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Catalunya priorizará los proyectos de energías renovables pequeños y de autoconsumo

El modelo catalán de energías renovables sigue siendo fuente de controversia política y de volantazos legislativos. Este martes el Govern ha aprobado el nuevo decreto que regulará este sector, estratégico para la transición energética, solo dos años después de que entrara en vigor la anterior normativa, que venía generado conflictos territoriales y apenas había hecho avanzar la implantación de las renovables. Con el nuevo marco el Ejecutivo priorizará los proyectos de energías renovables pequeños –por debajo de los 5 megavatios– y que tengan mayor aceptación social, que en la tramitación pasarán por delante de los grandes parques eólicos y solares, a los que se les impondrán requisitos mayores para avanzar a la misma velocidad.

Entre las modificaciones más importantes respecto al anterior decreto, elaborado por el Govern de Quim Torra, está la inclusión de los suelos urbanizables entre los susceptibles de acoger proyectos energéticos, de tal forma que sea también posible su implantación en las ciudades. También se introduce una obligación a los promotores de grandes parques para que acrediten que han ofrecido a la población de la comarca, a las entidades locales y las administraciones participar en, como mínimo, el 20% de su proyecto. Cuando se trate de grandes plantas, también se privilegiarán aquellas que acrediten que cuentan con la mayor parte de los terrenos ya apalabrados con sus respectivos propietarios. El Govern además facilitará la implantación de modelos de autoconsumo, tanto de particulares como de empresas y administraciones.

Con todos estos requisitos el Govern afirma que desea, por un lado, pacificar el conflicto que había supuesto para muchos pequeños propietarios la puesta en marcha de proyectos y, por otro, avanzar hacia un modelo propio energías renovables basado en las plantas más pequeñas y en el consenso territorial. Pese a esto, el sector ha mostrado en los últimos días sus recelos, al considerar que Catalunya establecerá mayores barreras de entrada, lo que podría desincentivar la llegada de nuevos inversores. En cambio desde entidades como la Xarxa Catalana per una Transición Energètica Justa consideran que, aunque la regulación va en la buena dirección, aún da demasiada manga ancha a los promotores.

El nuevo decreto es “el punto de partida” del nuevo modelo que el Govern catalán pretende poner en marcha en materia energética, según ha descrito la consellera Teresa Jordà. Tras las modificaciones contenidas en este texto llegará el plan territorial y, posteriormente, una ley de transición energética. En paralelo se prevé la puesta en marcha de una empresa energética pública, que debe servir para que el sector público impulse sus propios proyectos energéticos. El Ejecutivo asegura que el objetivo es fomentar la generación de energía verde, materia en la que Catalunya va muy atrasada. En concreto, el objetivo fijado por la ley de cambio climático es alcanzar el 50% de renovables en 2030, una cifra par la que la comunidad debe correr, pues por el momento solo llega a entorno al 7%.

Sobre la necesidad de impulsar con mucha más fuerza las renovables para alcanzar los objetivos de la propia ley catalana, el Govern asegura que los proyectos de pequeño formato se agilizarán mucho con la nueva regulación, así como las instalaciones de autoconsumo. Desde el departamento de Acción Climática reconocen sin embargo que necesitarán algunos macroparques para alcanzar los objetivos, aunque cuentan con que se llevarán a cabo de forma consensuada con los habitantes de los lugares donde se implanten.

“El Govern no entiende la transición como un simple cambio de recursos de fósiles a renovables, sino como la oportunidad para hacer un modelo energético propio y de país, por eso la hoja de ruta diseñada y la modificación de este decreto es solo el primer paso incluirá entre otros medida”, ha asegurado la consellera Jordà. El decreto necesitará ahora ser convalidado en el Parlament, donde ERC buscará socios más allá de los partidos del Govern. La CUP, muy crítica con los grandes proyectos de renovables, ya ha reclamado “mejoras” en el texto, aunque sin oponerse de entrada.