Las consecuencias del avance electoral en Catalunya han cruzado al otro lado de Plaça Sant Jaume. Si los comuns tenían en su mano ayer la aprobación de las cuentas catalanas, volverán a ser protagonistas el próximo viernes 22 de marzo: de ellos dependerá que Barcelona tenga presupuestos para 2024.
Por eso, el alcalde Jaume Collboni ha comparecido públicamente este jueves para lanzarles un mensaje claro: “No podemos perder más oportunidades por los intereses partidistas ni la irresponsabilidad política de algunos”. De esta manera, ha instado a los de Ada Colau a no repetir el mismo modus operandi del pasado miércoles en el Parlament.
Collboni ha insistido en que “Barcelona sigue adelante con la tramitación de los presupuestos”, apuntando en que confía en que encontrará “puntos de acuerdo” con la oposición. “Hago una llamada a la responsabilidad. De ellos depende la aprobación del presupuesto municipal”, ha remachado.
El alcalde ha asegurado que Barcelona tiene la oportunidad de “transmitir a la ciudadanía la misma confianza que les pedimos a ellos. Es hora de ser coherentes”, ha dicho Collboni, que ha asegurado que todavía hay tiempo de no repetir el resultado de la votación del Parlament, que ha definido como “una oportunidad perdida”.
Sin pactos de gobierno en el horizonte
Hace ya unas semanas Collboni dejó claro que la aprobación de las cuentas municipales no iría unida a un acuerdo para engrosar el Ejecutivo, a pesar de que esa es la condición sine qua non que ponen los comuns para votar a favor de los presupuestos.
Esta tarde, Collboni tampoco ha hecho referencia a pactos y se mantiene en su línea de no dejar entrar en el Gobierno, por el momento, ni a comuns ni a ERC -con quien el PSC ya firmó un acuerdo de presupuestos hace un mes.
Ahora, pues, lo que suceda con las cuentas depende de los comuns, ya que Junts ya aseguró a principios de semana que su voto iba a ser negativo. Pero, a diferencia de lo ocurrido en el Parlament este miércoles, Barcelona tendrá presupuestos, independientemente de lo que suceda en la votación.
Si la votación sale negativa, automáticamente se planteará una cuestión de confianza al alcalde, lo que supondría que la oposición debería presentar un candidato de consenso que pudiera sustituir a Collboni.
Con la presente fragmentación del consistorio, ese es un escenario muy poco probable. Así, ante la falta de un candidato alternativo, Collboni sería reafirmado como alcalde y sus cuentas aprobadas. Esa es una manera alternativa de contar con presupuestos de la que Ada Colau ya tuvo que echar mano en su primera legislatura.