“¡Nuestras ciudades tienen que respirar!”. Con esta exclamación arrancan su manifiesto seis alcaldes de grandes ciudades europeas para reclamar a la Comisión Europea una normativa más ambiciosa contra las emisiones contaminantes. Firman la carta la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y sus homólogos de París, Roma, Lisboa, Bruselas y Berlín.
Los seis ediles lanzan el manifiesto en vísperas de la cumbre mundial de grandes ciudades en Buenos Aires, que se celebra esta semana, y de la próxima aprobación de la norma ‘Euro 7’, que subirá el umbral de restricciones a los motores de combustión. Los alcaldes piden al Parlamento Europeo y a los Estados miembros que aprueben “rápidamente” esta norma para que entre en vigor, “a más tardar”, en 2025.
En este sentido, piden por ejemplo que la Euro 7 incluya, a nivel de contaminación de partículas finas, no solo las que emiten los tubos de escape, sino también los procedentes de la abrasión de frenos y neumáticos. “La buena noticia es que se están desarrollando tecnologías que ya son eficaces”, dicen. Asimismo, reclaman en también que se incluya el metano, uno de los gases que más contribuyen a calentar el planeta, como un “contaminante atmosférico local”, y que se equiparen las normas de la calidad del aire de la UE a las de la OMS.
“Nuestros esfuerzos son claramente insuficientes. Necesitamos una acción europea para hacer frente a los tres retos de nuestro tiempo”, reclaman, al considerar que estas medidas son necesarias para acompañar sus zonas de bajas emisiones. El objetivo de estas actuaciones no es solo frenar el calentamiento global, sino mejorar la calidad del aire de las ciudads, responsable de cientos de miles de muertes en el continente cada año.
La cita de grandes ciudades en Buenos Aires, que servirá para las urbes de previa a la Cumbre del Clima COP27 que se celebra en Egipto en noviembre, la organiza la red C40, que preside el alcalde de Londres, Sadiq Khan, con Colau como vicepresidenta. Del 19 al 21 de octubre, los representantes de las ciudades debatiran sobre su papel en el mundo con la emergencia climática como eje conductor, en especial la creación de puestos de trabajo ‘verdes’, las medidas para evitar el calentamiento global o el combate de las desigualdades sociales y económicas.