En Barcelona hay una moto mal aparcada cada ocho metros. Esto, además de ir contra la normativa municipal, supone “una barrera arquitectónica que impide y limita la movilidad de peatones” y que “ocupa de manera gratuita el espacio público, un recurso finito”. Así se expresan las entidades Catalunya Camina, por los derechos de los peatones, y Eixample Respira, por una mejor calidad del aire. Ambas han realizado un estudio que ha puesto cifras a una realidad que molesta a muchos vecinos de la ciudad, pero que hasta ahora no se podía cuantificar.
“Es importante aportar datos a los debates. Lo que no se mide, no existe”, explica Oier Violet, portavoz de Catalunya Camina. Se refiere al debate electoral celebrado en el marco de los comicios municipales del 2019, en el que todos los grupos políticos se comprometieron a bajar las motos de las aceras en un año. Pero, en vista de que la situación no ha mejorado, las entidades Catalunya Camina i Eixample Respira, deciden realizar el estudio, para cuantificar el número real de motos aparcadas en las calles.
Estas dos organizaciones han llevado a cabo recuentos en la calle durante tres semanas y en diferentes distritos de la ciudad, abarcando 30 kilómetros. Así, han dado cuenta de que en la capital catalana el 85% de las motos que aparcan en la acera lo hacen de manera incorrecta. Esto supone que, extrapolando al conjunto de la ciudad, cada día aparcan mal 90.000 ciclomotores.
Esto genera un “grave problema de mobilidad”, puesto que las motos ocupan más de 260.000 metros cuadrados de la vía pública. Un conflicto que no sólo se ve acuciado por el hecho de que, mal estacionados, estos vehículos ocupan más, sino porque en Barcelona sólo hay 77.899 plazas de aparcamiento en la calzada para las más de 216.000 motos que hay censadas.
Se podría pensar que es esta falta de espacio la que hace que los motociclistas recurran a la acera, donde las plazas de aparcamiento no están delimitadas, facilitando que se aparque de cualquier manera (de hecho, sólo el 3% de vehículos estacionados en la calzada lo hacen de manera incorrecta). Pero, según los autores del estudio, esto no es así, puesto que en la mayoría de ejemplos de mal aparcamiento, había plazas libres en la calzada a menos de 100 metros. Tanto es así, que se ha contabilizado que el 30% de esas plazas quedan libres.
Hasta 4 euros diarios para aparcar en la calle
Aparcar sobre la acera no es incorrecto, puesto que la ordenanza de peatones y vehículos de la capital catalana lo permite. Pero sólo se puede estacionar en semibatería si la calle dispone de más de 6 metros de ancho, o en paralelo a la vía, si la calle es más estrecha. Aún así, tal como alertan las entidades responsables del estudio, “muchos conductores se saltan la normativa y hacen trayectos puerta a puerta, porque se permite”.
Con estas palabras, se refieren a la escasa cantidad de multas que se interponen. Según datos del Ayuntamiento, en 2021 se multó (y cobró la sanción) a 14.600 motos, es decir, 13 al día. Esto supone que sólo se ha amonestado al 0,01% de los ciclomotores mal estacionados, según las previsiones del estudio. Esta cifra supone un descenso del 35% respecto a las sanciones interpuestas en 2018.
Ante esta realidad, las entidades que han realizado el estudio y que cuentan con el apoyo de otras organizaciones como la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona o la Plataforma de Prevención de los Accidentes de Tráfico, proponen una serie de medidas. “Estamos en una situación parecida al coto por aparcar en acera que se le puso a los coches en las aceras a finales de los 90, donde no había límites. Ahora es el momento de las motos”, dice Violet.
Para ello, proponen medidas como cobrar por aparcar en la vía pública, tal como ya empezarán a hacer ciudades como Palma de Mallorca o París a partir de este otoño. Para Barcelona se propone una tasa de 1,5 euros diarios para residente y de 4 euros para no residentes. “El cobro permitirá realizar inversiones para mitigar las externalidades creadas por estos vehículos, desde pacificación de zonas a mejorar la movilidad activa o el transporte público”, aseguran.
Y es que, en paralelo, apuestan por incentivar otras maneras de moverse que no pasen por el vehículo privado o motorizado. En esta línea, recuerdan que el 95% de los desplazamientos del Área Metropolitana de Barcelona son de menos de 10 kilómetros, por lo que reclaman un mayor uso de la bicicleta eléctrica, que tiene unos tiempos de trayecto similares a los de las motos.