo presentando por escrito su visión sobre cuál debería ser la nueva narrativa para Europa.
2013 celebra el año europeo de los ciudadanos. Un año dedicado a los ciudadanos europeos y sus derechos, en un momento clave en el proceso de integración europea. Este año se cumplen veinte años de la creación de la ciudadanía europea, introducida por el Tratado de Maastricht de 1993. En el marco de los diálogos con los ciudadanos, puesto en marcha con motivo de la conmemoración del año de la ciudadanía europea, la vicepresidenta Reding visitará Barcelona el 23 de febrero de 2014.
En el momento en que tenga lugar esta cita, quedarán tres meses largos para que se celebren las elecciones al Parlamento Europeo. Se trata de unos comicios de importancia capital a la hora de definir la orientación de la Unión durante los próximos cinco años.
Europa se debate actualmente entre la necesidad de avanzar o no en firme hacia la verdadera unión política. La gravedad de la crisis del euro ha puesto en entredicho la eficacia del modelo político e institucional desplegado por el Tratado de Lisboa, hace poco más de dos años y medio. Es necesario, pues, que Europa redefina su raison d’être, pero también su modus operandi.
El logro de una mayor integración europea pasa por el refuerzo de la legitimidad democrática del proyecto europeo. Hoy en día, la UE integra 28 Estados miembros y representa más de 500 millones de personas. Resulta fundamental que nosotros, los ciudadanos europeos, contribuyamos activamente en el debate sobre la Europa que queremos en el futuro.