“Mi primer contacto con el racismo fue con 6 años. Mi profesora me pegó en la cara por haber pintado mal”, ha asegurado el investigador del Barcelona Center for International Affairs (CIDOB) Moussa Bourekba, experto en el Mediterráneo y el Oriente Medio. Y no fue el único. Según el testimonio de Bourekba, esta profesora agredió a más alumnos por su color de piel o por sus rasgos físicos.
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) ha acogido este viernes el acto #WeAreMore (nosotros somos más, en castellano), en defensa de los derechos civiles y en contra del racismo. Coincidiendo con el primer día de campaña de las elecciones municipales y europeas del próximo 26M, activistas de distintos orígenes y profesiones han reivindicado el derecho a participar en política de todas las personas apartadas de las urnas.
“¿Cuál será el país que diga: Sí, soy país para negras?”, se ha preguntado la actriz Silvia Albert Sopela, que ha denunciado las leyes de extranjería de los países occidentales. La escritora y activista antirracista y feminista Desireé Bela-Lobedde ha conducido el acto y ha asegurado que la sociedad tiene una “actualización pendiente”. “No nos vale el silencio, no nos vale el 'no soy racista', hay que actuar”, ha señalado Moha Gerehou, activista y periodista de eldiario.es.
“Llevo 14 años viviendo en Catalunya y no tengo derecho a voto”, ha denunciado la coordinadora de la asociación Mujeres Migrantes Diversas, Carmen Juares. Esta activista ha explicado que tras huir de Honduras por la violencia -asesinaron a su padre-, el único trabajo que pudo encontrar en Barcelona fue el de cuidadora de una mujer con demencia. Su dedicación era completa, incluso dormía en la misma vivienda en la que atendía a la enferma. “En toda una semana, tan solo tenía nueve horas de descanso”, subraya Juares, que ha definido esta ocupación como “la esclavitud del siglo XXI”.
La doble subcampeona del mundo de Kenpo, un arte marcial milenario, Zenib Laari Inoune ha reconocido que teme que la selección española de Kenpo deje de contar con ella en los campeonatos internacionales por su activismo antirracista. Además, Laari Inoune ha explicado que en la final de un campeonato en Madrid empató con un hombre y este se negó a seguir compitiendo con ella. “Quizás por su ego masculino heteropatriarcal”, apunta. El resultado para Zenib: tercer puesto. Aún no se lo explica.
La iniciativa #WeAreMore ha llegado a Barcelona después de pasar por Madrid el pasado 28 de abril. Esta reivindicación nace a partir de la experiencia en Chemnitz (Alemania) o Inglaterra, con el proyecto “Love music, hate racism” (Ama la música, odia el racismo, en castellano). La intención es pasar de la sensibilización de la sociedad al activismo en favor de los derechos civiles y políticos. “Solas somos gotas de agua, juntas somos un océano”, resume Juares.