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Quien, quien, quien

Hemos entrado en el periodismo del quién, en el predominio del sujeto sobre los otros componentes de la información. De los seis elementos básicos de la noticia -quien, qué, cuándo, cómo, dónde y por qué- domina cada vez más el quién, el yo protagonista de cualquier actividad. Es un signo de los tiempos, un indicador del 'lifting' que se ha autorecetado el periodismo y que no es sólo cosmético.

El periodismo del quién había sido una exclusiva de la prensa del corazón, de los programas de famosos y ‘celebrities’, que no se basan en otro interés que la curiosidad, las variedades sociales y el chisme. Ha ido invadiendo también los medios de información general, incluso los diarios tenidos por más serios han caído en la tentación. Fijémonos en las páginas especiales de sábados y domingos y, por supuesto, en las llamadas páginas de “gente” que cada día ya ocupan un espacio destacado. Pero también en la información cotidiana.

Es la teoría norteamericana de las seis w -who, what, when, how, where, why- de la segunda parte del XIX, pero a finales del XVII ya había sido precedida por las seis circunstancias -la persona, el objeto, la causa, la forma, el lugar, y el tiempo- descritas por el monje alemán Tobias Peucer, en la primera tesis doctoral sobre periodismo.

Ante una noticia, es importante discernir la importancia de cada uno de estos elementos. Dilucidar, sobre todo, el por qué, la causa que permite entender su alcance. En toda la noticia, este elemento es el más importante. Y no siempre es el más fácil de establecer.

Hay un cierto abandono de esta orientación, con los recortes cualitativos que el periodismo ha ido sufriendo en los últimos años. La atención prioritaria se ha desplazado sobre quiénes son, qué hacen, cómo son, cuando hacen y cómo hacen las cosas los personajes de actualidad, ya sea por la relevancia de su actividad o por la mera notoriedad mediática de sus figuras. No se presta tanta atención en averiguar los por qué. A veces incluso son demasiado obvios, pero entonces ya es mero chisme.

Algunos factores colaterales coadyuvan a esta exaltación del quién periodístico. El uso fácil y abusivo de la entrevista, género más selectivo y menos frecuente en las tradiciones periodísticas de referencia. La penetración de las figuras mediáticas incluso en los espacios de opinión tradicional, compensando con la fuerza de su notoriedad el menor dominio y rigor expositivos. Las limitaciones de la información gráfica con su galería rutinaria de retratos y gestos.

Quién, quién, quién ... el resultado no es un reforzamiento de la oferta cualitativa. Tampoco parece que sea un correctivo eficaz ante la bajada de la difusión y del prestigio social del periodismo.

Hemos entrado en el periodismo del quién, en el predominio del sujeto sobre los otros componentes de la información. De los seis elementos básicos de la noticia -quien, qué, cuándo, cómo, dónde y por qué- domina cada vez más el quién, el yo protagonista de cualquier actividad. Es un signo de los tiempos, un indicador del 'lifting' que se ha autorecetado el periodismo y que no es sólo cosmético.

El periodismo del quién había sido una exclusiva de la prensa del corazón, de los programas de famosos y ‘celebrities’, que no se basan en otro interés que la curiosidad, las variedades sociales y el chisme. Ha ido invadiendo también los medios de información general, incluso los diarios tenidos por más serios han caído en la tentación. Fijémonos en las páginas especiales de sábados y domingos y, por supuesto, en las llamadas páginas de “gente” que cada día ya ocupan un espacio destacado. Pero también en la información cotidiana.