La Candidatura de Unidad Popular (CUP) reunida el domingo a Cervera (Lleida), ha decidido apelar a la sociedad catalana a crear un movimiento de resistencia civil que asuma la tarea de oposición popular al ejecutivo español si éste impide celebrar la consulta del 9 de noviembre. La segunda decisión ha sido dar carácter de elecciones constituyentes a las próximas municipales, pase lo que pase el 9 de noviembre. En esta línea se apuesta por articular, cuando sea necesario, coaliciones con organizaciones como Podemos o con agrupaciones locales, todo en la línea de conseguir el acceso del pueblo al poder municipal.
Los más de 500 asistentes a la asamblea de la CUP han enmarcado la llamada a crear el movimiento de desobediencia civil con la perspectiva de la reunión entre el presidente catalán, Artur Mas y el español, Mariano Rajoy. De esta reunión la organización de la izquierda independentista teme que surja un “pacto entre élites” que haría imprescindible la autoorganización popular para hacerle frente pacíficamente, ya que creen que el acuerdo supondría a corto plazo desactivar la consulta del 9 de noviembre.
Municipales constituyentes
Isabel Vallet, diputada al Parlament, considera que el acercamiento de posiciones entre la Generalitat y el gobierno español supone un peligro de creación de un pacto entre élites y burguesías que implique un nuevo encaje de Catalunya en el Estado español. En este sentido, la CUP ve el peligro de la creación de un autonomísmo renovado que intentaría satisfacer las reivindicaciones de Cataluña que, para los independentistas, sólo se pueden conseguir con una consulta como exige el pueblo.
La alternativa que defiende la CUP es un movimiento fuerte y desobediente “que plantee la ruptura con el Estado”. El miembro del secretariado, LLuís Sales, lo ha plasmado afirmando que Catalunya tendrá que estar más cerca de Ghandi que de Alex Salmond.
En relación con las elecciones municipales la Asamblea Nacional de la CUP las ha caracterizado de constituyentes. En este sentido piensa trabajar para articular candidaturas que refuercen la presencia de los movimientos populares en los organismos de gobierno. Es en esta perspectiva no se descartan alianzas o pactos con listas o fuerzas políticas que refuercen las posibilidades de conseguir más incidencia popular en las instituciones. Por ello se contemplan acuerdos con candidaturas locales o con organizaciones como Podemos.