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Condenado a 5 años de cárcel el independentista al que el Govern acusó de golpear a un mosso en una protesta

Vivet, a su entrada en la Audiencia de Barcelona

Oriol Solé Altimira

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Cinco años de prisión por “golpear con un palo” el antebrazo derecho de un antidisturbios de los Mossos d'Esquadra durante una protesta contra Jusapol en 2018. Esta es la pena que la Audiencia de Barcelona ha impuesto al activista independentista Marcel Vivet, tres meses más que la petición de cárcel realizada durante el juicio por la Genealitat de Catalunya, que ejerció la acusación particular. Ha bastado la palabra del mosso agredido, que el tribunal considera “suficiente” para fundar la condena al “no presentar indicios de falsedad”.

Reconoce el tribunal que “no constan imágenes” del golpe concreto, pues el fotograma clave para las acusaciones “no es concluyente”. Sin embargo considera creíble la declaración del mosso lesionado, quien explicó que “memorizó” la cara y vestimenta de Vivet durante la protesta y luego “localizó” al joven en una red social, para después comparar la cara de su perfil en redes sociales con las imágenes captadas por los Mossos de la protesta. En el juicio el agente se reafirmó en señalar a Vivet como la persona que le golpeó con un palo, extremo que el tribunal ve probado ya que en los vídeos anteriores a la agresión de la protesta se ve a Vivet “blandiendo” el palo.

En cambio los jueces no dan credibilidad a la tesis de defensa de Vivet, quien negó haber golpeado al agente y alegó que solo permaneció 15 minutos en la protesta. “Poco o nada importa el tiempo que estuvo”, zanjan los magistrados de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona, para quienes Vivet mantuvo en todo momento “una actitud retadora y desafiante”. Junto al resto de independentistas que protestaban contra la marcha del sindicato policial, Vivet “rompió las costuras de los derechos fundamentales de reunión y manifestación”, apostillan los togados.

No precisan los magistrados en el relato de hechos probados cuántos golpes propinó Vivet al mosso. La sentencia se limita a señalar que el joven formaba parte de un grupo de manifestantes que lanzó polvos de colores y pintura contra los agentes, acción descrita como una “técnica de guerrilla urbana” para impedir la actuación de los agentes. Aprovechando esta situación –“sensación de impunidad”, en palabras del tribunal– Vivet “golpeó con un palo” al agente. El joven deberá indemnizar al mosso con 1.511,92 euros por las contusiones que sufrió, que le obligaron a estar de baja durante 24 días.

El juicio contra Vivet era la primera ocasión para comprobar si la Generalitat cumpliría con lo anunciado en noviembre por el entonces conseller de Interior, Miquel Sàmper, y dejaría de acusar por atentado a la autoridad o desobediencia en causas por disturbios, limitando a un delito de lesiones su acción penal si hay mossos d'esquadra heridos. El anuncio se produjo después de las polémicas por las penas de prisión a manifestantes independentistas que pedía el Govern, desveladas por este diario. No fue así y, al final de la vista, el abogado de la Generalitat, que ejerce la acusación particular en representación del mosso herido, elevó a definitiva su petición inicial de condena de cuatro años y nueve meses de cárcel por desórdenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones.

Por los mismos delitos acusaba la Fiscalía, que solicitaba cinco años y medio de prisión en línea con las altas penas solicitadas por el Ministerio Público en los casos de altercados relacionados con el procés, y que en ocasiones han llevado a los jóvenes acusados a pactar penas más bajas a cambio de no tener que entrar en prisión. En el caso de Vivet no fue así y ahora el joven se expone a tener que pisar un centro penitenciario, aunque la sentencia todavía es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) y después ante el Tribunal Supremo.

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