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Catalunya instalará una desaladora flotante en Barcelona para evitar traer agua en barcos

Pau Rodríguez

18 de abril de 2024 12:17 h

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La Generalitat ha cambiado sus planes para gestionar un empoderamiento de la sequía y opta ahora por instalar desaladoras portátiles para evitar más restricciones. El Ejecutivo catalán ubicará una gran desaladora flotante a partir de octubre en el Puerto de Barcelona, para evitar traer agua en barcos si la situación se agrava, y una docena más en la Costa Brava para abastecer la zona del Empordà, la más afectada por la falta de recursos hídricos. 

La desaladora en la capital catalana producirá 40.000 m3 de agua potable al día, el 6% del consumo del área metropolitana. En el caso de los municipios que dependen del embalse Darnius-Boadella, en el Alt Empordà, la docena de estas infraestructuras costarán 10 millones y aportarán inicialmente unos 8.000 m3 diarios, el 35% del consumo local. 

Las novedades de este jueves se han aprobado en el Comité Interdepartamental de Sequía, que reúne a distintos departamentos de la Generalitat. Tras la reunión, han comparecido para explicar las medidas el conseller de Acción Climática, David Mascort, y la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, que han argumentado que la suma de estas desaladoras al sistema de abastecimiento servirá no solo para combatir la actual sequía, sino para el futuro.

En el caso de Barcelona, la Generalitat ha cerrado un acuerdo con la empresa Abengoa para fabricar una barcaza que potabilice agua del mar. Su instalación se llevará a cabo en octubre, cuando se podría alcanzar el estadio de Emergencia II si no llueve, y estará emplazada frente al puerto de la ciudad, conectada a la red de agua de boca de la conurbación. 

“Renunciamos a traer agua en barcos porque esta solución es más económica, sostenible y estable para la seguridad del abastecimiento”, ha argumentado Mascort. Los 40.000 m3 diarios que producirá esta estación suponen casi el doble de los 25.000 m3 que podría transportar una embarcación cisterna y son más baratos: 6 euros/m3 por 10 euros/m3.

El conseller ha explicado que la compra servirá para los próximos cinco años. Si se cumplen entonces las previsiones de la Generalitat, por entonces ya estarían en funcionamiento las desaladoras fijas de los ríos Tordera y Foix para asegurar el agua en Barcelona, con lo que no ya no sería necesaria la barcaza. Llegado el caso, la Generalitat la vendería.  

A pesar de las lluvias del último mes, que han permitido a los embalses de las cuencas internas ganar 25 hm3 de agua –están ahora al 18% de su capacidad–, el estado de emergencia se mantiene en todo el sistema de los ríos Ter-Llobregat. Sin ir más lejos, esta misma semana la Generalitat ha anunciado que imponía por primera vez restricciones específicas al consumo hídrico del turismo, al mismo tiempo que suavizaba la prohibición de llenado y rellenado de piscinas, ya sea mediante el uso de desaladoras o con la condición de que se conviertan en refugios climáticos abiertos a a la ciudadanía. 

Situación límite en la Costa Brava

La compra de desaladoras se habrá recibido con alivio en los municipios de la costa del Alt Empordà, cuyos alcaldes se mostraban alarmados en los últimos meses por la falta de reservas de agua en sus embalses y de alternativas para paliarlo. Con una población turística que se dispara en verano, los 7 hm3 que quedan en el pantano de Darnius podían no ser suficientes para garantizar el agua de boca. 

En vez de hacer más pozos, una de las vías que se planteó la Agencia Catalana del Agua, finalmente se comprará una docena de desaladoras, que estarán en funcionamiento en junio. Unos contenedores para tratar el agua por el mecanismo de osmosis inversa que serán propiedad del Consorcio de Aguas Costa Brava, que los comprará a medias con la Generalitat por unos 10 millones de euros. 

Cuatro de estos contenedores se ubicarán en las playas de Roses y otros ocho en Empuriabrava (cuatro de ellos en la playa y los restantes en la Estación de Tratamiento de Agua Potable). Las localidades que se beneficiarán de estas infraestructuras son Cadaqués, Llançà, Roses, Empuriabrava, Mancomunitat de Pau, Palau-saverdera, Vilajuïga, Garriguella, Pedret i Marzà, El Port de la Selva i Selva de Mar.