“Los derechos sexuales son derechos humanos y los gobiernos deben protegerlos”

Hace 20 años, la IV Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo puso en la agenda política y social los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Dos décadas después, cuando los diferentes agentes se disponen a repasar y revisar los acuerdos alcanzados entonces por 179 países, el escenario actual, ilustrado a través de las cifras, avanza un balance poco alentador.

Según datos ofrecidos por Amnistía Internacional, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia, abusos sexuales o ambas cosas. 70.000 adolescentes mueren cada año a causa del embarazo. Y 215 millones de mujeres en todo el mundo no tienen acceso a métodos anticonceptivos.

“Los gobiernos olvidan que los derechos sexuales y reproductivos de las personas son derechos humanos y que, por tanto, están obligados a protegerlos y a garantizarlos”, denuncia Adriana Ribas, coordinadora de Amnistía Internacional en Catalunya. “Normalmente, estos derechos se obvian porque se meten en el saco de la violencia en general”, añade.

Para ponerlos de relieve, la organización ha aprovechado el Día Internacional de la Mujer para lanzar ‘Mi cuerpo, mis derechos’, una campaña que incide en la sistemática violación de los derechos sexuales y reproductivos de las personas en general y de las mujeres en particular, y, al tiempo, denuncia la ola regresiva que, en los últimos tiempos, tiñe las políticas en este ámbito. En el estado español, el botón de prueba es el anteproyecto de ley del aborto aprobado por el Gobierno presidido por Mariano Rajoy.

“Amnistía Internacional exige la retirada de este anteproyecto de ley porque pone en riesgo la vida y la salud de mujeres y niñas que tienen el derecho a tomar decisiones sobre su cuerpo”, apunta Ribas. “Es una medida regresiva, que va en contra del derecho internacional y que discrimina a las jóvenes, a las mujeres con pocos recursos y a las que están en situación irregular”, abunda.

Citando cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Amnistía Internacional recuerda que todos los años se producen en el mundo 22 millones de abortos no seguros. “Esta ley aumentará el riesgo de abortos con riesgo”, alerta la coordinadora de Amnistía Internacional en Catalunya.

Los estudios, además, demuestran que la violación de los derechos sexuales y reproductivos de las personas no es exclusiva de los países subdesarrollados. Así, y según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), si en la República Democrática del Congo la primera experiencia sexual del 64 por ciento de las mujeres es una agresión, en Estados Unidos, referente de los países desarrollados, el 83 por ciento de las niñas de entre 12 y 16 años que asisten a escuelas públicas sufren acoso sexual.

“En general, las sociedades han avanzado en la concienciación sobre determinados tipos de violencia, pero apenas lo han hecho cuando se trata de violencia sexual”, asegura Ribas.

Su afirmación no sólo alude a las agresiones sexuales contra las mujeres; también, a las que se producen contra otros colectivos, como el homosexual. Amnistía Internacional recuerda que las relaciones homosexuales están prohibidas actualmente en, al menos, 76 países; que, cada año, se producen en el mundo 340 millones de nuevas infecciones sexuales, y que, cada día, 3.000 nuevos jóvenes pasan a engrosar la lista de infectados por el VIH.