La polémica escultura ecuestre del dictador Francisco Franco sin cabeza ha recibido las primeras vandalizaciones este lunes, mientras era instalada ante el Centro Cultural del Born, en Barcelona. Entre los vecinos curiosos que se han acercado a presenciar el montaje de la exposición, una persona ha lanzado varios huevos sobre la estatua, que ha debido ser limpiada por los operarios.
La figura decapitada del dictador forma parte de la exposición temporal “Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano”, que se inaugura este lunes en el Born, entre una agria polémica que ha enfrentado a los grupos municipales del gobierno y los de la oposición. Los primeros aluden al carácter memorístico de la instalación, mientras los segundos alegan que es una exhibición de símbolos fascistas.
La polémica política, que llegó a enfrentar durante el verano a asociaciones de víctimas del fascismo y por la memoria aunque en las últimas semanas se había apaciguado, se ha vuelvo a sentir en la calle, cuando un peatón ha lanzado huevos contra la estatua. Los Mossos d'Esquadra han intervenido “para apartar a esta persona, pero sin violencia ni mayores problemas”, explican a EFE los organizadores de la muestra.
Empleados municipales han limpiado la escultura tras el incidente y han continuado con los preparativos de la exposición, cuyas obras se exhiben mayoritariamente dentro del edificio, pero que recibe a los visitantes con tres esculturas en la calle: la citada estatua ecuestre de Franco, la escultura de La Victoria que formó parte del obelisco de la Diagonal y una imagen que reproduce la escultura La República, que actualmente está en el distrito de Nou Barris.
La escultura que ha levantado polémica es una estatua ecuestre de Francisco Franco obra de Josep Viladomat, que no tiene cabeza porque desapareció de los almacenes municipales antes de que decidieran utilizarla para la exposición.
La muestra que inaugurará esta tarde el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, pretende mostrar “la permisibilidad con los símbolos de la dictadura a partir de la presencia de las tres estatuas y de la actitud de sus autores, Marés y Viladomat, que trabajaron para la República, contribuyeron a la exaltación de la dictadura y fueron reconocidos por la democracia”, según el Institut de Cultura de Barcelona (ICUB).