La nota que llegó a las Fuerzas de Seguridad del Estado el 25 de mayo alertando de un posible atentado en la Rambla está lejos de ser infrecuente. Decenas de comunicaciones similares de servicios de inteligencia extranjeros son recibidas y, en su caso, descartadas cada año, según explican a eldiario.es fuentes de la lucha antiterrorista. Los servicios de información e inteligencia de cada país descartan habitualmente este tipo de avisos por no otorgarles la suficiente veracidad.
Esto fue precisamente lo que ocurrió con la nota enviada a la Policía Nacional, Mossos d'Esquadra y CNI sobre la Rambla, que ha suscitado polémica tras la publicación de su contenido por El Periódico de Catalunya. Aquella comunicación aseguraba que había “información no corroborada” y “de veracidad desconocida” sobre ataques terroristas “no especificados” contra áreas concurridas de Barcelona y “específicamente, la Rambla”.
Ante este aviso, tanto las fuerzas de seguridad españolas como las catalanas calificaron la alerta como de baja veracidad. Lo hicieron de forma individual en cada cuerpo, pero también de forma conjunta. Según ha explicado este jueves el conseller de Interior, Joaquim Forn, una vez recibieron el aviso, lo valoraron y le concedieron poca credibilidad. Después, informaron al Gobierno central para que lo contrastara con sus propias fuentes. “Días después, el Estado nos informa de que coincide con nosotros en no darle veracidad”, ha explicado Forn.
La alerta, por tanto, existió, pero pronto se descartó tras ser contrastada entre los servicios policiales. De hecho, ninguno de los cuerpos presentes en la Mesa de Evaluación del nivel de alerta terrorista, en las reuniones de los días 25 de mayo y 8 de junio, pusieron sobre la mesa la existencia de esta alerta.
Así lo ha señalado también la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha confirmado a la Cadena SER que en la Junta de Seguridad Local del 28 de junio los cuerpos manifestaron que “no tenían constancia de ninguna amenaza concreta y de ningún aviso específico”.
Un nuevo documento procedente de EEUU
El primer documento que publicó El Periódico el jueves sólo era una traducción y transcripción del aviso recibido en julio. En la noche del jueves, el diario publicó un segundo documento –este sí en su integridad, excepto algunas referencias tachadas– con fecha posterior al atentado que los norteamericanos enviaron directamente al Ministerio de Interior, en concreto al CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado).
El 21 de agosto, el Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos (NCTC) envía la misma información que ya facilitó en mayo, que por tanto ya era conocida por el Ministerio de Interior, incluido el CITCO, y la Generalitat.
En el asunto aparece: “Texto de la nota enviada a los Mossos el 25 de mayo de 2017”. Ese dato figura en el breve texto por segunda vez, “el texto que nuestros servicios enviaron a los Mossos el 25 de mayo de 2017”. En este segundo documento, en ningún momento aparece que esa información también llegó al CITCO –el destinatario de esta nota–, la Policía y la Guardia Civil.
A continuación, se transcribe la información “de veracidad desconocida” que todas esas fuerzas policiales ya conocían desde mayo. Por alguna razón alguien quiso que quedara constancia documental de ella unos días después del atentado.
El centro antiterrorista español había obtenido así la prueba documental de una información que había sido desmentida por la Generalitat y que generó controversia política tras su publicación por El Periódico.
El CITCO está actualmente dirigido por Jose Luis Olivera, uno de los comisarios implicados en la llamada 'Operación Cataluña', tal y como explicó este diario. Olivera viajó a Barcelona el 29 de octubre de 2012, junto al entonces jefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín-Blas, para intentar convencer a los fiscales de la necesidad de registrar la sede de Convergència en plena campaña electoral.
Los desmentidos de la Generalitat
El Departament de Interior y los Mossos sí reconocieron este jueves haber recibido una alerta sobre ataque terrorista en la Rambla el día 25 de mayo. Sin embargo, negaron taxativamente que les llegase de la CIA. “No revelaremos nuestras fuentes, pero [es un aviso que no llega] ni de la CIA ni del Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos (NCTC, siglas del órgano que aglutina a las agencias de inteligencia estadounidenses, incluida la CIA)”, destacó el mayor Josep Lluís Trapero ante los medios, negándose a revelar el origen de aquella alerta.
No es la primera vez que responsables del Gobierno catalán defienden esta postura. Al menos en tres ocasiones el president de la Generalitat, el conseller del Interior o el jefe de los Mossos negaron que recibieran ningún aviso de la CIA sobre esta cuestión. En todas esas respuestas, los tres responsables pusieron el acento en el hecho de que los Mossos no se relacionan con servicios de inteligencia extranjeros. Sin embargo, en ninguna de esas ocasiones revelaron la existencia de la nota de procedencia estadounidense recibida en mayo y descartada sobre la Rambla.
Trapero también explicó este jueves que, con posterioridad al atentado, hubo una comunicación entre los servicios policiales españoles y catalanes en los que sí se habló de este aviso. Se produjo pocos días después de los ataques en Barcelona y Cambrils mediante una llamada telefónica entre el jefe de la División Antiterrorista del CITCO y el jefe de Información de los Mossos.
“Es la primera vez que se nos hace referencia a esa alerta en el ámbito policial”, aseguró Trapero. El objetivo de aquella llamada del CITCO era corroborar que los Mossos habían recibido la comunicación del día 25 de mayo. Posteriormente a ese contacto, será el propio CITCO el que, mediante un documento escrito, refuerce la hipótesis de los Mossos de que los ataques en la Rambla no estaban relacionados con el aviso recibido.
Una polémica alejada de la seguridad
Después de los atentados y una vez comenzada la investigación judicial, la no vinculación entre los atentados y el aviso del día 25 se confirma al saber que la Rambla no era el primer objetivo de los terroristas. Así queda por escrito en una de las declaraciones de los detenidos que aparecen en el auto del juez, en las que se explica que solo se decidieron a atacar la Rambla como opción improvisada tras la explosión de la casa de Alcanar, que los privó de los explosivos.
La polémica suscitada en torno a la alerta es, por tanto, ajena a la labor de los servicios de seguridad, que actuaron de forma conjunta, tanto a la hora de descartar el aviso como a la hora de desvincularlo de los atentados en los primeros compases de la investigación. Los diferentes cuerpos de policía que intervinieron en el filtrado de la alerta hicieron lo correcto al no conferir credibilidad a esta alerta porque, como se ha demostrado después, era una pista falsa.