Empezó como podcast, saltó de Catalunya Ràdio a TV3 y su popularidad ha dado pie a varios libros y hasta a una exposición en el Palau Robert de Barcelona. Decenas de miles de catalanes esperan ver cada lunes por la noche al periodista Carles Porta levantar la mirada de una hoja de papel. Es la señal de que empieza 'Crims', un viaje al lado más oscuro de la mente del criminal. Más allá del éxito de audiencia, el programa ha logrado un impacto en la sociedad rescatando para el espectador causas que parecían condenadas al olvido.
Los casos más paradigmáticos de ese éxito son seguramente el de Helena Jubany, la bibliotecaria asesinada en Sabadell en 2001, y el de que hasta que llegó 'Crims' era conocido como 'la chica de Portbou', una joven hallada muerta en la localidad gerundense en 1990, colgada de un pino. Un equipo capitaneado por las periodistas Anna Punsí y Marta Freixanet, logró 32 años después poner nombre a la chica: Evi Anna Rauter, natural de Lana, en el Tirol del Sur italiano, que perdió la vida con solo 19 años.
“'Crims' no busca nunca resolver casos, solo hace periodismo de investigación”, recalca Freixanet, que destaca la “excepcionalidad” de ambos casos. En el de Rauter, abunda Freixanet, “hay un punto de injusticia” en el hecho de que la gente de Portbou siguiera hablando de ella, en comparación con otros casos de víctimas sin identificar. “A lo mejor tiene que ver con sus características, una chica joven y blanca, que se ajusta más a la idea que muchos tienen de 'normalidad'”, diagnostica.
Fuera de Girona, admite Punsí, el caso de la chica de Portbou apenas se conocía. Hasta que llegó 'Crims'. La historia ahora también está contada en forma de libro en 'La noia de Portbou' (La Campana). La crónica repasa la historia de Rauter desde que se fue del apartamento de su hermana en Florencia (Italia) hasta que se la encontró, sin documentación, colgada en un árbol cerca del cementerio de Portbou.
Para Punsí otra de las claves del éxito de la historia es su “gran impacto emocional”. Cristina, la hermana de Evi, nunca dejó de buscarla. Conoció el fatal desenlace de su hermana gracias al programa. “En Italia colgaron miles de carteles, contrataron una agencia, pero al mismo tiempo la familia tenía que rehacer su vida, y como no había novedades, los medios italianos se olvidaron del tema”, asevera Punsí.
En su estricta vertiente periodística, tanto en televisión como en el libro la historia de Rauter engancha al reunir elementos excepcionales: la falta de identificación, una cadena de errores en la investigación, el silencio del grupo de austríacos que estuvieron acampados al lado del árbol donde se descubrió el cadáver...
“El primer error fue dar por descontada que la causa de la muerte fue el suicidio, por lo que a la joven no se le recogieron muestras de ningún tipo”, remarca Punsí. Tal ha sido el éxito de la investigación de Punsí y Freixanet que la Guardia Civil se quiso colgar la medalla del mismo, nota de prensa mediante.
Investigación en Italia
En España el eventual asesinato de Evi Rauer ya está prescrito, pero no en Italia, donde la investigación de 'Crims' ha dado pie a que la Fiscalía italiana abra un procedimiento. El próximo año se tendrían que conocer los resultados de las pesquisas. El forense del caso entrevistado por Punsí y Freixanet lo tiene claro: es imposible que fuera un suicidio. Las dos periodistas avisan que todavía quedan cosas por investigar, como el viaje de Evi Rauer desde Florencia hasta Portbou o la relación entre el grupo de austríacos que se encontraba en la zona.
Sí tuvo más recorrido que el caso de Rauer la investigación del asesinato de Helena Jubany, la joven bibliotecaria de Sabadell hallada muerta en 2001, cuyas diligencias fueron archivadas provisionalmente en 2005 tras una macabra instrucción, en la que una de las sospechosas se suicidó en prisión.
El caso de Jubany ya había sido tratado en uno de los 'podcasts' de 'Crims' en Catalunya Ràdio, pero no fue hasta su aparición en TV3 que la causa dio un giro y, gracias a las pruebas aportadas por el programa sobre una de las personas investigadas en su momento, se reabrió la investigación judicial. Dos años después la causa sigue abierta y con pruebas pendientes de practicar.
Freixanet apunta a dos factores que explican el gran efecto que tuvo la emisión: “El impacto fue mayor porque los capítulos en TV3 se emitieron cuando estábamos confinados. Ya no es solo que una imagen vale más que mil palabras y que en la televisión todo tiene más impacto, es que todo el mundo lo vio”. “Pero a los fans de 'Crims' lo que de verdad les engancha es el 'podcast'”, matiza. Sea cual sea el formato, 'Crims' ha logrado trascender fuera de la pantalla.