Denuncian torturas e irregularidades en el proceso y juicio del 4F
Siete años después de los disturbios acaecidos en Barcelona, cuando la Guardia Urbana realizaba un control de identificaciones en la puerta de un edificio ocupado de la calle Sant Pere Més Baix donde se hacía una fiesta, y que acabaron con la grave lesión de un los agentes, los acusados y condenados por los hechos continúan clamando su inocencia.
Así lo reiteran Rodrigo Lanza, y Juan Daniel Pinto, dos de los acusados, en un documental que se ha presentado hoy en el antiguo Palacio del Cine de Via Laietana, cerrado desde 2001, y ocupado con motivo del estreno. Los organizadores han rebautizado la sala como Cine Patricia Heras, en memoria de una de las presas, que se suicidó en 2011.
El documental 'Des_Muntatge 4F' denuncia el proceso de detención y juicio de los cinco jóvenes acusados de agresión, los maltratos físicos sufrido por los detenidos, encarcelamientos arbitrarios –a Heras y a Alfredo Pestana los detuvieron en un hospital, no en el lugar de los hechos– y contradicciones en los informes de la agresión al agente. Y es que, en las primeras horas, el alcalde Joan Clos se refería al lanzamiento de una maceta desde la azotea del edificio (lo que exculparía a los acusados, que no estaban dentro del bloque), una versión que luego modificó por el lanzamiento de un piedra desde la calle.
Policías corruptos y un nuevo testigo
En la parte final del documental, se explica que Víctor Bayona y Bakari Samyang, dos de los agentes de la Guardia Urbana que participaron en las detenciones y cuyo testimonio resultó clave en el juicio, fueron expulsados del cuerpo en 2011 y condenados a dos años de prisión por torturas graves a un estudiante de Trinidad y Tobago, Yuri Jardine, residente en Barcelona. El abogado de Jardine también explica en el film cómo los dos agentes manipularon pruebas en este otro proceso.
Por último, el documental aporta la declaración de un joven, que oculta su identidad, y asegura que un conocido suyo le habría confesado haber tirado la maceta que habría herido el agente aquel 4 de febrero en Sant Pere Més Baix.