El gobierno del alcalde Jaume Collboni ha presentado este martes su propuesta para las cuentas de 2024 con un presupuesto récord de 3.735 millones de euros, un 3,9% más alto que el del año anterior. Esta cifra es la más alta que ha tenido el consistorio de la capital catalana hasta la fecha, 140 millones por encima del último presupuesto de Ada Colau.
El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, junto a la gerente del Área de Economía, Laia Claverol, y el Gerente de Presupuestos y Hacienda, Antoni Fernández, ha presentado la cifra como primera propuesta a los grupos de la oposición, con los que el gobierno deberá empezar un debate para que las cuentas se aprueben en los próximos dos meses.
Desde el consistorio consideran la propuesta como “sólida, solvente, responsable y ambiciosa”. Así mismo, también han dado a conocer la propuesta de ordenanzas fiscales para 2024, que incluye como novedades un incremento a la tarifa a cruceros de corta estancia y a las viviendas de uso turístico. De esta manera, el cargo municipal al Impuesto de Estancias Turísticas pasará de 3,25 euros a 4 a partir de abril.
Por otro lado, propone eliminar la bonificación del 75% a la tasa de terrazas de bares y restaurantes y, en su lugar, instaurar una escala progresiva para que paguen más los establecimientos que más mesas tienen.
Ahora, Jaume Collboni, que gobierna en minoría con tan sólo 10 concejales de 41, deberá buscar apoyos entre los demás grupos. Así, los 'comuns' de la exalcaldesa Ada Colau podrían ser clave para aprobar los presupuestos, pero desde el partido ya han dejado claro que “no habrá presupuesto sin acuerdo de Gobierno”.
De esta manera, los 'comuns' ligan su sí a las cuentas a entrar a formar parte del ejecutivo y reeditar el pacto que ya se dio en anteriores legislaturas. Eso sí, ahora con los socialistas a la cabeza. “No vamos a ir a votar un presupuesto para que después el PSC vaya a buscar acuerdos con Junts para cargarse la obra de Gobierno que hemos hecho juntos”, advirtió la exalcaldesa en una entrevista a Betevé.
Con todo, los 'comuns' siguen insistiendo en su propuesta inicial de Gobierno a tres, que incorpore a ERC de Ernest Maragall, con lo que se sumaría una mayoría holgada de 24 concejales.
De momento, ERC no se ha posicionado sobre el asunto, pero los de Colau ya han dejado claras cuáles son sus condiciones para entrar a gobernar con el PSC y, de rebote, aprobar los presupuestos. Tras una reunión entre Collboni y Colau, este pasado lunes en el marco del inicio de las negociaciones, los 'comuns' presentaron un documento que contiene 10 ejes y 50 propuestas para todo el mandato (es decir, de 2023 a 2027).
Entre otras cosas, proponen prolongar normas aprobadas en anteriores legislaturas, como la que destina el 30% de nueva construcción a vivienda protegida (y que Collboni ya se ha mostrado abierto a modificar). Igualmente, apuestan por conservar la regulación del alquiler de temporada o los proyectos de ejes verdes.
Asimismo, también apuestan por seguir adelante con la unión del tranvía, sumar 50km a la red de carril bici, crear 800 plazas de escuela infantil, la retirada de la bonificación de la tasa de terrazas y aumentar la tasa turística hasta los 4 euros. Estas dos últimas medidas, pues, han sido escuchadas por Collboni, que ya las ha inorporado a su propuesta, presentada 24 horas después de su encuentro con Colau.
En lo que el alcalde no ha complacido a los 'comuns' es en la cifra total de las cuentas: mientras los de Colau proponían aumentar el presupuesto en 371 millones, el consistorio ha sumado sólo 140.
Falta ver cómo reaccionan los 'comuns' y el resto de partidos de la oposición a la propuesta de los socialistas. La tramitación de las cuentas deberá iniciar en 10 días y, de no encontrar inconvenientes, la votación y el sí a las cuentas está prevista para diciembre. Asimismo, las ordenanzas fiscales también deberán estar aprobadas de cara al 1 de enero.
En caso de no contar con los apoyos necesarios, Collboni podría acogerse a una prórroga o, incluso, a asociar las cuentas a una cuestión de confianza. En caso de que la oposición no lograra formar un gobierno alternativo en un mes, la propuesta presentada por los socialistas echaría a andar automáticamente.
Esta vía, que Colau usó en una ocasión, sería la última de las opciones y equivaldría, igualmente, a que los socialistas tuvieran que gobernar con sólo 10 votos, lo que complicaría su labor de gobierno.