La actriz Rosa Maria Sardà ha fallecido en Barcelona a los 78 años. Ganó dos premios Goya como Mejor Actriz de Reparto, por 'Sin vergüenza' y '¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?'. Además de por sus papeles en cine, televisión y teatro tanto en catalán como en castellano, Sardà alcanzó enorme popularidad por presentar la gala de los Goya en cinco ediciones. Recibió en 2010 la Medalla de Oro de la Academia del Cine.
La larga trayectoria de Sardà se inició en los escenarios con 'Cena de matrimonios' de Alfonso Paso en 1962. Su vis cómica le llevó a convertirse en una figura muy popular y querida por el público, si bien también sobresalió como actriz dramática en todo tipo de obras, como la recordada 'La casa de Bernarda Alba', de Federico García Lorca, que interpretó en 2009 junto a Nuria Espert.
Durante su carrera Sardà recibió numerosos premios como el memorial Margarida Xirgu, los nacionales de Teatro y Cine de la Generalitat, dos premios Goya, un Fotogramas de Plata, dos premios de la Unión de Actores, dos premios Butaca, dos premios Max , la Creu de Sant Jordi.
De formación autodidacta, Sardà destacó como actriz, humorista, presentadora y directora teatral. No debutó en el teatro hasta los 24 años, una década más tarde lo haría en la televisión y, ya en los setenta, en el cine. Una cincuentena de filmes avalan su carrera cinematográfica de la mano de directores como Pedro Almodóvar, Fernando Trueba, Fernando Colomo, Luis García Berlanga, Icíar Bollaín y Ventura Pons.
Una de las últimas apariciones en público de Sardà, que sufría cáncer desde hacía años, fue en una entrevista el 26 de abril en ‘Lo de Évole’, con Jordi Évole. Allí explicaba que tenía “controlada” la enfermedad, aunque añadía: “El cáncer es invencible, no es una lucha, es una cuestión de que los que se tenga más o menos tino al programar unas ciertas medicaciones o lo que sea, pero no se trata de un match de a ver quién gana, porque el cáncer siempre gana”.
Sobre la actual epidemia, valoró que toda la sociedad se involucre para contenerla “porque cualquiera puede pillarla”, pero lamentó que no fuese así con el SIDA, la enfermedad que acabó con la vida de su hermano Joan. “La gente lo rehuía. Fue horroroso lo que se hizo con los enfermos de sida, fue vergonzoso”.
En 2017 Sardà, muy crítica con la vía unilateral que cogieron los partidos independentistas catalanes, devolvió la Creu de Sant Jordi que le había sido concedida en 1984.