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El convenio con la Copa América obliga a Barcelona a ceder espacios para eventos como el de Louis Vuitton

Sandra Vicente

24 de mayo de 2024 22:17 h

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El desfile de Louis Vuitton en el Park Güell que encendió a vecinos y activistas y acabó con cargas de los Mossos podría no ser el último acto de postín de una gran marca en el espacio público de Barcelona. El evento se enmarcó en los actos de promoción de la 37ª Copa América, que se celebrará este verano en la capital catalana. Para hacerlo posible, el consistorio firmó un convenio con los organizadores del evento en el que se obliga a Barcelona a ceder cualquier edificio o instalación que la Copa América o sus patrocinadores requieran.

Barcelona fue escogida en 2022 como sede para este encuentro, uno de las citas deportivas de más envergadura del mundo y la más relevante en el campo náutico. Desde la noticia, el Ayuntamiento, la Generalitat y el Gobierno central han trabajado conjuntamente para garantizar la celebración del evento, así como todos los actos de promoción.

Para ello, las administraciones, junto con la Copa América, firmaron en junio de 2023 -todavía con Colau como alcaldesa- un convenio en el que se estipula que el Ayuntamiento “se compromete” a “impulsar los procedimientos correspondientes y a otorgar las licencias o autorizaciones necesarias para acoger y desarrollar” los acontecimientos del evento deportivo o su promoción. Además, también debe “permitir, en la medida que sea posible, el uso de edificios, instalaciones e infraestructuras de las que sea titular”.

En otras palabras, el consistorio estaría obligado a facilitar la celebración de los eventos que la Copa América solicite, siempre y cuando justifique que son parte de la competición deportiva o necesarios para su promoción. Y uno de los acontecimientos que se ha realizado en el marco de la campaña de promoción ha sido el desfile de presentación de la colección 'Crucero' de Louis Vuitton, cuya única relación con el evento deportivo es que esta marca de moda es la principal patrocinadora de la Copa América.

El evento causó una fuerte indignación entre los vecinos porque se celebró en el Park Güell, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y cuya normativa no permite la celebración de eventos que no sean de carácter científico o divulgativo. Por eso, y para proteger el espacio, desde hace más de una década no se ha realizado ninguna actividad o acto de empresas privadas ni de gran formato. De hecho, buena parte de la polémica se desató el día en que una parte de unas escalinatas fueron dañadas durante los preparativos.

A pesar de la normativa, Louis Vuitton y la Copa América tenían el Park Güell en el radar y, según el convenio firmado, el Ayuntamiento de Barcelona, debía “impulsar los procedimientos” y “otorgar las licencias” para garantizar que el evento en cuestión se acabara celebrando.

A tal efecto, el 25 de enero, ya con Collboni como alcalde, se realizó un decreto de alcaldía -que no se llegó a hacer público- mediante el cual se constituyó una Comisión Técnica de Eventos del Park Güell “con la finalidad de analizar y valorar las solicitudes de ocupación”. Así figura en un documento que B:SM (organismo dependiente del Ayuntamiento y encargado de la gestión del parque) ha enviado al grupo municipal de los Comuns y al que ha tenido acceso elDiario.es.

Si bien esta comisión estaría encargada de evaluar cualquier petición de evento que se solicite en este parque, la comisión no se reunió hasta el 12 de febrero para comentar el desfile de Louis Vuitton, que fue autorizado, según la relatoría de B:SM, cuatro días más tarde.

En ese documento se especifica que se debe acreditar la “excepcionalidad y el carácter de promoción internacional” del cualquier evento solicitado. La encargada de justificar la idoneidad del desfile fue la Gerencia de Promoción Económica del Ayuntamiento de Barcelona, que redactó un informe en el que, siempre según el documento de B:SM, se acredita que el desfile de moda tiene “la excepcionalidad y relevancia suficiente”. Y, también como motivo de peso para su autorización, cita el acuerdo de colaboración con la Copa América.

Este diario ha intentado conseguir dicho informe, elaborado por la Gerencia de Promoción Económica, pero no ha sido facilitado. Por contra, fuentes municipales sí han reiterado que “para valorar la idoneidad del evento, se ha tenido en cuenta que se enmarca dentro del programa de eventos vinculados a la Copa América” y que el desfile de moda en cuestión fue declarado “Evento de Excepcional Interés Público”.

El documento de B:SM también especifica que el desfile “cumple con los requisitos” establecidos en un documento en el que se establecen los criterios necesarios para poder celebrar cualquier evento en el parque. Un documento que tampoco ha sido facilitado a este medio.

Otra cosa que llama la atención es que la Comisión Técnica se constituyó para evaluar “las solicitudes de ocupación” en el Park Güell. En plural, cosa que no cierra la puerta a que el emblemático espacio, obra del arquitecto Antoni Gaudí, pueda ser escenario de más eventos de promoción de la Copa América en los próximos meses.

Una inversión pública de 45 millones

La Copa America se inagurará el 22 de agosto y constará de diversas pruebas que durarán hasta finales de octurbre. Pero los efectos de este macroacontecimiento deportivo hace meses que se notan en la ciudad. Además de los eventos de promoción, también destaca el desembarco de trabajadores y miembros de los equipos que competirán.

Con todo, se calcula que serán más de 2.500 personas las que llegarán para trabajar en el evento, además de los 2.300 voluntarios, de la ciudad y de fuera de ella. Muchos de los empleados hace meses que están en Barcelona, afincados en los 'stands' que cada equipo tiene ubicados en el popular barrio de la Barceloneta -donde los precios de la vivienda se han disparado en los últimos meses y sólo el 13% de las ofertas de alquiler son de menos de 1.000 euros al mes.

La Copa América ha despertado la indignación y oposición de diversas asociaciones de vecinos, que se han unido en una plataforma para denunciar lo que consideran que será un “espolio” y una “elitización de la ciudad”. Por su parte, el consistorio asegura que el evento traerá “turismo de calidad” y que es una gran oportunidad de promoción económica.

De hecho, las diversas administraciones implicadas han apostado fuerte por el evento, para el cual inyectarán 45 millones de euros. La Generalitat y el Gobierno han aportado 15 millones cada uno; el Ayuntamiento de Barcelona 10 millones y el Consorci de Turisme cinco.

Este importe va íntegramente a los organizadores del evento, America's Cup Events (ACE), y quien se ocupa de gestionarlo es la Fundació Barcelona Capital Nàutica (FBCN). Nacida en el 2005 oara “promocionar la navegación a vela”, esta fundación tiene un patronato público-privado conformado por las mencionadas instituciones y entidades privadas como la Cambra de Comerç o Barcelona Global, el principal lobby empresarial de la ciudad.